✨Capitulo 74✨

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"Prohibiciones"
Jungkook

Me siento frustrado, enojado, la sola idea de que ese imbecil se haya tomado el atrevimiento de utilizar el cuerpo de mi hombre como musa para crear semejante mierda, me sube la sangre a la cabeza y me llena de enojo, no se qué pretende Jimin trayendo tal porquería a mi casa, frente a mis ojos como si yo no fuera el único que puede tener un cuadro suyo desnudo, lo único que tengo seguro es que Lee Taemin paso de ser una sanguijuela a la quiero aplastar a ser el primero al que le voy a abrir el estómago y sacarle los intestinos frente a su madre, mal parido hijo de puta.

No se exactamente qué reacción esperaba Jimin al mostrarme algo así, pero al parecer que haya destrozado el cuadro no le gusto, porque simplemente continuo su camino al baño supongo que ha curarse las heridas, ese Min Yoongi me las va a pagar, tiene que entender a las buenas o malas que con mi familia no se va a meter mucho menos con él, no con Jimin.

— Papá oso, ya terminamos de pintar, ahora queremos ir al parque de diversiones —. Musita Amalia con una sonrisa ladina en su rostro, niego con la cabeza intentando verme firme en mi decisión, pero es casi imposible cuando tiene la carita llena de pintura al igual que sus manitas.

La niña acepta mi respuesta y se va dejándome atrás cosa que me extraña porque ella siempre tiene que refutar algo cuando no hago lo que ella quiere. Me pongo en marcha dirigiéndome a la puerta del baño donde recuesto mi brazo y cruzo los mismos observando a Jimin dividir su cabello en cuatro secciones.

Lo escucho gruñir mientras reclama algo en voz baja casi en susurros, él está frente al espejo y lo veo detenidamente abrir una de las gavetas de las que saca unas tijeras y la guía al cabello largo que anteriormente cubría más abajo de su nuca, sostengo su muñeca evitando que corte su cabello.

—¿Qué carajos te piensas que estás haciendo?—. Cuestiono y aprieto más el agarre cuando forcejea por liberarse.

—No te importó la pintura, que no te importe mi cabello, déjame en paz —. Pide intentando liberarse de mi agarre, arrebato las tijeras de su mano y retuerzo su brazo colocándolo en su espalda dejándolo inmóvil.

—No es nada gracioso saber que un hijo de puta anda con cuadros tuyos y menos donde estás desnudo —. Reprocho y lo veo fruncir el ceño y apretar los ojos por la molestia de la posición.—¿Qué tengo que hacer para que tú y el mundo entero entienda que el único que puede tener y hacer lo que le plazca con tu culo, soy yo?—. Cuestiono y apego mi hombría en su trasero provocando que muerda su labio inferior y deje salir un gruñido de su garganta.

Escucho los pasitos de uno de los niños afuera y cierro la puerta del baño con la punta del pie y me estiro a colocarle el seguro.

—Los niños—. Musita con la voz ronca y niego con la cabeza.

—No. Me. Cambies. El. Maldito. Tema—. Gruño en su oído estando enojado, pero él parece reaccionar de una manera distinta a todo lo que hago, es más que obvio que está excitado, deseoso de que lo folle ahora mismo, justo aquí frente al maldito espejo que me da una clara imagen de lo desesperado y excitado que está.—¿Por qué trajiste esa pintura justo en frente de mis narices?

—Porque yo. Pensé que reaccionarias diferente, que te enojaría, pero me harías pagar por ello de otra manera—. Confiesa con mi mano libre acaricio su torso sintiendo las areolas ya duras en su pecho.—Ahhh, deja de. Deja de castigarme—. Súplica hundido en el placer.

PANDEMIC +21 (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora