Capítulo 84

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Dos meses

Estos meses han sido una gran experiencia para mí. Ver como la barriga de mi esposa ha crecido. Saber que nuestros hijos están sanos, sin dificultades como suelen ser algunos embarazos, me alivia. Hemos ido a las consultas, realizado ecografías. Pero hoy...

Por primera vez escucharemos los latidos de sus corazones

Vamos en el auto camino al hospital. El doctor nos dió la cita para hoy. Veo a mi esposa quien esta feliz con su bolsa de Doritos. Carga mi suéter lleno de migas. Su cabello corto negro atado en un nudo que me pidió que le hiciera. Y déjeme decirles que soy un experto en eso. El día está frío aquí en Galicia. Casi siempre vive helado. Por ello conduzco con cuidado.

Dejé todo en Madrid. Mi antigua vida. Mi pasado. Ahora soy un hombre nuevo. Uno que será padre con la mujer que ama. Y no me arrepiento de haberme mudado con la pequeña salvaje.

-Cariño...Quiero Coca-Cola -me mira con un puchero.

Nuestra convivencia y relación ha mejorado. No ha sido fácil. Hemos tenido peleas, discusiones. Incluso una vez Shein durmió en el sofá por no querer compartir el mismo piso conmigo. Pero ha valido la pena. Cada día me esfuerzo para ser un mejor esposo para ella. Me encargo de hacerla feliz, así como ella me hace a mi.

-¿A esta hora? Son las 0800 de la mañana -cuestiono.

Los antojos de mis hijos han sido una completa locura para mi. De la vez que pidió papas fritas con helado, hasta llegar a pedir galletas de chocolate con mostaza.

Que asco

-Por favor....

Shein es mi perdición

Me desvío con cuidado hacia un supermercado para comprarle su Coca-Cola. Sonríe feliz para lanzarme un beso al aire. Sonrío de lado divertido para seguir con la vista fija en la carretera.

-¿Estás cómoda?.

-Si, estamos bien -sonríe-. Gracias.

Llegamos al supermercado, entro al estacionamiento para buscar donde parcar. Hay un puesto libre justo en frente de la entrada y es perfecto para que psique no camine tanto. Voy dispuesto a estacionar cuando otro vehículo llega. Freno de golpe al ver que casi choca del lado de mi esposa.

-¡Psique, amor! ¿Estas herida? -me quito el cinturón para inclinarme hacia ella.

-Estoy bien cariño. Solo fue un....

No dejo que termine cuando beso sus labios para bajar del vehículo enojado. Casi hieren a mi esposa. A mis hijos. El dueño del otro vehículo baja lleno de cólera. Pero ya tiene sus segundos contados.

-¡Hey tío! ¿Cuál es tu problema? -me reclama furioso.

-¿Mi problema? Ya te lo diré pedazo de mierda -tomo su brazo para doblarlo a su espalda.

-¡Suelte coño! -se queja-. ¡Eso duele!.

-Esto no es nada con lo que voy a hacerte imbécil -le digo hostil, solo giro un poco más el hombro y se lo rompo.

-¡Eros deja al chico! -veo a mi esposa quien se ha bajado. Sus pantuflas blancas combinan con su mono de dormir. Mi suéter azul rey que le queda como vestido. Su mueca de disguto ante mi acción.

-Amor casi te choca -le respondo-Es inaceptable.

-Escuche a su esposa -chilla el hombre.

-¡Cállate antes de que te rompa el brazo!.

-Eros tengo hambre y frío -patalea, haciéndome un berrinche en la calle.

-De acuerdo, pero antes -suelto el brazo del idiota para agarrarlo por su nuca con fuerza y arrastrarlo hasta mi esposa. Tirándolo de rodillas en frente de ella-. Pide disculpas por ser un inepto que nadie quiere.

1:La Muñeca de la mafia [Mentiras Y Secretos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora