✨Capitulo 34✨

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"Antecedentes del virus"
Jungkook

Hace dos semanas..

¿Qué se hace cuando llevas tiempo pensando en matar a tu enemigo, pero te das cuenta que realmente no es más que un títere de alguien más?, ¿Qué pasa cuando te das cuenta que todos los de abajo son inocentes incluso más que tú?, así me siento ahora, estos tipos me trajeron con las personas que están jugando con la vida de los ciudadanos de Corea del Sur, pero no sólo eso, un niño de menos de ocho años es quien lo hizo todo.

Simplemente quede en shock, no lo podía creer cuando lo vi, creí que el hijo del capitán y el científico era un prisionero o algo así, pero me equivoque.

Fuimos traídos a un enorme laboratorio que a la vez es la mansión del gobernador que está haciendo este experimento, en cuanto llegamos un niñato delgado con anteojos y de cabello negro corrió al ver a Jin y supe que es el hijo que tuvo con el capitán, sus facciones y su todo su rostro es idéntico al militar, pero sus anteojos dejan en claro que es un cerebrito al igual que Jin.

Unos aplausos resuenan en el interior del lugar y el gobernador aparece con una sonrisa de oreja a oreja, el hijo de Jin acomoda sus lentes en el puente de su nariz y se dirige a la pizarra que hay justo al lado del político.

—Coronel Jeon, ¿Como tuvo la osadía de asesinar a mi esposa?, su propia hermana.

Dirijo la mirada hacia el niño, pero este ni siquiera se inmuta cuando se habla del asesinato tan libremente, si a su padre le da igual a mi no puede importarme menos.

—Soy un ser humano, esa perra no era de mi raza—. Digo sin importarme que estoy en su territorio y todos aquí están de su lado.

El hombre ríe con suficiencia y hace que dos de sus hombres me sostengan de los brazos, me opongo a eso golpeándolos, pero cada que derribo a uno aparecen dos más, Jin ni siquiera se mueve solo mirando a su hijo y el otro imbecil mal nacido solo ríe mientras sus hombres batallan conmigo, no dejo que ninguno me atrape pero logran darme en las costillas, la pierna derecha y uno que otro puñetazo, empiezo a debilitarme, pero no es causa para deje de pelear, se que aún no va a matarme, ya que lo que quiere de mi aún no lo tiene y nunca se lo voy a dar.

Golpes van y vienen y finalmente logran sostenerme entre dos hombres, después de todo no soy de hierro, ni un robot, pero que hayan más de diez hombres en el suelo con los que pelee yo solo, me hace sentir suficiente, solo es cuestión de recuperar fuerzas y se van a arrepentir todos.

El gobernador viene hacia mi y sonrío cuando me da un primer puñetazo.

—Que poco hombre, tienen que sostenerme para que te acomodes las pelotas y te acerques a mí sin orinarte en los pantalones, mujercita—. Musito.

El hombre tensa la mandíbula y está vez hunde una navaja en mi estómago tomándome desprevenido, no me inmuto a pesar del dolor inmenso que siento, se aleja de mi sacando el filo para volver a hundirlo con más fuerza, me sale sangre de la boca y la escupo en el suelo, el niño saca un pañuelo y me limpia los labios mientras lo fulmino con la mirada.

—Hablemos de lo importante —. Interviene el jovencito.

Frunzo el ceño intentando mantenerme despierto para poder escuchar con claridad lo que van a decir, Jin parece nervioso como si algo le asusta, el niño en cambio sostiene un palo de madera fina y apunta hacia la pizarra.

PANDEMIC +21 (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora