67 Sin miedo, yo te apoyo.

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Los días que siguieron fueron cada vez más pesados para Lio. Su incapacidad para concentrarse en su trabajo en París y la confusión en su vida personal lo estaban abrumando. No se reconocía a sí mismo, y eso lo perturbaba profundamente.

Sin embargo, el apoyo incondicional de su esposa y de su amigo, Paul, le brindaban un poco de calma en medio del caos. En un momento de desesperación, decidió llamar a Rodrigo para desahogarse y buscar orientación.

—Lio, si sigues por este camino, podrías arruinar tu carrera —advirtió Rodrigo con preocupación.

—¿Tan evidente es? —respondió Lio, sintiéndose abrumado por su propia distracción.

—Estás demasiado distraído, Lio. No entiendo cómo has llegado a este punto.

—No puedo, Rodrigo. No puedo dejar de pensar en esto. Me siento terrible, incluso he considerado tomarme unos días de vacaciones. No quiero salir a la cancha, nunca me he sentido así antes, es horrible.

—¿Sabes cómo se siente Guillermo?

—¡Eres tan estúpido! Te dije que lo he estado ignorando durante semanas.

—Eres un idiota, Lio. Debes comunicarte con él.

Lio se quedó pensativo, reflexionando sobre las palabras de Rodrigo. Su resistencia a enfrentar la situación era evidente, pero sabía que llegaba el momento en el que tendría que llamar a Guillermo y decirle todo lo que había estado reprimiendo. Debía aclarar sus emociones, aunque le repugnara admitirlas.

Sentía que estaba fallando, que su propia mente le había jugado una mala pasada al enamorarse de Guillermo. Negaba sus sentimientos, incluso ante sí mismo. Recordaba el dicho de que no hay peor ciego que el que no quiere ver, y en ese momento, Lio se refería a sí mismo.

—Al final, me has dicho lo mismo que me dijo Anto y que tengo que hablar con Guillermo —comentó Lio con cierta resignación.

—Es lo mejor, Lio. Debes hablar con él y expresarle tus sentimientos.

—Rodrigo, ¿y si...?—titubeó Lio.

—Dime, ¿qué pasa?

—Es solo que... no importa.

—Dime qué pasa.

—He llegado a considerarlo, Rodrigo. He pensado en dejar a Anto y estar con Guillermo.

—Y, ¿qué tiene de malo?—respondió Rodrigo sin inmutarse.

—Rodrigo, ¿no entiendes lo que te estoy diciendo?

—Sí, lo entiendo perfectamente. Lio, no pasa nada.

—Tengo una esposa, tengo hijos. Y la afición, ¿qué pensará la afición?

—Lio, tienes una esposa maravillosa que te apoya en cualquier decisión que tomes. Tus hijos son buenos y se adaptarán a cualquier cambio, ellos solo quieren verte feliz. Y la afición, a la mierda con la afición y olvídalos, no les debes tu felicidad.

Lio se quedó sin palabras, sin saber qué responder. Estaba sorprendido por la reacción de Rodrigo, esperaba que lo rechazara y le sugiriera buscar terapia para salvar su matrimonio.

—Lio, somos amigos. Tu felicidad es lo más importante.

—Gracias —respondió Lio.

Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro.

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Dos capítulos el día de hoy: como es posible este sucesoooooo.

Espero lo hayan disfrutado.

Los amo💖

Besitos de vainilla para todes<3

Ríndete ante mi [MESSI X OCHOA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora