La cena termino y dejamos a Lawan en su casa, hoy su madre llegó antes de lo esperado. Conocí a la hermana de Up, pero no fue nada de conocer. Apenas si me saludó, todo el tiempo estuvo en su celular, me dieron ganas de tirarle el celular. Incluso cuando llevo a Lawan a su dormitorio y ella le hablaba sobre su día, la madre ni siquiera la vio.
Maldito coraje que llevo en las entrañas desde que salimos de la casa de Lawan. Me dejo caer en el sofá y me quito la corbata que siento ahoga mi coraje. Up se ha ido al minibar y trae dos vasos con hielo y licor, me lo alcanza. Lo tomo para calmar mis nervios.
—¿Otro? —cuestiona asombrado.
—Por favor.
Él llena el vaso y está vez lleva la botella de ron.
—¿Qué pasa? Te ves de mal humor —indaga Up tomando el mismo licor que me dió.
—¿Cómo puede ser tan indiferente la madre de Lawan?
—Asi es mi hermana. No la juzgo, ella se casó muy joven, es la última. Dejo todo por Lawan cuando era un bebé y después consiguió entrar al negocio de distribuidora de telas, fue un gran logro después de varios años sin entrar al mundo de los negocios. Ella solo está retomando sus sueños.
—Haciendo mierda los sueños de su hija ¿Verdad? Si Lawan tuviera 17 años lo entendería, pero está pequeña, ni siquiera se digno a verla Up —estrujo el vaso y me sirvo más de la botella.
—No puedo inmiscuirme en sus decisiones, entiendo a Lawan y hago lo que puedo, dándole un poco de mi tiempo y comprensión, Kao. El mundo es así, y ella se va topar con eso toda su vida.
—¿No tienes consideración por tu sobrina?
—Lo tengo, no creas que me gusta que sea ignorada, por eso me alegra de que se sienta feliz cada vez que te ve, sin Mew aquí, pensé que estaría triste pero te aceptó bien. Y en serio, en serio, te agradezco invitarla a la playa —sonríe con pena.
Me tomo de golpe el líquido que deja mi vaso vacío así que me sirvo más.
—Al decir que el mundo es así. ¿también pasaste por lo mismo?
—Ja, peor, mi padre me dejó al cuido de una escuela cristiana, no los vi hasta que cumpli 18, ¿cuán extraño puede ser eso? No lo es, para Benedict Poompat, no lo es. Ser hombre es una ventaja pero ser un doncel es un problema, mi padre pensó en mi educación, decidió en mi carrera, decidió en mi matrimonio —su voz cobra fuerza y resentimiento.
—Sin embargo, veo que lo tomas bien. No te ves débil —trato de desaparecer eso que se forma en sus ojos.
—Supongo que es el carácter, tengo el mismo que mi madre así que le llevo la contraria a mi padre todas las veces que puedo. Eso lo agrava porque él no quiere que le conteste, quiere obediencia.
Coloco mi codo contra el respaldo del sofá haciendo apoyo sobre mi cabeza para ponerme de lado y ver mejor a Up.
—Entonces hay una razón para ser escandaloso.
—No puedes ser serio ni cuando te cuento mis desgracias —ríe y el sonido me parece una melodía agradable.
—No eres el único. Mi padre fue peor que el tuyo. Deberías agradecer que aún así te dió estudios porque el mío solo llegaba tomado cada noche, con olor a tabaco y desgracia —doy una risa sin humor—. Cuando empezó ya no se detuvo, mamá tuvo que romperse el lomo cada día para darme estudios, llevar comida, mientras el borracho de mi padre se ahogaba en alcohol.
—Es por eso que no dejas que Gulf beba, pero si te das cuenta ahora tú llevas el quinto vaso de ron.
—No quiero que Gulf sea vicioso —analizo el vaso en mi mano y lo veo como un enemigo pero también un alivio—. Mi padre se volvió agresivo a medida que consumía y después se hundió en su mierda. Mamá lo dejó, nos mudamos a otro lado sin poder escapar de aquellos días en dónde mi madre fue golpeada.
—Es doloroso. Entiendo —se aproxima lento y me quita el vaso—. No aliviará tu rabia, no es para eso.
Tiene razón. Up coloca el vaso en el centro de mesa y se vuelve a sentar cerca de mi.
—No entiendo cómo es que no puedo ver cuánto daño me causa el recuerdo de mi padre, le había prohibido tanto a Gulf y yo soy un hipócrita. ¡Por eso entiendo que haga todo esto! Es tan cansado para él no entenderme y querer recuperar un matrimonio que ni siquiera tenemos —el alcohol se introduce en mi sistema e interviene en mi sinceridad, no tengo en cuenta lo que digo—. Todo esto es porque nosotros tenemos un contrato que intentamos romper pero soy un imbécil que ni siquiera le puedo hacer feliz!
—Espera, espera no te castigues. Está bien, pero ¿ustedes tienen un contrato?
—Si, nos casamos porque Gulf se sentía muy presionado por su madre y yo estaba harto de las relaciones tan arbitrarias. Decidí que sería una buena ayuda para mi amigo y yo no tendría que buscar amor en cada persona.
—¿Entonces solo son esposos de título?
—Algo así. Consumamos el matrimonio el día de nuestra luna de miel si es que se le puede decir así, porque se perdió el equipaje, yo me inflamé por una picadura de abeja. En nuestra última noche, se nos dió la oportunidad pero fue la única vez
—no sé que estoy haciendo, pero mi lengua no se detiene.—Ya veo. Creo que debes ir al dormitorio, las copas te están adormeciendo —el pasa su brazo bajo el mío y me lleva hacia la habitación.
—No tome mucho —le doy una sonrisa, la confianza se está expandiendo.
—Pesas mucho —queja y me suelta cuando llegamos a la cama dejándose caer encima de mí por la fuerza creada.
Lo abrazo a mi, sintiendo que quiero sentirlo cerca. Se queda un buen rato con la cabeza apoyada entre el espacio de mi cuello, al pasar los minutos levanta la mirada—. ¿Me soltarás?
—No —juego con él, sinceramente no quiero ¿No sé qué pasa? Lo aborrezco pero hace reaccionar a mi cuerpo, esto no lo siento con mi esposo y el ron me tiene dominado. Aprieto su delgado cuerpo contra mi—. Quédate conmigo —susurro.
—Kao…
Antes de que diga algo llevo mis labios a los suyos, el ron se puede sentir al mezclar nuestras lenguas, una batalla de quién posee a quien sumerge desde el fondo de mi ser. El fuego que no pensé que tenía se expande a todos lados. Cambio de posición y lo dejo abajo de mi. Este hombre logra ponerme mal, no solo en cuanto discutimos sino cuando está cerca, cuando sus labios se abren para contradecirme.
Devoro sus labios, no le doy tiempo de respirar, apenas si puede contener sus gemidos. Se ve que le gusta y puede que me arrepienta pero no puedo pararlo. Necesito hundirme en él, para desaparecer este loco deseo.
ESTÁS LEYENDO
¿Intercambiamos esposos?
FanfictionA la vida de Gulf llegara Up, un director de moda que se llega a amistar de él. Muchas cosas comparten estos amigos. Primero conoceremos la vida que estos forman y desarrollan en su entorno pero hay un punto donde Gulf comparte casi la mitad de lo q...