Capitulo 43

261 21 4
                                    

-Roberta... -insistió Diego.

-¿Quieres de verdad saber quién creo que está detrás de todo esto? -preguntó Roberta tragando-. En mi opinión la candidata más probable es Mia - Diego se quedó mirándola con ojos extrañados, como si pensara que estaba loca - Tiene que haber sido ella, lo sabía todo de mi infancia, y me odia... -continuó Roberta valiente.

-¿Pero es que has perdido el juicio? -preguntó Diego furioso, casi suplicante.

-Si te sirve de consuelo te diré que Mia te ha utilizado a vos también -añadió Roberta incapaz de seguir escogiendo cuidadosamente las palabras-. Me dijo que era fácil hacerte sentirte violento, que te revolverías contra mí.

-Estás tan devorada por los celos que ni siquiera puedes ver las cosas con objetividad, y mucho menos aún pensar con racionalidad...

-En este preciso instante no estoy celosa, Diego - declaró Roberta levantando el mentón-. Si Mia cruzara ahora esa puerta te avisaría de su visita sin rechistar.

-¡Ya basta! -gritó Diego.

-¡No he terminado! -exclamó Roberta, cuya ira aumentaba al tiempo que la de él, inexplicablemente, parecía menguar-. ¡Te la mereces! ¡Desearía que te hubieras casado con ella! ¡Te habrías congelado en tu noche de bodas!

Diego respiró profundamente, despacio, y luego dijo:
-Creo que ha llegado el momento en el que la luna de miel acaba mal.

-No te soporto más, ni a vos ni a esa arpía -respondió Roberta.

-Mala suerte -dijo Diego con extrema tranquilidad.

-¿Qué quieres decir con eso de mala suerte? -inquirió Roberta extrañada ante el cambio de actitud.

- Sos mi mujer y no vas a marcharte a ninguna parte. De hecho, mientras demuestres que sigues teniéndole esa manía a Mia, te quedarás en la isla. Tengo que confesar que temblaba literalmente ante la idea de que ustedes dos se encontraran. ¡Pero mírate! ¡Si estás casi saltando de rabia!

-¿Y qué esperabas? -gritó Roberta con voz rota.

Diego puso un brazo decidido alrededor de su temblorosa figura.

-Esto no es bueno para el niño...

-¡Quítame las manos de encima!

-¡Pero si apenas sos capaz de controlarte! Esto tiene que ser tu nivel de hormonas -decidió Diego observándola con gravedad, aliviado de encontrar una explicación satisfactoria.

-¿Mi... nivel de hormonas? -susurró Roberta.

-En los primeros estadios del embarazo las mujeres son propensas a cambios emocionales que pueden requerir un apoyo y una comprensión extra por parte de los demás - Roberta abrió la boca atónita ante aquel comentario erudito-. He sido demasiado duro con vos - añadió obligándola a sentarse en el sofá.

- Diego.. ¿a qué demonios estás jugando?

-Te has alterado mucho al ver ese artículo -explicó Diego sentándose a su lado-. Hubiera debido de ser más benevolente contigo, aunque le hubieras dicho que estabas embarazada a toda la plantilla del edificio .

-Bueno, ¿y qué?

-¡Me he puesto tan furioso al ver cómo te atacaban en la prensa! -continuó Diego atrayéndola hacia sí y estrechándola-. ¡Y saber todo lo que has tenido que pasar, desde tan pequeña, con esos padres tan egoístas! Eso me ha alterado mucho, desde luego. Pero gracias a Dios al hablarme de Mia he comprendido que esto se nos estaba escapando de las manos.

-No puedo vivir con vos si no confías en mí.

En El Lugar Equivocado •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora