Capítulo 38

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Kao

—Eres un escandaloso ¿No puedes mantener cerrado el pico?
—estrujo los labios de Up enojado para después soltarlo y abrochar mi pantalón. 

—Lo siento, no es mi culpa que quiera gritar porque tú enorme pene invade mis intestinos —utiliza el sarcasmo. 

—¿Crees que alguien más nos haya escuchado?—pregunto preocupado. Estamos en los baños alguien puede entrar. Además Gulf está en el mismo evento. «Eres un idiota Kao».

—No te alarmes pero creo que al lado también tenían sus asuntos —señala el cubículo consiguiente. 

—Esperemos a que salgan, después salimos y nada de seguir con tus manoseos. 

—Después de que te enojas conmigo, te disculpas, luego te pones ardiente ¿y yo soy el acosador? —se señala incrédulo. 

—Si, ya cierra la boca si no quieres que nos descubran —ojala pudiera sellarle la boca. Sus labios y sus palabras me molestan a tal punto que quiero morderlos. 

No le basta tenerme en un pozo sin salida, cada vez que quiero dejar de tener sexo con él, algo me invade, la lujuria me ciega y hasta desconozco quien soy. Este hombre debe ser brujo porque jamás había sentido esto por otra persona que asusta, por eso le pedí a Gulf que tuviéramos sexo para olvidar la calentura hacia este doncel de ojos tiernos y boca filosa. 

—Vamos. Ya salieron —me avisa. 

—Ire a dormir —se me quitó el apetito y en la noche debo ir por Gulf debo cumplir mi promesa. 

—Kao, quédate conmigo. Comamos juntos –me agarra del brazo en súplica. 

—No voy a ningún otro lado contigo —me suelto brusco y puedo ver en sus ojos una tristeza, me duele pero no me importa. Salgo de allí y llego a mi habitación. ¿En serio estará enamorado de mi? 

Las veces pasadas en la playa confesó su admiración por mi y también dijo que le gustaba, que quería tenerme con él, compartir todo. Niego con la cabeza. Up no es mi tipo, es muy hablador, demasiado glamoroso para mí gusto. 

No volveré a caer. 

Me recuesto en la cama para descansar, cierro mis ojos y me dejó dominar por el sueño. 








🌻🌻🌻



Despierto algo desorientado busco el celular para ver la hora y ya es de noche de seguro Gulf debe está esperando. Me alisto luego y salgo de la habitación. Envio un mensaje a mi esposo para que nos veamos cerca de la playa. 

Al llegar a la orilla de la playa veo a Gulf jugando con el agua,  sonríe tanto que brilla a la luz de la luna, se ve hermoso, se ve inalcanzable. ¿Lleva puesto el anillo de bodas? Hace mucho que no se lo pone, porque no fue un matrimonio verdadero a lo que yo tampoco lo utilice a excepción de cuando nos casamos.  

Siempre me pregunté si podía verlo más que como un amigo. No quiero engañarle, quiero seguir siendo su amigo pero me aterra que colapse como hace años, la fatiga de hacer las cosas bien y de querer ser un buen hijo para sus padres lo hundió en ansiedad, llegó a mi llorando e hiperventilando. Tratando de entender porque su madre le pedía que se casara. La madre de Gulf asfixiaba con su toxicidad, todo el tiempo queriendo manejar a su hijo diciéndoles que hacer o que no. Incluso llenandole la cabeza de ideas con que se debía casar porque si no quedaría en desgracia y soledad. Es una mentira pero Gulf lo tenía todo grabado como un casset. Por eso le sugerí casarme con él. 

—¿Estás listo? 

—Hola Kao, si lo estoy —me da una de sus sonrisas amigables. 

Lo lleve al restaurante exclusivo de la playa, está en función por orden del dueño. Hicimos un pedido de salsa cremosa con camarones y probamos la mojarra asada. En medio de la cena hablamos sobre los días en que estuve trabajando demasiado, sobre su trabajo, sobre la moda de la cual no se nada pero Gulf se encargó de explicarme y me detallo más sobre las instalaciones, también hablamos sobre la playa, sobre el lugar y le expliqué un poco más de lo que significa. Fue una agradable cena.

¿Intercambiamos esposos? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora