Capítulo 10

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Después de que esten listas las palomitas las coloco en un recipiente y nos trasladamos al sofá. Enciendo la TV. Dejo una película sobre romance. Durante la duración de la película, Up se veía entretenido, comió palomitas, por poco no me deja. Agarró confianza y abrazó a uno de los cojines, recostó su cabeza sobre mi hombro en la parte triste de la película. A veces protestó cuando algo no le pareció y al final me dijo que lo quería repetir en otra ocasión. 

Es hora de comer y compartí con Up las clases de cocina que ya no pude tomar a lo que me contestó que en Youtube o incluso tiktok podía encontrar recetas fáciles y rápidas sin necesidad de pagar. Buscamos y encontramos una pasta con trocitos de tocino. 

Utilizamos muchos recipientes debido a que no sabiamos en cuál deberíamos rayar el queso parmesano o en dónde colocar el tocino mientras se agrega la crema para la pasta. En los tutoriales parecen tener todo tipo de medidores pero a falta de ellos tuvimos que improvisar. Creo que iré a comprar por lo menos para comprar lo necesario. 

—Bien, esperamos unos minutos —comunico. 

—Ya quiero probar —se entusiasma Up. 

—Mientras, debemos limpiar este desastre —informo, con las manos a los lados de mi cintura. Listo para limpiar. 

—¿En serio? No hay nadie más que los lave por nosotros —pide Up, cansado. 

—No, es nuestro desastre y no tengo servicio de limpieza. 

—Querido, necesitas a alguien que te ayude, si vas a trabajar conmigo no tendrás mucho tiempo. 

—No creo que pueda pagarle a alguien y a Kao no le va a gustar la idea, no deja que cualquier persona entre al departamento y me gusta hacerlo por mi mismo. Además, solo son trastos sucios. 

—Hah —se desinfla—. Como digas, conste que no sé cómo limpiar así que no me regañes.

—Claro que no lo haré —solté una risita. 

Terminamos de limpiar los derrames por accidente, los recipientes que ensuciamos y unas que otras manchas en el suelo. Up se veía agotado. 

—Cariño, disculpa que sea una puta molestia pero tienes algo fresco para que me ponga —señala su vestimenta cara—. Aquí hace un calor de los infiernos —se abanica con la mano. 

Me da risa y le señaló el dormitorio, el armario tiene mas prendas mías que de Kao. El hombre pareciera que se coloca lo mismo todo los dias. Le busco una camisa a Up y recuerdo que tengo solo de snoopy, la saco pena. 

—Veo que te gusta este muñequito —analiza la camisa. 

—Si, soy fan —me frotó el brazo con nervios. 

—Te ves tierno con ella pero debes tener otro estilo de ropa, trabajas en una casa de moda y debes verte tan sexy como tú jefe —dice sincero. 

Me siento un poco triste, no tengo sentido de la moda y ya veo porque el padre de Up no me quería en la empresa. 

—Mira, no soy nadie para juzgar tu estilo, no digo que sea pésimo solo que debes tener variedad. Yo te ayudaré con ello, no te preocupes —anima. 

Después de sentirme más o menos deje a Up en el dormitorio para que se cambie. Fui a la cocina a revisar la pasta y está lista... Antes de que diera otro paso llamaron a la puerta. 

Mi madre entra como un torbellino cuando abro la puerta.

—Te has tardado mucho en abrir —dijo pasando de la puerta a la sala. 

Fue solo segundos. 

—Si, lo siento es que no escuchaba –excusé. 

—Bueno, oh… —detuvo sus palabra cuando se dió cuenta que Up salía de la habitación.

—Mamá, él es Up mi amigo. 

—Un gusto Up. Mi nombre es Elisse Kanawut. 

—Un placer conocerla señora Kanawut —dijo estrechando su mano. 

—¿En dónde está Kao?  —pregunta de inmediatamente

—Lo invitaron a un desayuno. 

—¿Y tú no fuiste con él? —levanta una ceja, tornando el ambiente sospechoso—. Es domingo. Se supone que deben estar juntos en su tiempo libre ¿Seguro que fue a una cena? —esa mirada la conozco, es demasiado paranoica y cualquier cambio luego declara que hay una infidelidad.

—Es un desayuno con su jefe, mamá —digo cansado de las mismas indirectas. 

—¿Estás seguro de que tu esposo no miente? —retiene con cautela—. Bueno, allá tú… Mantén alerta esos ojos. Bueno me voy pasaba por aquí cerca y quería ver cómo estabas —dijo buscando la puerta. 

—No te quedas a probar mis espaguetis —recuerdo que por primera vez cocino y solo me entusiasma saber que piensa mamá. 

—¿Has hecho spaghetti? —pregunta incrédula.

—Si —conteste emocionado. 

—Querido tú y yo sabemos que no cocinas —rie en burla—. me tengo que retirar, tu padre me está esperando. 

Mi emoción se apagó mientras ella cerró la puerta. Baje la cabeza dando la vuelta y Up se acercó dándome un abrazo. —Tus spaggetis están deliciosos, ella se lo pierde —me abrazo más fuerte. 

Estoy seguro que notó la indiferencia de mamá, ella siempre hace esto, parece que solo viene a torturarme es una fortuna que todavía no moleste con lo de "¿Cuando me harás abuela?". 

—Ya deben estar listos —mi voz sonó apagada.

Up me siguió a la cocina, apague la hornilla y tome una de las cucharas de madera probé y también le di a Up. 

—Mmm.. Querido está malditamente delicioso… —alaba Up con un brillo en sus ojos lo cual me hace sentir un poco mejor. 

—¿Seguro? 

—Si, te quedaron estupendos. 

Up es maravilloso puedo confiar en que no me miente porque desde que lo conocí ha sido sincero conmigo y pareciera que me entiende mejor de lo que mamá o Kao lo hacen, ojalá también Kao estuviera aquí viendo mi mayor logro en la cocina, así no escogería tanto su trabajo ¿Y si mamá tiene razón? ¿Y si el trabajo son solo excusas y si ya tiene a alguien más? Mis ojos arden y mi nariz pica, mis ojos se ponen llorosos. 

—Gulf ¿Estás bien? —se acerca Up preocupado. 

—No, nada está bien —mis lágrima ahora se dejan ver con más insistencia y no me da pena llorar enfrente de Up, él es una esponja que absorbe las malas energías y las convierte en burbujas de calma. 

—Ven aquí —me lleva abrazando a mi costado y guiándome al sofá—. ¿Que pasa? —vuelve a repetir con calma. 

Yo le cuento todo, solo le explicó que tengo problemas con Kao, que lo que mamá dice me abruma y que tengo miedo de que le dejé de gustar omito el cómo terminamos teniendo un trato y que hace poco decidimos comenzar un verdadero matrimonio. Solo cuento lo que me está molestando en estos momentos. 

—¿Sabes algo? También tuve los mismo problemas con Mew, pero encontramos un método. 

Yo alzó la mirada y me quedo viendo a los ojos a mi amigo me cuesta creer que haya tenido problemas con el señor Suppasit, se ven muy bien juntos y unidos. 

—Es mejor que salgamos de aquí, necesitas reanimar tu estabilidad emocional y que mejor que con mi pasatiempo favorito —tuerce una sonrisa confiada llena de pícara idea. 

Up me levanto del sofá y me llevó a la habitación busco entre mi vestuario y eligió lo menos infantil que pudo, unos jeans y una camisa negra de botones. Él se queda con la misma ropa y yo me cambio por su insistencia. 







¿Intercambiamos esposos? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora