Capítulo 87

383 36 4
                                    

"Hay demonios que te atormentarán el resto de tu vida. Demonios que harán lo posible por mantenerte en sus garras".

Me pesa el cuerpo. Levanto mis brazos y caen al momento. Lucho por abrir mis párpados pero es inútil. Mis recuerdos son como varias películas en una.

Eros siendo golpeado
Nosotros riendo en McDonald's
Las camionetas rodeándonos
La aguja en mi cuello

Luego de ello...

Todo es borroso

El efecto del calmante deja mi sistema poco a poco. Muevo mi pie para estirarlo, tengo las piernas adormecidas, escucho un ruido de algo metálico arrastrarse junto a mi movimiento. Logro abrir mis ojos y lloro desenfrenada.

Estoy encadenada, de nuevo

-¡Maldita sea con ustedes! -grito dolida, empujando con mi otro pie la cadena, en busca de ser libre.

El aire falta en mi sistema, me ahogo con mis lágrima y el nudo en mi garganta crece.

-¡Déjenme en paz por una puta vez! -cubro mi rostro, evito mirar mi alrededor. No quiero que esta sea mi nueva realidad.

Ya no más por favor

Veo mi barriga y mi llanto empeora. No existe botón de reinicio. Ni botón de apagado. Detesto tener que ser siempre la carnada. Mis hijos merecen una vida libre de esta mierda. Planto mis manos en ella para tratar de recuperar la respiración, junto mis fuerzas.

-Perdónenme mis niños -musito con la voz rota-. Perdónenme por no ser una mejor madre.

Observo el lugar y mis esperanzas decaen. La noche es más clara que la oscuridad de esta habitación. Paredes negras, techo negro. El suelo es de madera, pero es una madera vieja. Tiene manchas oscuras y se que son de sangre. Ambos tobillos rodeados por cadenas, mucho más gruesas que las usé en Alemania.

El aire acondicionado entra por los ductos. Me levanto con cuidado para ver que tan largo puedo caminar. Llego al menos a unos seis metros de la habitación. Cierro los ojos para inhalar con exasperación.

-Pasará....Pasará...

Intento llorar pero es un grito de mi alma quien responde esta vez. Debo calmarme, de lo contrario puedo llegar a agotarme y perjudicar a mis hijos.

-Mamá los sacará de aquí.

Camino a donde estaba para sentarme. Las cadenas están incrustadas en la pared oscura. Es como si llegaran a otro lugar. Tiro de ella pero no logro ni hacer que la pared se agriete.

Encadenada... Como un animal

Lo único que quería en estos momentos era un abrazo de mi madre. Que me dijera que todo estaría bien. Como solía hacerlo a mis seis años. Cuando sólo éramos cinco contra el mundo. Más ilusa no puedo ser.

-Mamá te necesito -pego mi cabeza a la pared. El río de lagrimas ha cesado pero no lo suficiente-. Me están rompiendo, de nuevo.

El ruido de unas llaves al otro lado me hacen mirar nuevamente en esa dirección. La enorme puerta es abierta donde dos sujetos entran. Respiro profundo pero no logro soltar el aire cuando una tercera persona llega al lugar.

Trae consigo un bastón. Guantes de cuero negro, una camiseta color vino oscuro. Tanto como la maldad. Su rostro es cubierto por una máscara que no permite ver nada. Jamás había visto a este sujeto en mi vida. Sin embargo, en las mafias ganas de enemigo hasta a tu propia sombra.

Una sentencia de la cual jamás serás librada, a menos que mueras...

-¿Quién es usted? -digo-. ¿Porqué me tiene aquí?.

1:La Muñeca de la mafia [Mentiras Y Secretos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora