Capítulo 33

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Up

—¡Oh Dios! ¡Si, maldición! —no siento las piernas, no sé cuántas malditas horas han pasado desde que Mew se fue, pero esto es mejor de lo que imaginé. Nada de lo que hubiese pedido me ha hecho gozar tanto como lo que Kao me hace. 

Mi agujero se siente lleno, no creo que pueda soportar otra ronda pero este hombre no deja de ser caliente, es como si hubiera abierto la llave de su libido contenido, para alguien que no ha tenido sexo por mucho tiempo tiene mucho semen para desparramar y lo mejor de todo es que lo vacía dentro de mi puto culo.

—¡Kao, osito malvado, lléname! —pido como una perra en celo. Mis manos se agarran fuerte a a la sabana y mi agujero se aprieta.

—¿Quieres esto? —jadea con una fuerte estocada—. Prepara tu lindo agujero porque no podrás sentir que sea tuyo. Me lo voy a coger la veces necesarias hasta que no se le olvide la sensación de mi grosor —se agacha lamiendo mi oreja.

Y pensé que era un gruñón inocente ¡Ah! Me encanta. Acelera el ritmo, ancla sus dedos sobre mi cadera, presiona todo su peso sobre mi y sus gruñidos aumentan. Algo dentro de mi se agita, el puto cielo se siente con tan solo apretar mi agujero hasta que mi pene expulsa una vez más el líquido y siento que Kao lo deja salir dentro de mí. Es rico. Es sexo. 

Me suelta con brusquedad en la cama y se va al baño. Sonrió para mí, después de portarse como una bestia volverá a decir que no es su intención, que todo es una equivocacion pero pierde ante mis encantos y vuelve caer redondito. Este hombre no sabe aceptar ni lo que siente.

Me levanto de la cama y veo mi cuerpo en el espejo de mi habitación, no es obsesión, me gusta y amo cuando me acepta por medio del sexo, aunque no lo diga él también me acepta, estás marcas sobre mi cuerpo me lo confirman. Me coloco la bata y bajo a la cocina por un vaso de agua. Luego voy al sofá y busco en mi celular la tienda sobre juguetes sexuales. Busco algo que vaya ayudar a Gulf y encuentro el obsequio perfecto. Lo marco y hago el pedido. No lo hago porque quiera perjudicar a Gulf yo amo al nene. 

El nene es dedicado, el primer día que lo conocí viendo los precios susurrando para si mismo debatiendo que llevar me pareció tan tierno. Eso habla que es organizado. Además cuando me ayudó e incluso ofreció limpiar mi camisa fue cuando hizo clic mi cerebro y me percate que sería el indicado para ser nuestra orquídea, le mostré las fotos a Mew para que le diera el visto bueno y le encantó, el plan era enamorarlo y si no aceptaba darle un motivo para que acepte a la fuerza,  sin embargo hubo un detalle un tanto molesto. El esposo. 

Todo era un plan fallido hasta que me di cuenta que se mantenía solo, jamás salía acompañado, era poner manos a la obra, nos lo quedaríamos por todos los medios. Primero, tenerlo cerca; segundo, llevarlo a cenar para conocer a la orquídea; tercero, ver si la orquídea acepta nuestro coqueteo. 

Mew se dió cuenta que a Gulf le gustaba, se notaba. Eso era suficiente, después iniciamos con el cuidado, pues quién no querría cuidar a su orquídea, tan hermoso, tan lleno de vida, reservado, oyente, obediente. El hombre perfecto para nosotros. Hasta que conocí a su esposo, me pareció que era un tanto pesado para el nene pero para mí no. Yo podía lidiar con este tipo de hombres. Tan malditamente serio, reservado, desconfiado, por eso no congenia con Gulf. Teníamos que hacer que se dieran cuenta que no eran el uno para el otro, por eso la inversión del contrato. Todo iba al pie de la letra, hasta que a Mew y a mí nos gustó tener a cada uno por separado. Ya no queríamos compartir. El quería a Gulf para si y yo quería a Kao. Es como todo nuestro plan se derrumbó pero tenía la misma meta… Separarlos y hacer que se enamoren de nosotros. 

—Voy a salir —anuncia Kao sin verme. 

—Se supone que es nuestro día de descanso. 

—No me interesa. Up, no puedo seguir en el mismo lugar que tú esto se salió de control —protesta enojado. 

¿Intercambiamos esposos? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora