Capítulo 35

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—Muy bien señores eso es todo por hoy —el director General despide. Los presentes en la sala de juntas se levantan y yo guardo todo en dónde hice los apuntes, también me aseguro de llevar el informe de mi jefe que también se levanta de su asiento. 

En estos días ha estado tranquilo, el señor Benedict ha estado alejado de mi y Up se ve menos susceptible con él. Además mi jefe dejara de trabajar para él la próxima semana.

—Gulf te puedes adelantar mientras hablo con mi padre —me sonríe Up. 

—Si, señor Poompat —sigo mi camino. A veces no se ni como es que veo a Up a los ojos, en estos tres días he tenido más sexo de lo que he tenido antes y no es con mi esposo sino con Mew, pero mi corazón está contento sigue estando feliz, en cambio mi cerebro exige un descanso y un razonamiento para dejar de meterme con el esposo de mi amigo.

Salgo del ascensor hacia el pasillo donde estan las oficinas de los Directores, ordeno as hojas en el folder mientras camino a mi escritorio. 

—Gulf ¿Quieres que pida por ti? Me iré antes porque la cola es larga en la cafetería —pregunta Kulap con su bolsa en hombro saliendo de su espacio de trabajo. 

—Señor Kanawut, lo necesito en mi oficina —interrumpe Mew saliendo de su oficina—. Lo lamento Kulap pero Gulf me va ayudar no podrá ir a almorzar. 

—Sí señor —acata Kulap deseándome suerte cuando entra al ascensor. 

Veo a Mew y aún sigo pensando en todo lo que hemos hecho, no dejo de ruborizarme cada vez que lo recuerdo. Haciendo a un lado mi lujuria ¿Tengo más trabajo? Recuerdo que deje todo en orden según lo que mi jefe le envió. Lo sigo a su oficina aún sintiendo timidez cuando estoy cerca o a solas con él.

Él se encarga de cerrar la puerta. 

—¿Me faltó algo de lo que te mandé antes? —pregunto, caminando a su escritorio, pero el no me deja dar un paso más porque se pega a mi espalda y me rodea con sus brazos.

—Todo está bien. Fue una excusa para comer juntos —besa mi mejilla y luego mi cuello. 

—Mmm —suelto un sonido desde mi garganta disfrutando de la presión de sus labios en mi piel. 

Me da la vuelta para besarme, su lengua juega un rato con la mía y se despega para llevarme agarrado de la mano hasta su silla, se sienta y luego me acomoda en su regazo. 

—Mañana volveré a casa, quiero tener todo el tiempo posible contigo —se pega a mi cuello e inhala. 

Es verdad. No recordaba que es fin de semana. Kao está vez regresa a casa y no tendré a Mew cerca. Es extraño pero no quiero que Mew se vaya. 

Me pegó a su pecho para acurrucarme queriendo tomar todo su aroma y se quede pegado a mi ropa y a mi piel. Todos los días me abraza, me besa, me toca. Hay una gota de culpa que me mantiene al tanto de lo que hemos hecho, porque la otra parte de mi le gusta la atención, el cariño y no me afecta.

—Te extrañaré —musito. 

—Oh cariño —toma mi mentón para verme a los ojos—. Quiero pertenecer a ti, olvidar mi situación actual y llevarte lejos, colarme entre tus pensamientos y abrazarte todas la noches
—me besa con intensidad sin darme tiempo de responder. Luegos sus besos bajan hasta mi cuello y clavícula, masajea por encima del pantalón en mis muslos. 

—Mew... —mi voz sale en hilo de voz—. Dijiste que comiéramos juntos —mis manos están sobre sus hombros mientras me adormece con sus besos.

—Eso hacemos. Te comeré y me comerás —esboza una sonrisa ronca y lame mi cuello. 

¿Intercambiamos esposos? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora