Capítulo 12

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—Mew sostenlo bien si se te cae de los brazos te mato —es Up quien regaña. 

¿Que pasa mis ojos semi cerrados no dejan que vea bien pero siento que me llevan en brazos. 

—¿Cuánto le diste, Up? —es el señor Suppasit. 

—Fueron solo dos. No es para tanto. 

—Up, él no está acostumbrado —le reprende suave el señor Suppasit. Al parecer a eso se debe que no pueda abrir los ojos, siento la fragancia del señor Suppasit y me abrazo a él. ¡Es tan exquisito! ¡Quisiera que me tuviera todo el tiempo así! 

—Llegamos —la voz de Up es alegre. Se escucha que tocan una puerta. 

—¿Qué pasó? ¿Quienes son ustedes? —Kao se escucha desconcertado y enojado. Siento que me alejan del señor Suppasit y me quejo con un sonido de mis labios. 

—Soy el jefe de Gulf. Mucho gusto. Lo invité a una copa pero creo que le hizo efecto luego. Lo siento. Mi esposo me ayudó a traerlo bien a casa —explica Up con pena. 

—¿El jefe? 

—Uh… Si. Bueno, nos vamos. Cuídalo bien —sugiere Up. Se escucha como si en el fondo hubiera dado una advertencia pero no puedo ver su expresión. Mis ojos siguen cerrados. 

La puerta está cerrada y siento que me acuestan sobre la cómoda cama. Entre movimientos siento que me cambian y me dejan cómodo. Debo explicarle mucho a Kao…

Después de un tiempo me despierto teniendo la boca reseca. Me paso una mano por el rostro y me levanto. La habitación está alumbrada con la tenue luz de la lámpara de noche. Me levanto y voy a la cocina. 

—¿Cómo te sientes? —doy un brinco al escuchar la voz de Kao quien está sentado en el sofá. Para ser sincero el lugar este oscuro y no me preocupe en saber si Kao estaba aquí. ¿Que hace sentado en la oscuridad? 

—Me siento bien —saco un vaso y sirvo agua.

—No me habías dicho que tenías un trabajo. Pensé que seríamos más cercanos y eso incluye comunicar cosas importantes como que tienes un trabajo y un jefe que no he visto y te trae semi ebrio con su esposo —se oye molesto. 

Doy un trago de agua. No sé porque siento como si estuviera haciendo algo mal y a la vez no. Él casi no habla conmigo y ahora menciona que tenemos que comunicarnos. 

—Es mi jefe pero también mi amigo y me invitó a beber y hablar nada más. Él es a quien me encontré hace ocho días en el súper. 

—¿El que no sabe comprar? —alza una ceja—. Han pasado 8 días y no lo mencionaste —se cruza de brazos. 

—Lo intenté, pero casi no te mantienes en casa estos días —persuado. 

Kao exhala. —Tienes razón —se oye más calmado—. Pero espero que no sea tan recurrente o se te haga costumbre salir a beber con tu jefe. No quiero que llegue a caer en el vicio —advierte con calma pero preocupación. 

Entiendo que Kao tenga miedo de que caiga en el vicio. Su padre era un alcohólico y problemático, quedó con ese trauma para toda la vida. Sin embargo no quiere decir que haga lo mismo y el mismo vino borracho hace dos días. 

—No pasara eso. Y espero que tú tampoco lo hagas —sugiero con un toque de sutileza. 

—Gulf. Lo siento. Ese día no quise pero todos mi colegas estaban  allí y también mi jefe. Ellos insistieron y prometieron traerme a casa —explica avergonzado—. ¿Hice algo malo? —me ve con preocupación. 

¿Intercambiamos esposos? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora