105 No tengo miedo, ya no lo tengo.

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Disfruten✨✨
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Todos subieron al barco, y los chicos empezaron a explorarlo. Los dos hombres detrás de sus hijos se daban muestras de cariño entre besos y abrazos.

Guillermo sentía una total conexión con ese hombre, cada paso que daban era el reconocimiento total de que estar con Lio era la felicidad más pura que alguna vez había podido sentir.

—Te amo— dijo Lio en un momento mientras ascendían a la parte más alta del barco.

—Te amo— respondió el mexicano.

Mientras se encontraban en un momento tranquilo besándose, un grito agudo se escuchó desde la planta baja.

—¡PAPÁ!— Un grito conocido para Guillermo inundó el lugar.

El mexicano de inmediato puso cara de pánico y quiso bajar corriendo para saber si su hija pequeña había tenido un accidente, pues reconoció su grito.

Pero Lio lo detuvo un poco, sin dejarlo bajar a la siguiente planta.

—Amor, seguro vio la sorpresa que preparé.

—¿Qué sorpresa?— pregunto muy dudoso, no entendía porque tanto misterio con el paseo del día de hoy.

—Tranquilo, ven...—Guillermo se acercó y se besaron de manera lenta— Te amo tanto Guille.

—Te amo Lio— respondió, volviendo a besarse.

—Ven...— Lio tomó la mano de Guillermo y guiandolo hacía las escaleras, bajaron a la siguiente planta.

Se podía escuchar las voces de todos los chicos incluidas voces que ya les eran conicidad.

Cuando entraron al comedor del barco Guillermo abrió sus ojos sorprendido, pues ahí estaban Anto y Karla en la espera de la pareja.

—¿Qué hacen aquí?— preguntó el portero con sorpresa— Hola, no esperaba verlas.

Anto y Karse se acercaron a Guillermo saludando sonrientes.

—No lo ves, es una sorpresa— respondió Anto.

—Muchas sorpresas el día de hoy—Guillermo hizo una mueca— aun no entiendo el misterio de toda esta salida.

Los chicos estaban muy emocionados de estar en el barco pero no entendían porque sería un paseo de pocas horas.

—Tranquilos, sus madres hicieron sus maletas y estaremos aquí hasta mañana.

Todos se pusieron felices y salieron del comedor para explorar el resto del barco.

—Nos vemos para la cena— gritó Anto cuando estaban saliendo.

En la mesa se sentaron las dos nuevas parejas, y comenzaron a charlar.

—¿Por qué no dijiste que vendrían?— Guillermo aún estaba muy curioso por el plan que Lio había realizado.

—Tranquilo amor— le dió un beso— quiero que todo sea perfecto.

EL mexicano aún sin entender simplemente lo beso y sonrió, si Lio algo estaba organizando se enteraría después, decidió permanecer tranquilo.

Pasaron pocas horas y la cena estaba servida, los chicos entraron al comedor y todos juntos compartieron un agradable momento de convivencia familiar.

Después de la cena, la bandeja de postres fue presentada ante la mesa con una variedad tentadora de opciones. Los niños, llenos de energía y emoción, se deleitaron eligiendo sus postres favoritos mientras los adultos conversaban alegremente.

Guillermo y Lio intercambiaron miradas cómplices, sintiendo la felicidad de tener a sus hijos y a Karla y Anto compartiendo este momento especial. A pesar de la intriga inicial sobre el misterio detrás de la salida, Guillermo se dio cuenta de que este gesto sorpresa de Lio era una muestra más de su amor y dedicación.

Mientras saboreaban los postres, las conversaciones se volvían más animadas. Anto y Karla compartieron historias y anécdotas divertidas sobre sus hijos, creando un ambiente cálido y acogedor. Guillermo y Lio también compartieron sus propias historias, fortaleciendo aún más los lazos entre las dos parejas.

Después de la cena, todos decidieron dar un paseo por la cubierta del barco para disfrutar de la brisa marina y las vistas nocturnas. Las risas y los juegos de los niños llenaron el aire mientras exploraban el barco juntos. Guillermo y Lio caminaron de la mano, disfrutando de la paz y la belleza de la noche.

A medida que avanzaba la noche, regresaron a sus cómodas cabinas para descansar.

Guillermo y Lio se retiraron a su acogedora cabina en la embarcación. Antes de entregarse al sueño, compartieron momentos íntimos y reflexivos que profundizaron aún más su amor y conexión. Se recostaron juntos, abrazados, mientras la luz suave de una lámpara de cabecera iluminaba la habitación.

Mientras contemplaban el reflejo de la luna en el agua desde la ventana de su cabina, Guillermo susurró palabras de gratitud por haber encontrado a Lio en su vida. Le expresó cuánto significaba para él esa profunda conexión que habían forjado y cómo había transformado su mundo de una manera que nunca habría imaginado. Sus corazones latían al unísono, sintiendo la calidez y la seguridad del amor que compartían.

Lio respondió con ternura, compartiendo sus propios sentimientos y emociones. Habló sobre cómo Guillermo había llenado su vida de alegría, amor y sentido. Recordaron los momentos especiales que habían compartido, los desafíos que habían superado juntos y las aventuras que habían emprendido como pareja.

Cada palabra que intercambiaron era una expresión del profundo cariño que sentían el uno por el otro. Hablaron de sus sueños y aspiraciones compartidas, de las metas que esperaban alcanzar juntos en el futuro. Se prometieron apoyarse mutuamente en cada paso del camino, sin importar los obstáculos que pudieran encontrar.

El tiempo parecía detenerse mientras se perdían en la conversación, profundizando aún más en su conexión emocional. Los besos y caricias eran expresiones físicas de su amor, pero las palabras que compartían eran el lazo que ataba sus corazones de manera indisoluble.

Finalmente, cuando el susurro del viento marino se mezcló con sus suspiros de amor, se durmieron abrazados, sintiendo la tranquilidad y la plenitud que solo el amor verdadero puede brindar. En ese momento, sabían que habían encontrado algo excepcional, un amor que era su refugio y su razón para enfrentar cada nuevo día con alegría y esperanza.

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Los amo💖

Besitos vainilla para todes <3

Esto ya casi termina gente🥲

Ríndete ante mi [MESSI X OCHOA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora