1:La Muñeca de la mafia [Mentiras Y Secretos]

capítulo 23

Llevaba al menos media hora hablando con mi madre por el teléfono. Media hora de puro regaño. No le gustó la idea de irme por varios días sin decir nada.

—Shein, no puedes irte así, y menos, sin avisar. ¿Tienes idea de lo preocupada que estaba?

El patio trasero de mi nuevo hogar era admirable. Un campo enorme, vista a un pequeño bosque. La mansión se encontraba al norte de España. La alberca era muy sofisticada, el color blanco le daba ese toque de tranquilidad y armonía, resaltando en medio del color verde que la rodea.

—Lo sé, mamá.—respondí—Pero, sabes como soy

—A veces me preocupa el hecho que te parezcas a mi en ciertas cosas—podía escuchar el tono dramático.

Mi madre suele ser dramática algunas veces.

—Ya conoces el lema: "De tal palo, tal astilla"

La risa de mi madre no tardó en aparecer.

—¿Cómo está Eros?

Ya se había tardado

—El esta bien, debe estar por algún lugar de la casa

Creo

—Shein, no compliques las cosas con él. Puede ser algo difícil tener que acostumbrarse a nuevas fases en la vida, pero si colocas de tu parte, verás que todo será muy lindo y tranquilo.

¿Porqué siento que es más como una reprendida dulce?

—¡Mamá!.—me quejé

—Cariño, tienes mi carácter, por eso te advierto de una buena vez.

Mentira no es

—De acuerdo, trataré de llevar la fiesta en paz...Pero no prometo nada—finalicé.

—Algo es algo...Nos vemos luego cariño, debo terminar de ver que no rompan nada los de la mudanza.

La mudanza

Después de la boda, colocamos en venta la casa. Mis hermanas aún no se han casado debido al pequeño atentado por parte de la Rusa, que obtamos por esperar al menos que las aguas se calmaran. Ellas se fueron a vivir con sus esposos; aunque aún no se hayan casado, son sus esposos. Sharlene se fue a vivir a Islas Canarias y Shayna a la Mansión Vasileiou, en Grecia. Eros y yo nos quedamos en Madrid debido a los negocios. Aquí teníamos todo lo que nuestros antepasados construyeron. Aquí estaba la base, el inicio, no podíamos irnos y dejarlo sin más.

—Veré si puedo pasar más tarde por allá, así te ayudo en lo que falte.

—Esta bien, cielo... Nos vemos en un rato

—Adiós, mamá

Colgué la llamada

Admire el paisaje por un largo rato. Los rayos cálidos del sol abrazan mi piel, el viento golpeaba mi rostro mientras que las aves volaban y me dedicaban su cántico. Deje mi calzado en el suelo para adentrarme al pasto y caminar sin rumbo, sin dirección, sin un punto especifico. Los árboles a mi alrededor me transportaban a esas películas de fantasía, o a las épocas antiguas.

Tras unos largos minutos en el pequeño bosque de mi patio regresé al patio donde una mujer de unos cuarenta años me esperaba en la puerta trasera que daba con el patio. Fruncí mi ceño ya que no conocía a la mujer, y mucho menos la había visto.

—Buenos días, señora Vasileiou.—Saludo con una sonrisa—Soy Beatriz, su ama de llaves.

Bueno, esto no lo esperaba

—¿Cómo que ama de llaves? Nadie me dijo nada

—El amo Vasileiou me contrato el día de ayer, por eso no sabia nada señora