Capítulo 5 (Me Besó )

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Llego el día de mi primera fiesta por así decirlo, solo había asistido a cumpleaños y a fiestas familiares y los únicos adolescentes siempre eramos Nickolas y yo. Estaba segura de que bebería demasiado, me embriagaria y haría el ridículo besando a un desconocido y luego le vomitaría la ropa.

Eran de noche ya y yo me preparaba ansiosa con ganas de probar cada trago que pudiera y sobre todo que mi garganta y mi estomago fueran capaces de soportar. Hoy era el día de dejar de ser esa chiquilla que se escondía detrás de su hermano siendo protegida, hoy ya no mas. Busqué en mi armario un vestido para hoy. Era un vestido negro manga larga con escote desde mi nuca hasta mi espalda baja acompañado de unos tacones negros. Pelo en ondas y maquillaje sencillo, me veía mayor de edad que mas podía pedir. Mi hermano se asomo a la puerta y tocó.

—¿Estas lista? —. Me miro con asombro. Nickolas era muy atento conmigo y aunque era adoptado era el hermano que hubiera deseado.

— Si, estoy lista —. Nickolas estaba mas atractivo que nunca, muy elegante por cierto llevaba un pantalón negro, una camisa de botones blanca manga larga y un lazo que le daba un toque único y especial. Su pantalla en la nariz se notaba a leguas y su sonrisa brillaba más que nunca.

— Estas hermosa — dijo rascando su nuca. Se que se había puesto nervioso se notaba en su rostro. No entro al cuarto el solo se quedo en la puerta y extendió su mano. —¿Me permites? — me acerqué con una sonrisa y coloqué mi mano encima de la suya.

— Claro , tu te vez guapísimo — añadí. Al llegar a la fiesta pude ver a Amber y a Catalina esperándome en la entrada. Decidimos entrar a la fiesta y lo primero que vi fue a un chico sirviendo tragos.

— Chicas espérenme aquí ya vuelvo —.  Había mucha gente, rozabas con todo tipo de personas y la música estaba muy fuerte. Podías quedar sordo en una noche, pero la música era muy buena así que no importaba. — ¿Hey me das un trago? — grité. El chico estaba de espaldas y se giro hacia a mi cuando me escucho. Al girarse vi que era Axel, no sabía que hacer y volví a congelarme. Maldita Mía que no tienes auto control. Pude leer sus labios que decían tratando de pasar el sonido de la música.

—¿Que quieres tomar? — preguntó. Nunca antes había bebido, no sabía que tomar. Ni siquiera estaba segura de saberme el nombre de algún trago.

— Dame lo mas fuerte que tengas — grité. No entendía porque todos me miraban, hasta que me percate de que habían quitado la música mientras yo gritaba. Axel comenzó a reír y vi que con deseo miraba mi cuello. Un escalofrió recorrió mi cuerpo, me di media vuelta y me fui corriendo hacia donde estaban mis amigas que se encontraban con Jay y Steven. Jay me vio y rápido me abrazo haciendo que mis pies ya no tocaran el suelo.

— Mía que alegría verte, estas muy hermosa ya me tenias preocupado — Jay estaba contento de verme se notaba en su voz, yo también lo estaba aunque salíamos a escondidas de mi hermano, Jay y yo teníamos una conexión increíble. El sabía como divertirme y hacerme sentir bien cuando no lo estaba.

— Gracias Jay, tu también estas muy guapo — apreté sus cachetes de felicidad ya que era costumbre en mi.

— ¿Y mi hermano? — pregunté.

— Debe estar en los cuartos — contestó Steven. Frunci el entre cejo. No se de que hablaba pero se escuchaba extraño y sospechoso.

— ¿En los cuartos? —  pregunté curiosa. Ellos se miraron y se rieron notando que era mi primera fiesta y que igual estaba perdida. Además no creo que en las fiestas se hable de cuartos. ¿O si?.

— La fiesta de antifaz la hacen al menos una vez en semana, esta casa es muy grande y contiene muchos cuartos a los que le llaman las rooms. Cada una tiene un nombre y ahí van personas a conocerse, hablar o a estar solas — explicó.

— Y para hacer otras cosas — dijo Cata sin ánimos. Abrí los ojos como búho, nunca imagine que pudiera existir algo así.

— Subiré a buscarlo —. Yo sabía que estaba haciendo Nickolas. No era tan tonta como para no saberlo. Yo conozco a mi hermano.

— Yo tú no lo busco, sabes como es Nickolas y quizás no te gustara lo que veas — dijo Jay. Puse los ojos en blanco y me encamine a unas escaleras las cuales suponía me llevarían a las rooms. El pasillo estaba oscuro y era verdad lo que había dicho Steven habían muchos cuartos. Eran demasiadas puertas, como sabría en donde se encontraba mi hermano.

— Nickolas? — . Me dirige a la primera puerta que vi, puse mi mano en la manija y abrí la puerta. Abrí de nuevo los ojos grandes como suelo hacer por todo. Era una manía. Había una chica y un chico totalmente desnudos. El estaba parado viendo lo estupefacta que lucía. Se me caía la cara de vergüenza. El sonrió coqueto.

—¿Te unes? — preguntó descaradamente. Cerré la puerta de inmediato y camine rápido por el pasillo hablando sola en voz baja.

— Nickolas —. Donde se habrá metido el maldito de Nickolas apenas estaba comenzando la fiesta y ya estaba pasando vergüenzas. Incluso en varias ocasiones me mandaron a callar.

Al final de uno de tantos pasillos entré a un cuarto y al entrar estaba todo oscuro solo alumbraba la luz de la luna. El ambiente se volvió pesado y allí sentado se encontraba un chico. Tímidamente y nerviosa me senté junto a el en un mueble que había. Me pregunté a mi misma por que había entrado. El chico no habló así que rompí el hielo y le hable yo.

Ya sabía quién era.

—¿Hola como estas? — pregunté.

— Hola estoy bien — contestó seco como si no tuviera ganas de hablar, incluso de estar allí. La sala se aclaro un poco dejando ver unos muebles color negro unas cinco o seis butacas blancas de distintos tamaños y también unos grandes ojos color verdes que transmitían destrucción y caos, era una mezcla de frialdad y crueldad.

— ¿Ryan? — pregunté sabiendo que era el. Yo y Ryan antes cruzábamos miradas en el instituto y nos intercambiábamos sonrisas coquetas. Me empezaba a gustar hasta que mi hermano hablo con el. Después de eso cada vez que me veía cambiaba la mirada o simplemente se iba del lugar. Ryan miro fijamente a mis ojos y yo podía ver como suplicaba lo que iba a decirme.

— Vete y no vuelvas más — dijo con tono brusco.
Me retire de la room y cuando ya había cerrado la puerta detrás de mi pensé, el tiene algo, algo que no sé que es pero tengo que descubrir. Luego de varios segundos volví a entrar y el giro su cabeza hacia mi penetrando su mirada en la mía haciéndome sentir miedo.

— ¿Por que, por que eres así, porque me huyes, que te hice? —. Quería una respuesta porque, que yo recuerde no le había hecho absolutamente nada.

—¿Por que haces tantas preguntas, no es tan difícil irte y no regresar? —. Ryan hizo un ademán de manos como si estuviera molesto.

— ¿Qué te hice? — volví a preguntar.

— ¿No me hiciste nada contenta?, ahora haz que te vas y vete —. Ryan no me miró, siguió con su cabeza agachada mirando al suelo. El ambiente se hacía más pesado mientras pasaban los segundos.

—¿Y porque estas así conmigo, por que me vez y huyes? — Insistí. No podía irme así como así sin saber porque actuaba de esa manera. Ryan suspiró molesto y contestó sin mirarme aún.

— Nickolas habló conmigo y yo decidí alejarme de ti, no te enamores de mi, aléjate, aquí no haces nada —.

Ryan se levantó del mueble en el que estaba sentado, no me miro y no volvió a hablar, se dirigió a la puerta para marcharse. Yo estire mi mano y agarre la suya tratando de detenerlo. El ya tenía su mano izquierda en la manija de la puerta que ya se encontraba dos dedos abierta. Cerró la puerta cuidadosamente girándose hacia mi, se soltó de mi agarre y me miró fijamente. Sus ojos brillaban más que nunca, con su con su mano derecha quito mi antifaz lo tiro al suelo y removió un mechón de cabello que caí por mi frente. Su mano izquierda rodeo mi cintura y su mano derecha se poso detrás de mi nuca y se acerco a mi rostro. Wao estaba tan cerca que sentía como su nariz rozaba con la mia y yo que había esperado este momento
hacía tiempo. Nos quedamos sin movernos unos cuantos segundos y me sentía bien estando así. Sus ojos aun me miraban fijamente y acerco sus labios a los míos y me beso, me beso tiernamente. Solo podía pensar en que Ryan me había besado y que no quería despegarme. Cerré mis ojos y el se alejó de mi, dio media vuelta y se marchó sin decir nada. Dejándome sola y confundida.

El chico vestido de negro { 1 }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora