"Algo Inesperado"
JiminDespierto por las caricias del coronel en mi rostro, quedé agotado después de buscar los dulces, abro los ojos y dirijo la mirada hacia la puerta principal de la casa donde los niños están rebuscando entre los dulces, me siento cansado y quiero dormir, son más de las diez, pero primero tengo que dormir a los niños, el militar pasea la palma de su mano por mi rostro y acerca su cara a la mía, une nuestras frentes y frota su nariz contra la mía provocando que sonría y envuelve mis brazos alrededor de su cuello.
—Despierta bello durmiente —. Musita y me sonríe, deposita un beso en mis labios e intento abrir la boca, pero se aleja—. Duerme a los niños, tengo que volver al centro, pero prométeme que me esperaras despierto—. Pide y asiento con la cabeza.
No tengo idea a donde va, ni ha que, pero ahora no estoy de humor para discutir, no cuando se está siendo tan lindo, realmente estoy enamorado de este hombre, nuestra relación no es como la tenía planeada con una chica, esas fueron fantasías de adolescentes que quedaron en el pasado, ahora lo tengo a él que es todo un hombre que jamás haría esas cosas conmigo.
—Lo prometo—. Contesto y dejo un pequeño beso en sus labios, bajo del auto y entro con los niños a la casa mientras él se va nuevamente, Domenick detiene su andar y empieza a llorar en cuanto se da cuenta de que se ha sido.
Amalia lo abraza y lo consuela repartiendo besos en todo el rostro del chico, cierro la puerta con seguro, uno siempre tiene que ser precavido cuando tiene niños en casa, retiro el maquillaje al igual que los vestuarios de los pequeños y los dejo en la ropa sucia, Minmin se mete a bañar mientras preparo los biberones de los otros dos.
— Papito, ¿Y los dulces?—. Cuestiona Amalia con curiosidad al ver que los guarde en el refrigerador.
Domenick la secunda asintiendo con la cabeza dándome a entender que él también tiene la misma pregunta.
—Los dulces son para mañana, no podemos comer dulces de noche porque luego nos duele el estómago —. Les contesto.
—¿Entonces por qué se piden en la noche?—. Cuestiona Amalia.
Introduzco el biberón en su boca y ella entrecierra los ojos juzgando mi vida completa con una sola mirada, mi hermanito regresa del baño y se pone a cenar, mientras preparo el baño de mis hijos.
Son las once y media y ya tengo a los niños acostados y bien alimentados, listos para dormir, desde que el coronel volvió ha sido él quien duerme a los niños, asique ellos están algo inquietos al no verlo aquí, pero al final de la noche terminan rendidos encima de la cama, depósito un beso en la frente de cada uno de ellos y dejo la puerta entreabierta, me paso a mi propia habitación y me desvisto, me quito el maquillaje y los colmillos falsos, me meto a la ducha y después de un largo rato vuelvo al dormitorio, me pongo la pijama y saldo al pasillo ha esperar al coronel, se que si me acuesto no podré mantenerme despierto.
Mi estómago gruñe y me pongo de pie en cuanto escucho un vehículo estacionarse afuera, abro la puerta y salgo encontrándome con el coronel tomando unas bolsas del asiento del copiloto, también trae una caja de pizza en la mano derecha y llega frente a mi en menos de nada, me da un beso en la frente y deja las cosas encima de la mesa del comedor, está vez es él quien le coloca seguro a todas las puertas y me toma de la mano, me lleva a la sala y hace que me siente en el suelo, se agacha a mi altura y me mira de forma extraña.
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PANDEMIC +21 (Corrigiendo)
Ficção AdolescenteTras la absurda decisión del gobierno de aislar la ciudad de Busan de las demás ciudades de Corea del Sur con el propósito de experimentar con los ciudadanos, El Coronel Jeon Jungkook se ve obligado a convivir y relacionarse con gente que dice odiar...