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La música es suave, hay pocas personas por allí conversando o bailando.
—Querido ¿Que vas a pedir? —me cuestiona Up cuando un mesero se coloca de pie frente a nuestra mesa.
—Jugo, por favor —se me ocurre.
—¿Estás loco? No, para mi amigo un perfect love —sonríe tramando algo entre manos—. Y para mi una margarita de mango —el mesero se va después de recibir la orden.
—Up, no soy bueno con el licor —hablo con pena.
—Querido. Lo necesitas. Los cócteles son el mejor remedio para un matrimonio que se cae a pedazos —después me ve a los ojos y se mueve para adelante en su asiento ¿Dime Cómo les va en el sexo?
—Pues, bien.
—Mierda, si están mal.
—¿Por qué?
—Esa no es la respuesta que debes darme, debería ser algo como excelente, gratificante y suspirar porque solo el hecho de recordar debe traer a tu cabeza todas las putas posiciones en las que tú esposo te coge.
Dios, sí que tiene habilidad en la lengua, tan fácil se le da pronunciar todo eso. Pero ¿Tendrá razón? Eso me hace pensar ¿Up lo hará con su esposo así como se debe? Ah, Gulf deja de pensar estupideces.
—Kao no tiene mucho tiempo así que no se da tantas veces.
—Querido ¿Cuántas veces a la semana sales con tu esposo? —indaga. Presiento que tiene todas las preguntas correctas para hacerme saber que mi matrimonio no está bien.
—No hemos tenido citas —Up me ve sorprendido, lo pienso por un segundo y trato de retractarme—. Ha estado trabajando y cuando viene descansa y no quiero molestarlo.
—Querido, eso no debería ser razón para que dejen de salir juntos, siempre hay un espacio para tu pareja.
—No sé. Es que siento que perdimos algo.
—Y eso que no tienen hijos, sino ni dormirían juntos.
Bajo la cabeza. No podría tener hijos con Kao menos en esta situación pero yo sé de antemano que si lo nuestro llega a funcionar no tendríamos porque Kao no quiere hijos.
—Aquí está su pedido, señor. Que lo disfrute —informa el mesero con una sonrisa brillante y me guiña un ojo.
Me quedo viendo con un signo de interrogación mientras el mesero se aleja y después dirijo mis ojos a Up quien ya tiene su pedido.
—Hasta el mesero te quiere coger y tu esposo no —resopla Up tomando un poco de su bebida—. Esto es vida —levanta su copa hacia mí.
Mis mejillas se tiñen de rosa por lo dicho. Up no tiene nada de reservas.. y ya sabe que no tengo nada de sexo con mi esposo.
—Vamos dale un sorbo. Al principio lo sentirás fuerte pero te acostumbras —invita Up.
—No estoy seguro —me agarro el brazo en señal de inseguridad. El vaso es mediano y tiene un tono rojo que le hace honor a su nombre. Dos fresas adornan la orilla del vaso que me dice que no puede saber tan mal. Lo sostengo y pruebo. El olor al igual que el sabor son como Up lo describió pero tiene una mezcla de mentol y fruta silvestre, quema un poco.
Up se carcajeó. —Querido, ese es el primero de muchos que te quedan por probar —me ve con gozo, disfruta de mi expresión amarga en el rostro. Eso es seguro.
—¿Cómo le haces para que te guste? —vuelvo a probar haciendo gestos desagradables con mi rostro.
—Te acostumbras. El sabor se apega a tu dolor y cuando recuerdas lo que te hiere, el licor se encarga de hacerlas menos pesadas hasta que las adormece y te vuelve feliz —explica serio.
Se ve como si sus ojos esconden un pasado doloroso. Vuelvo a tomar y sigo haciendo gestos pero no quiero desperdiciar el discurso de mi amigo, tal vez por unos instantes me haga olvidar las inseguridades y las noches solitarias.
—Entiendo. Puede que tengas razón. No quiero seguir recordando nada. Necesito alivio para mi corazón—, dije dando un trago más largo—. Quiero que mi esposo me acepte, quiero tener más tiempo con él ¿Por qué debe trabajar tanto, Up? —me quejo y doy otro trago largo a mi bebida.
—Deberían intentar otros métodos. Todas las parejas tienen problemas Gulf —contesta viéndome con interés.
—Si, pero es que no entiendes
¿Cómo le explicó que es un inicio y que nunca nos hemos tratado como esposos..
—Lo entiendo. Pero por lo que yo veo… tu esposo es quien no quiere poner de su parte —alza una ceja y apoya su mentón en su mano derecha—. ¿Estás seguro que no hay un tercero entre ustedes?
—No…no Kao no haría eso —lo defiendo.
—Gulf. ¿Quisieras intentar lo que sea por tener un matrimonio estable? —pronuncia con tranquilidad.
—Si —contesto esperando que Up tenga una solución.
—¿Intercambiemos esposos? —susurra suave.
Me detengo en sus labios y creo que pronuncio bien, pero ¿Acaba de decir que Intercambiemos esposo? He tomado mucho de esta bebida, miro hacia abajo y en efecto ya no hay nada de su contenido.
—...¿Qué.. que?
Up suelta una risita tapándose la boca. —Era una broma —sonríe simpático—. Lo que quiero decir es que hay una solución. No es para todos, pero funcionó con Mew y conmigo. Nosotros también pasamos por esto y creímos que jamás volveríamos a tener estabilidad.
—¿En serio?
Me sorprende, ellos se ven tan unidos y felices como si nada les afectará en su relación.
—Si, mira. Dile a tu esposo que los invité a una cena mañana a las 7. Lo llevas y les daremos a conocer nuestro secreto. Por supuesto si es que estás dispuesto a recuperar tu matrimonio –alza las dos cejas viendo su copa y tomándola.
Una cena… recuperar mi matrimonio. Ni siquiera le he contado a Kao sobre Up, pero si ellos tienen una solución lo haré.
—Aquí está su cóctel —de nuevo el mesero anuncia con la misma sonrisa pero está vez dejo una nota en la mesa.
—Querido, si tú esposo no quiere dar polvos contigo y mejorar su matrimonio el mesero está dispuesto —ve al mesero con picardía y luego ve la nota y me la enseña.
—Es su número de teléfono.
Estoy desconcertado, jamás alguien había sido coqueto conmigo al punto de dejarme su número. Observo la nota, la tomo y la vuelvo a dejar en su lugar. Tomo más del vaso del mismo cóctel ¿Cuál era el nombre?....
Cierto… Perfect Love.
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¿Intercambiamos esposos?
FanfictionA la vida de Gulf llegara Up, un director de moda que se llega a amistar de él. Muchas cosas comparten estos amigos. Primero conoceremos la vida que estos forman y desarrollan en su entorno pero hay un punto donde Gulf comparte casi la mitad de lo q...