Eros
¡La Detesto con todas mis fuerzas!....
Era el único sentimiento que podía sentir hacia ella. ¿Quién se cree ese elfo maleducado al hablarme , mirarme o tratarme así? ¿Acaso no sabe quién soy?. Juro que la estrangularía ahora mismo con mis propias manos. Su carácter de mierda es como un velero en medio de la tormenta. Sus ojos cafés que te analizan y rebuscan en lo más profundo de tu alma. Su voz es como si me obligarán a escuchar la peor canción jamás escrita en el mundo. Su maldito olor a rosas que invade mis fosas nasales alterando cada maldito signo vital en mí. Y esa peluca que parece un animal muerto.
Odio todo de ella
—¿Todo en orden, Cariño?.
Salí de mis pensamientos dirigiendo mi mirada a la mujer que se encontraba en la silla. Su cabello negro en ondas. Un vestido rojo ajustado y escotado. Esos ojos azules me ven con amor y lujuria. Un labial rojo, en conjunto a su vestimenta. Joyas de oro y una piel de porcelana que he marcado a mí placer. En más de una ocasión.
—¿Qué te he dicho de llamarme así? —Protesté.
Sonrió con malicia, se levantó dirigiéndose hacia mí. Sus labios buscaron los míos. Se subió en mi regazo, aprisionándome contra la silla. Intenta besarme y desvío la cara. Tensa, sujeta mi mentón con fuerza, obligándome a mirarla.
—¿Puedes explicarme que mierda te pasa?.
—Muévete o juro que no respondo por mis actos.
—Quiero verlo —desliza sus manos a la cremallera de mi pantalón.
De golpe, salto de la silla. Sus tacones golpean el suelo y me mira con asombro. Ya dejamos de acostarnos hace meses. Vine por la reunión que Maxim organizó. Y hablando de mierdas. ¿Dónde coño se metió ese malnacido?.
—¡¿Estás mal de la cabeza?! ¡Pude caerme!.
—Te veo de pie —espeto molesto.
Dos pasos bastaron para sentir su mano en mi mejilla. La fuerza es nula y no logra ni hacer picar la zona. Su mirada era como una daga enterrada en el pecho. Jamás le prometí amor y rosas, fui sincero desde el inicio, no busco romance, solo diversión por las noches y no eran casi frecuentes. Lya era atractiva no voy a negarlo, pero era muy celosa y controladora. Siempre quería saber que hacía, a donde iba, incluso una vez me celó con mi propia madre.
Necesita terapia
—¿Quién es? —pregunta con diversión.
—¿De qué mierda hablas?.
—La perra con la que te estás acostando, puto de mierda.
Eso sí que me roba varias carcajadas. Se lució. La muy desquiciada se lució. Se torna roja por la rabia y no paro de reírme de sus estupideces.
—Te urge ir con un psicólogo —digo calmado.
—¿Ahora estoy loca? —se enoja más.
—Desquiciada, eso es lo eres.
Maxim entra a la oficina, interrumpiendo a su hermana. Nos mira y suspira. Lya arregla su vestimenta con orgullo para ir al lado de su hermano. Vuelvo a mí asiento. De mala gana. Quiero irme a Grecia.
—Hay un cliente, interesado en nuestro negocio —informa, dándome algo útil—. Desea una reunión en dos días. Si todo sale bien, tendremos ingresos de doscientos millones de euros al mes.
Nada mal, nada mal
—¿Es todo? —cuestiono para irme. Neo necesita un consejo con algo. Aunque creo saber por quién.
—¿Prisa? —alega mi compañero divertido.
—La puta lo espera en casa —musita la gemela Petrov.
—¿Puta?.
—Tu hermana me está sacando de casillas —miro a mí socio—. Si me acuesto con otra mujer es mi puto problema. Si deseo morir sin volver a follar, es mi maldito asunto. No de ella. Ni tuyo.
—Ay por favor…
Golpeo la base con fuerza. Maxim se sorprende y Lya se calla de manera brusca. Toleré suficiente. No voy a dejar que está mujer o cualquier otra, venga a querer mandarme o querer controlar mi vida.
—Lya, tu y yo no somos nada, te lo deje bien claro la primera vez que nos vimos —corté y aclaré—. Termina de meterte eso en la puta cabeza.
—Eros mi hermana…
—Y tú, sigue soltándole la correa, y un día, te va a joder.
—¿Me estás llamando perra? —protesta enojada.
—Tu me llamaste puto, estamos a mano —veo a Maxim—. Llámame cuando tengamos que ver a tu socio.
—¡Ni creas que te irás Eros Vasileiou Makris!.
Cierro la puerta y puedo respirar en paz. Hago esto por el poder. El dinero. La fama de ser los números uno. Y por Maxim. Él, me acogió cuando perdí a mi padre. Me ha ayudado con los japoneses. Me brindó un lugar en la mafia rusa. Y eso, no lo olvido.
Toman mi brazo, haciéndome girar, odio ese tipo de acciones , y más cuando es la segunda vez. Cuando la grosera de Shein tiró de mi cadena en la comida. Juro que quería estamparla contra una pared. Y ahorcarla hasta que suplicara por aire. Y luego de esa incomoda pero clara declaración de guerra, decidí salir a distraerme. Irme a un bar y beber.
—No vuelvas a hacer eso —gruñí furioso. Solo le permito a una persona hablarme así, y es porque decirle que no, a Marissa Makris. Es desatar el inframundo.
—Tu y yo tenemos historia, Vasileiou —toma mis mejillas con rudeza—. Eres mío y yo tuya.
—Jamás fui tuyo. Y tú. Nunca en mi jodida vida, llegarás a ser mía.
Bruscamente me suelto de su agarre. Sus manos interceden mi cara y me estampa sus labios con los míos. Me muerde al ver que no reacciono. Oigo cómo respira frustrada. Su impaciencia la lleva a rozarme la polla y la empujo. Está vez, si cae al suelo.
—No vuelvas a hacer eso —gruñí furioso.
—¿Porqué? ¿Te molesta? ¿Te molesta que te toque? —ríe demente—. Recuerdo cuando gruñías en mi oído, Eros —se levanta—. Tus manos empuñando mi cabello. O cómo jadeabas cuando sentía tus embestidas.
—Fue un error.
—¿Lo fue? —susurra bajo—. Aquí un dato —su aliento golpea mi oído—. Mientras yo viva. Me pertenecerás. Y mataré a cualquier mujer que quiera interponerse en nuestro camino.
—Escúchame muy bien Lya, porque lo diré una sola vez —estoy por estallar— .Tu no eres nadie para mi. No significas nada en mi vida. ¿Sabes porqué? , porqué solo busco placer , poder, control. Tu sólo fuiste una diversión para mí. Te dije mis condiciones y estuviste de acuerdo con ellas. Así que deja ser actuar como una maldita celosa de mierda y piérdete, tanto de mi vista como de vida.
Mis palabras solo lograron enfurecerla más. No dije nada, solo volví a tomar mi rumbo, Karl me espera de brazos cruzados, impaciente. Me ve con esa mirada que dice: te lo dije.
—¡No lograrás conseguir a alguien en este maldito mundo que te haga lo que yo te hago, que te toque como yo te toco! —grita desquiciada—. ¡Ni mucho menos hacerte explotar de placer en menos de un minuto!.
Tenía razón en cuanto a que, no conseguiría a nadie como ella, pero en el resto se equivoca. Puedo buscar a alguien aún mejor que ella o simplemente a nadie. No necesito estar con una mujer para poder satisfacer mis necesidades. Lo hacía porque me daba la gana. Ella cree que con decirme eso haré lo que ella pida. Pero se ha equivocado de persona. Soy Eros Vasileiou, sólo yo puedo mandarme, sólo yo puedo decir que me hace bien y que no.
Bueno, a excepción de mi madre.
Repetí sus palabras en mi mente mientras marchamos al aeropuerto. Esta mujer sin duda está demente. Pero la culpa es mía. Soy un idiota, por creer que esto sería sencillo. Algunas mujeres simplemente aceptan pero Lya…
Lya era un caso perdido…
Una llamada entró a mi móvil. Como si este día no podría ir de mal en peor. Maldije internamente al ver el nombre en la pantalla. Lo llevé a mi oreja de mala gana.
—Antes de qué…
—¡Más te vale estar aquí en menos de veinte minutos, Eros Vasileiou Makris!.
Por los Dioses del Olimpo, mis oídos….
—Madre, se puede saber que te ocurre —dije de mala gana.
—¿Qué que me pasa? ¿Que qué me pasa?. ¿¡Enserio me estás preguntando!?.
Maldito Axell, si dijiste algo voy a colgarte de cabeza. O a Neo. A ambos. Por imbéciles.
—Te quiero ver en veinte minutos y pobre de ti que no llegues a tiempo.
Sin decir más, colgó.
Hades, si puedes escucharme, llévame de una vez porque este no ha sido mi día. Mamá llamándome. Lya y sus amenazas de psicópata. Maxim en espera de un nuevo comercial. Joder. Que vida la mía. El móvil suena de nuevo y estrello la cabeza con el asiento.
¿No le basto con el grito de hace un momento?
—Te dije que iba para allá, así que no me hagas enojar más —comenté sin paciencia.
—Veo que Marissa llamó.
—Oh Neo —pronuncio al borde del abismo—. Querido Neo.
—¿Porqué tengo la sospecha que quieres arrancarme la cabeza?.
Toda mierda le voy a arrancar
—Mi madre me ha llamado, exigiendo mi presencia en menos de veinte minutos en Madrid. ¿Algo que desees compartir?.
—Ah eso —comenta despreocupado y mis ganas de cortarle el cuello, crece—. Anillos.
—¿Qué? —espeto irritado.
—Tus hermanos tienen los anillos para sus prometidas, así qué, supongo que tú no tienes un coño.
Acertaste
—Por el mismo infierno —froto mi cara con la mano libre—. Marissa me va a colgar.
—Eso es poco —dice tras la línea.
—¿Dónde estás? —pregunto para mirar a Karl.
—En tu casa —responde tranquilo.
—¡¿Hasta ahora lo mencionas, idiota?!.
—Digamos que tú madre, ¿Cómo decirlo?.... Está mirándome con la misma manera en la que tú me mirarías en este instante.
—Nos vemos, y dile a Marissa que se calme.
Cuelgo para cubrir mi cara con el brazo. ¿Por qué mamá debe ser tan intensa con esta mierda?. O mejor dicho. ¡¿Para qué mi padre me compromete con una Argent?!. Mis padres cada día, los conozco menos.
—Karl. Iremos a casa.
—Lo que diga amo.
Tantos días de joder. Y deciden unirse en este. Lya. Maxim. Mamá. Neo. El puto asunto de la FEECN. La maleducada enana. El puto anillo. La gran mierda. Un anillo. A este paso, me saldrán canas. Y eso, no lo acepto. Sólo tengo veinticuatro años. Soy joven.
No le rindo cuentas a nadie. Vivo mi libertad como me place, puedo tener lo que quiero sin importar nada. Y lo único que me jode. Es mantener mi palabra. La promesa que le hice a mamá.
Respetar a Shein ante todo
Nada de sexo. Nada de infidelidades. Mi padre nunca engañó a mí madre. Le conocían por ser el esposo perfecto. Jamás hubo rumores sobre su juventud o algo por el estilo. Para estar en el mundo en el qué, las mujeres llueven por montón. El tenía ojos para Marissa. Y desde entonces. Mantengo en pie mi juramento.
Mis días de follar terminaron. Quedan los días para la boda y unirme en sagrado matrimonio con esa morena que jode mucho.
La odio, más que al sentimiento mismo. Detesto todo de ella. Detesto que me mande a la mierda sin problema. Detesto no tener control sobre ella.. pero lo que más detesto es querer doblegarla a mis antojos.
Shein Argent no era más que eso. Un elfo maleducado que convertía mis mejores días en los peores con tan solo su presencia. Solo de imaginarme una vida con ella me hace querer entregar mi cabeza a la FEECN en persona.
Pero yo no le hago favores a nadie. Si ella cree que puede ordenarme, está equivocada. Veremos quien de los dos termina cansándose más rápido del otro.
Y les aseguro que no seré yo…
De ahora en adelante, me dedicaré de hacerle la vida imposible. A ella y a todo aquel que quiera alterar mi vida.
Soy Eros Vasileiou Makris…
El dueño del cartel Griego, Dueño de España. Empresario en armas. Dueño de propiedades y carteles rusos. El segundo con la mayor mafia más temida. Y eso, nadie lo va a cambiar.Nota de autor
¡¡¡FUERTES DECLARACIONES!!!
¡¡¡Se atormenta una vecina!!!
A no asi no era... la dislexia perdón jeje..
¡¡¡SE AVECINA UNA TORMENTA!!!....
¿como están mis Dolls?...
Espero que bien. Bueno ya conocemos un poco de nuestro querido Eros Vasileiou Makris...
La verdad me tomó mucho escribir este capítulo. He estado algo ocupada con el trabajo y mi vida personal pero espero les guste este capitulo ♡♡
Si quieren contactar conmigo pueden ir a mi insta: @lpl_oficiall
No olviden votar y comentar por fis...
Besos de muñeca❤️✌️
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1:La Muñeca de la mafia [Mentiras Y Secretos]
AcciónLa vida no siempre es perfecta, mucho menos para Shein Argent. Tras la muerte del Señor Argent, Shein es obligada a casarse con el primogénito de los Vasileiou, llevándola a lo más profundo de las mafias. Una vida llena de secretos, peligros, enemi...