"Coronel Jeon"
Jimin
Enero del año 2019 (dos meses antes del aislamiento de la ciudad), Busan, Corea del Sur
La lluvia cae mientras camino lentamente por la calle que me lleva a casa, introduzco las manos en los bolsillos de mi pantalón del uniforme escolar, el aguacero se intensifica y empiezo a trotar queriendo llegar, se que soy tan débil que una simple lluvia me deja en cama por días y no me puedo dar ese lujo.
Las ráfagas de viento me ponen la piel de gallina y siento el frío calar mis huesos, no tengo un abrigo y me siento miserable paseandome por las calles cuando debería estar estudiando.
Suelto un suspiro cuando finalmente llegó al edificio en el que vivo, subo los escalones de a dos y cuando llego a la puerta llena de rasguños sostengo la perilla y me lo pienso antes de entrar, tengo diecinueve años, está no es la vida que quiero, no es lo que merezco, pero no todos tenemos lo que anhelamos.
— Papá, tengo hambre—. Escucho a mi pequeño hermanito dentro de la casa.
Minmin apenas tiene cuatro añitos, su madre murió dándole a luz, mi padre se convirtió en el drogadicto y alcohólico que es hoy, me toca velar por un hijo que no es mío y aunque lo amo, por él he perdido todo, lo único que me quedaba era la universidad y recién hoy me expulsaron.
El pecho se me contrae y entró en la casa, le coloco seguro a la puerta y me acerco a mi hermano, mi progenitor está encima del sillón con el torso desnudo mientras ronca como un cerdo, como desearía poder irme de aquí y dejarlo atrás por ser tan mal padre.
—Minie—. Me llama el pequeño.
Lo sostengo en mis brazos y lo llevo a la pequeña cocina donde busco dentro de mi mochila el desayuno escolar que me dieron, una caja de leche y un pan, es lo que le doy todos los días, no estamos bien económicamente.
—¿Quieres?—. Me pregunta y niego con la cabeza.
—Ya desayuné bonito—. Le miento y él ríe.
Escucho la puerta del vecino que se mudó hace unas semanas y agacho la cabeza llevándome al niño hasta el fondo de la casa, ese hombre es raro, nunca habla, aunque yo no le he hablado, pero ya dio quejas de los gritos de mi hermanito y además tiene cara de matón, no se a mi no me cae bien, él es extremadamente raro.
Llega el atardecer y mi padre empieza con sus gritos exigiéndome que consiga algo de comer para que su hijo menor se calle la boca.
—¿No trajiste nada de la escuela?, haz que el niño se calle, dale algo joder.
—¿Qué diablos le doy?, le di el desayuno de la escuela, no tengo nada más, además mañana no abra desayuno porque ya me echaron, no tengo nada más que hambre, eso es lo único que tengo.
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PANDEMIC +21 (Corrigiendo)
Teen FictionTras la absurda decisión del gobierno de aislar la ciudad de Busan de las demás ciudades de Corea del Sur con el propósito de experimentar con los ciudadanos, El Coronel Jeon Jungkook se ve obligado a convivir y relacionarse con gente que dice odiar...