✨Capitulo 73✨

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"La Pintura"
Jimin

Despierto por los movimientos en la cama, se supone que solo somos el coronel y yo y ese hombre duerme como un tronco, ni siquiera se mueve cuando está dormido a menos que yo me le acerque primero, abro los ojos y me encuentro con nuestros hijos en medio de nosotros y no sólo eso, Domenick está acurrucado en el pecho del coronel, Amalia recién está subiendo a la cama y cuando lo hace pone cara de indignación y mueve al niño alejandolo del militar para después colocarse ella en su lugar, le quita las mantas y cubre su cuerpo para después abrazar a su padre con sus bracitos.

—Lo siento bebé Nick, Amalia llegó primero, es mi lugar —. Susurra, deja un beso en la frente de su hermano y lo arropa con una manta pequeña.

No puedo creer de lo que es capaz está niña, ambos mueren de amor por su papá y eso me llena de nostalgia porque a pesar de que no estuvo aquí por dos años, ellos tienen un amor incondicional e inigualable hacia él y se que él está igual de loco por ellos, para mala suerte de Amalia su querido padre está apunto de despertar.

Sonrío cuando el coronel se remueve incómodo y tantea el cuerpo de los niños para después fruncir el ceño y abrir los ojos.

—Pero, ¿Qué carajos?, ¿Cuando llegaron estos dos?—. Cuestiona algo molesto y entiendo su razón, se quedó sin mañanero, que mal por él.

Amalia aún no se duerme y en respuesta a las preguntas del coronel lo abraza por el cuello y lo besa en la mejilla para después hacer que vuelva a recostarse en el colchón, pobre hombre lo tienen más dominado que yo, ayer incluso se dejó maquillar de Amalia y eso ni siquiera yo lo permito.

Desde mi posición observo a nuestra hija repartir besos por el rostro del coronel mientras él mantiene la mirada fija en mi.

—Buenos días, Papá oso—. Saluda y el militar la envuelve en sus brazos y sonríe en mi dirección.

Salgo de la cama y me meto a bañar, abro la regadera permitiendo que el agua mojé todo mi cuerpo, necesito salir sin el coronel, anhelo y se que me encontrare con Min Yoongi, no se porque mierda no puedo dejar de sentirme vigilado, pero lo que si se es que cuando lo vea le voy a romper la cara, llevo dos años deseando hacerlo, está vez nadie me detendrá.

Vuelvo a la habitación, ya con el boxer puesto y el coronel levanta una ceja escaneando me de pies a cabeza.

—¿Vamos a salir?—. Cuestiona colocándose detras de mi.

—Eso me suena a manada, voy solo—. Le contesto y empiezo a vestirme, Amalia nos mira desde la cama y el militar me sostiene las nalgas con descaro y me besa el cuello como si nada.

—Voy a retratar ese perfecto culo que te cargas, es que joder, me tienes jodidamente loco—. Musita masajeando me las nalgas como si estuvieran hechas de colchas o algo así de suave.

Le doy un manotazo alejándolo de mi para finalmente terminar de vestirme, aprieto mis tenis y me miro al espejo, me acomodo el cabello y me coloco labial de brillo en los labios.

—Ya dime a dónde dominios vas, mira esa ropa y esa perfecta cara, maldición, ¿Vas a verte con alguien?—. Cuestiona y me cruzo de brazos.

—Supongo que así es como los trogloditas dicen que uno se ve bien, en fin, estoy bueno, no es ninguna novedad, dame las llaves de tu auto—. Extiendo la mano hacia él y ahora es su turno de cruzarse de brazos.

PANDEMIC +21 (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora