capítulo 24

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Lorenzo

Me duele el cuerpo...

Yace días que no descanso bien. Ni alimentado. El trabajo es estresante, tanto que estamos colapsados. Ser el futuro líder de la mafia Italiana no es sencillo. Tampoco es que aborrezco el puesto. Es magnífico pero es un maldito grano de arroz en el culo tener que ir a las reuniones, el negociar, las protestas.

Es tedioso

Por años, los Toriccelli hemos construido nuestro imperio mafioso italiano. No tenemos necesidad de buscar socios en las afueras, ellos vienen a nosotros. Solo que no todo es digno de permanecer en este bando. Quien entra no puede salir , a menos que el mayor de los Toriccelli, osea mi padre, sea quien autorice personalmente que puedes irte.

Pero no garantiza que te saldrás sin pagar un costo, claro.

Mi madre siempre creía en las personas y en las segundas oportunidades. Lamentablemente eso fue lo que la llevo a su muerte.

Hace dos años perdí a mi madre a causa de una invasión a nuestra propiedad. Esa noche nunca pude borrarla de mi mente, y dudo que logre hacerlo.

Los disparos....Las explosiones...Los gritos....La sangre....La imagen de mi madre siendo degollada frente a mí...El verla como luchaba por no ahogarse con su propia sangre.

Sin duda lo olvidaré

Al igual que al responsable..

Jamas olvidaré esos ojos azules que disfrutaban ver a mi madre desangrar. Ese cabello negro rebelde. Jure vengar a mi madre al igual que mi padre.

Esa noche mi padre se encontraba en un viaje de negocios con el señor Argent. Al llegar tuve que darle la peor noticia.

Mi padre juró que esto no se quedaría así, y así fue.

El cumplió con llenar de dolor a los familiares del responsable, ahora era mi turno de acabar con el.

Toque la puerta de madera donde una voz interna me permitió el pase a la habitación del otro lado.

—¿Aún despierto?—dije al entrar.

Un par de ojos grises dejaron de leer el documento que tenía reposando en el escritorio para mirarme, con unas gafas de lecturas que solo el gran Bruno Toriccelli usaba.

—sai come sono

—Un adicto al trabajo

Mi padre me miró feo para lanzarme un bolígrafo que tenía en su ordenador.

Logre esquivarlo.

—¡Casi me sacas un ojo!—dramaticé para sentarme frente el objeto que nos separaba.

—Llorón

Reímos

Siempre hemos tenido buena relación mi padre y yo. Una relación que hace dos años se quebró y nos costó volver a unir.

—¿Has hablando con ella?—preguntó mientras volvía a mirar el papel.

—No, y ¿tu?

—Esta enojada conmigo—su tono fue apagado.

—Ya la conoces, se enoja por todo—respondí.

Una sonrisa fugaz obtuve por respuesta.

—Aun recuerdo cuando la conocí en aquel restaurante, tiene mucha tolerancia esa pequeña.

Shein estaba loca, eso no se discute pero en el fondo, solo es una chica que tuvo que madurar antes de tiempo.

—¿Porqué permitiste que se casara?

1:La Muñeca de la mafia [Mentiras Y Secretos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora