¡Broma de mal gusto!
JungkookSiento el sudor bajar por mis brazos como si estuviera haciendo ejercicio, muerdo mi labio inferior con necesidad y los nervios de mi cuerpo se contraen con fuerza cuando siento la cavidad humeda que aprieta mi miembro con vehemencia mientras lo introduzco por completo en el orificio, la chica debajo de mi está de espaldas a mi, su agujero trasero se abre y se cierra tragandose toda mi polla como si le encantara, sus gemidos se vuelven mas exquisitos y suaves con cada embiste, no entiendo una mierda ni recuerdo nada, pero la sostengo del cabello rubio y tiro de las hebras haciendo que lloriquee, doy unas fuertes arremetidas en su apretado interior y guio mis dedos al interior de su coño, pero...
—Mi coronel, más duro, por favor—. El rostro sonriente de Park Jimin me hace retroceder mientras niego con la cabeza.
—¡Maldito!
Despierto cuando caigo de la cama y aprieto la mandíbula con fuerza, este es el colmo, después del experimento anterior llevo años sin dormir bien y ahora resulta que hasta en los sueños se me aparece ese marica de mierda.
Peino mi cabello hacia atras y me coloco mi uniforme, parece ser que la falta de sexo esta confundiendo a mi cuerpo y mente, salgo del apartamento en busca de lo que realmente necesito, un buen y apretado coño que me haga volver a la realidad, ¿yo un maricon?, nunca.
Bajo las escaleras pensando en la gente de esta ciudad, no puedo creer que solo pasaron ocho años del último "experimentado social" y nuevamente volvieron a creer la misma mentira, todavía recuerdo cuanto tuvimos que aguantar la última vez, solo que aquella vez sus conejillos de india fuimos los militares, toca esperar a ver con que salen ahora, esa vez la población de la milicia era de unos dieciocho mil ciudadanos y después del virus más del 60% de esa población desapareció o mejor dicho, se asesinaron entre ellos.
Me meto a un bar donde frecuentamos solo militares y sonrio al ver a Jazmín allí, siempre estoy dispuesto a follar su pequeño coño, ella se mueve tan bien.
Después de unos cuantos tragos ella accedió a venir a mi apartamento, nunca he dejado entrar a nadie allí, pero por el confinamiento supongo que será necesario, son las ocho con veinte minutos asique creo es tiempo suficiente para quitarme las ganas y se largue a su casa antes de que sean las diez, en mi apartamento no duerme.
Llegamos al edificio y ella frunce el ceño observando el lugar, ella conoce la fortuna que herede de mis padres, asique debe estar pensando que la perdí o la desperdicie en alcohol y mujeres o algo así.
—¿Aquí vives?—. Pregunta con cara de asco.
—Mi apartamento esta más limpio que tus bragas, no dejes que las apariencias te engañen.
Ella arquea una ceja y coloco mi mano detrás de su espalda bastante cerca de su culo, empezamos a subir las escaleras y le doy gracias a Dios que no hay señales del feto viviente o de su pequeño demonio.
Abro la puerta y entro en el interior del apartamento, la chica me empuja unas cuantas veces hasta que quedo sentado en el sillon de la sala, me abre las piernas y veo que se arrodilla frente a mi, recuesto la espalda en el sillon y cierro los ojos dejando que haga lo que quiera, desabrocha mi cinturon y seguido se deshace de mi ropa interior dejando mi polla al aire libre, siento su lengua pasearse por mi glande y después bajar por el tronco, sostiene el falo con una mano y empieza a sacudirlo mientras chupa y lame la cabeza como si fuera su dulce preferido.
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PANDEMIC +21 (Corrigiendo)
Teen FictionTras la absurda decisión del gobierno de aislar la ciudad de Busan de las demás ciudades de Corea del Sur con el propósito de experimentar con los ciudadanos, El Coronel Jeon Jungkook se ve obligado a convivir y relacionarse con gente que dice odiar...