✨Capitulo 38✨

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"Aclarando dudas"
Jimin

Me despierto por el mal estomacal que me arropa, salgo de la cama corriendo sin importarme si estoy vestido o no, corro al frente de la casa y sin poder contener más dejo que todo lo que tengo dentro salga, la casa de madera donde estamos solo tiene un baño y sería demasiado tarde llegar ahí, el estómago me duele y las arcadas no cesan, los ojos se me llenan de lágrimas y siento como las manos de alguien me recoge el cabello y lo sostiene para que no me estorben, me acaricia la espalda con suavidad, son unas manos frágiles y delgadas asique se que no es el coronel, supongo que es Rossy, ya que ella es la única de las cuatro chicas que hay aquí que me habla, pues las demás son esposas de los soldados.

—¿Estas bien?—. Cuestiona.—¿Algo te cayó mal?

Asiento con la cabeza y enjuago el interior de mi boca con agua, ella suelta mi cabello y me giro quedando frente a ella solo para confirmar que es Rossy.

—No, nada le cayó mal—. Aparece el coronel.—Lleva un hijo mío en el vientre, es momento de que te rindas y te dejes de estupideces, él es mío, deja de soñar.

La chica pone los ojos en blanco y desde que veo al coronel venir a mi, todo cambia, me siento triste, quiero llorar, quiero que me haga mimos, que me apapache y me de mucho cariño, esto es tan ridículo, esto no soy yo, pero no puedo evitarlo, hago un puchero con mis labios y él sonríe, el maldito sabe que soy un mimado de mierda y le encanta mimarme en frente de la gente para marcar territorio.

—Ven bebé —. Pide con ternura, abre los brazos y siento como los míos se me llenan de lágrimas.

Voy a él y me envuelve en sus brazos, me da un beso casto en la frente y me sostiene de la barbilla, levanta mi mentón y deja un besito de poquito en los labios, coloco mi rostro en su pecho y lo hundo ahí, lo froto contra la camisa que cubre su cuerpo olfateando como un perrito su aroma.

"Juro por Dios que me voy a vengar, cuando se me pase esta ñoñería le voy a meter un putazo que se va a recordar cuando y donde nació"

Levanto la cabeza y busco su mirada conecto mis ojos con los de él y agacho la cabeza nuevamente empezando a llorar sin saber porqué. Esto es una mierda.

—Me duele el estómago amor, duele mucho—. Me quejo.

Él me aprieta contra su cuerpo y acaricia mi espalda con suavidad, peina mi cabello hacia atrás, me siento tan bien estando así con él, no me importa que la gente me mire raro, él está conmigo y eso es lo único que me importa.

—¿Tienes hambre?, vamos a buscar algo, dale de comer a nuestro bebé.

—Pero. Yo. Quiero pollo frito—. Musito.

Hago un puchero y él rasca su nuca con nerviosismo, Rossy carraspea la garganta llamando la atención de ambos y agacha la cabeza.

—Ayer vimos una gallina y el capitán la trajo, no es lo mismo, pero si quieres lo puedo intentar —. Ofrece.

Me importa poco donde encontró la gallina, simplemente quiero carne frita, llevo meses sin probar carne, me siento emocionado así que salgo de los brazos del coronel y me cerco para abrazarla, el militar sostiene la tela de mi remera desde el cuello y tira de ella arrastrándome lejos de la chica.

—Hazlo y ven después a la reunión —. Le exige y ella asiente mientras me sonríe.

Muevo mis dedos en forma de despedida y voy con el coronel a la supuesta reunión, los demás soldados me miran raro y continuo caminando detrás de él  sosteniendo la tela de su camisa.

PANDEMIC +21 (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora