Capítulo 49 ( La cuchilla)

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— No digas nada solo baila —. El sonrió y ahora que lo miraba fijamente tenía la misma sonrisa de Nickolas, tan hermosa tan blanca. Ryan se sentó en la mesa en la que estaba Nickolas, Amber, Steven y Axel.

— Miller, lo lamento pero era mi deber. Oriana mató a Rex el era tan especial para mi como ella para ti —. El rostro de Miller cambio, el estaba vestido de ninja pero su rostro estaba descubierto.

— No insistas en hablar de eso. Todo ya pasó y ellos ya no están, encontré a mi verdadera familia y la disfrutaré —. Yo no estaba del todo convencida pero no dije nada. Mi madre apareció por una de las puertas del gran salón y lucia igual que morticia. Miller dejó de bailar, sus ojos comenzaron a brillar y sacó de su ropa el sobre de resultados.

— Mamá —. Miller me miró y sonrió. — Ya vuelvo tengo que hacer algo —. Caminó hasta mi madre y la invitó a bailar. Me sentía feliz pero vacía, algo me faltaba y era algo más que tener a Jay y a Rex junto a mi. Quizás era a Catalina y a Amber. Extrañaba esos días donde todos estabamos juntos sin problemas. En ese momento como por arte de magia mi celular sonó. Pensé que era una llamada pero no.

*Mensaje de Catalina*
* Se lo comenté a mis padres, no lo tomaron nada bien, no te lo dije antes porque no estaba preparada pero llevo dos días llorando sintiendome sin ganas de nada. Mis padres acaban de entrar a mi habitación se notan agotados, se ve que han llorado igual o más que yo. En sus ojos veo temor, veo el miedo que teníamos cuando todo comenzó. Ellos se sentaron en mi cama y mi madre me tomó de las manos. Les expliqué que me encantaba estar con ustedes y que no me había pasado nada malo en todo este tiempo. Les dije que quería estar con ustedes, les exigí que me entendieran y al parecer funcionó. Se disculparon por estos dos días en los que me escucharon llorar no solo en las noches, incluso las comidas que me llevaban al cuarto y yo tiraba por la ventana para los gatos. Iremos al instituto a pedir mi de baja. Pronto estaremos juntas de nuevo, tu, Amber y yo.*

No pude evitar sonreir por la gran noticia de Cata, pero esa sonrisa fue borrada de inmediato al ver a Ana la mujer que hizo que separaran a mi madre de mis hermanos. Esa que hizo que la vida de Nickolas estuviera llena de miles de preguntas y que hizo que la vida de Miller fuera una mentira. Nickolas me miró y de inmediato se levantó de la silla. Ana se quedó inmóvil al ver a Miller bailando con su verdadera madre. Su cara se notaba triste y dio media vuelta para irse pero su esposo el Jefe de los Sivit la detuvo tomándola fuertemente por el brazo. Ryan no hizo nada solo miró como su padre detenía a su madre. No estaban muy lejos de nosotros así que se dieron cuenta de que los estabamos observando y rápidamente Ana siguió caminando. Miller no le hizo caso y siguió bailando con mamá, cuando vi que sacó los resultados. No había mucha luz solo podía ver que el estaba diciendole algo en el oído a mi madre pero no podía leer sus labios.

— Auch! —me quejé.

— Estás bien Mía, que pasa? —preguntó. Nickolas apartó una silla para que me sentara. Aunque Ryan no hacia ni decía nada seguía con la mirada en sus padres. Su maquillaje no me dejaba leer su expresión. Amber lo miraba y por la cara que tenía tampoco podía leerle la cara. Ella me miró y encogió los hombros.

— Si estoy bien, solo me duele un poco la espalda —. Al terminar lo que estaba diciendo, Ryan me miró. Nickolas clavó su mirada en Miller que le hacia señas para que fuera a donde el mientras le hacia entrega de los resultados a mi madre. Ella lloró, vi cuando tapaba su cara para que no vieran sus lágrimas. Miller la abrazó y acariciaba su cabello, el y Nickolas lloraban también. Mi madre extendió sus brazos y los abrazó. Con esa escena era imposible no llorar. Ryan se levantó y se fue a no se donde por que no dijo y no le presté mucha atención.

— Ve —. Axel dijo señalando a la pista.

— No, esto es un momento de ellos —sonreí por que realmente estaba feliz. — Voy al tocador ya vuelvo —. Los baños quedaban en un pasillo oscuro, y por un momento pensé si entrar o no. Di un paso y Ryan salió del pasillo limpiando su boca y a su vez estropeando su maquillaje. Sus ojos estaban amarillo claro, no me dio tiempo a decirle nada. Ryan no se había fijado que estaba allí así que lo siguió de largo.
Entre al tocador y cada paso que daba dejaba una pequeña pero visible huella de sangre.

Que rayos es esto?

Me dirigi al lava mano para quitarme el maquillaje que por cierto no estaba nada mal, cuando de repente por el espejo vi a Sherly entrar por la puerta tapando su cuello. Al verme sonrió maliciosamente, destapó su cuello y metió sus manos debajo del agua del lava mano que estaba a mi lado. Sus manos estaban llenas de sangre.

— Por que te dejas morder? —. Ella me miro por el espejo y se giró sonriendo.

— No te dejarías morder por el chico más guapo y más poderoso de los vampiros? —. Termine de quitarme el maquillaje, comencé a secarme la cara y recorde cuando Mathew me mordió.

— Al parecer ya te mordieron. Por quién te dejaste morder? —.

— Por quién mas?. No te hagas, tu mejor que nadie sabe quién es, Ryan el hijo de los Sivit —dijo mientras se secaba las manos.

— Ah el, es que no lo considero el más poderoso de los vampiros, hay una vampiresa más poderosa que el —. Sherly puso cara de sorprendida.

— Quien? —. Comencé a reír y salí del tocador. El pasillo seguía oscuro pero a travez de la oscuridad se veían unos ojos azules brillantes. No le di importancia y antes de salir a la luz de la fiesta alguien colocó algo en mi mano. Mire hacia atrás, no había nadie y en mi mano una rosa.

Josh!

Seguí caminando hacia la mesa y me senté con la rosa en la mano.

— Quien te dio esa rosa? — preguntó Steven riendo. Mire a la pista y allí estaba Josh mirando hacia nuestra mesa con otra copa en la mano.

— Debe estar borracho — . Amber miro también a la pista.

— Que? — Steven pregunto y rio .

— Extrañaba esa risa —sonreí y baje la cabeza cuando escuché hablar en el micrófono a Valdi el Jefe de la Rebelión. Dijo algunas palabras al igual que el padre de Ryan. Mientras Valdi hablaba mi madre se arrodilló frente a mi llorando.

— Gracias —. Su voz era casi inaudible pero a travez de su llanto se notaba su felicidad. Estrechándose la mano sellaron el trato. Varias personas salieron incluyendo a mis amigos y entre ellos un chico misterioso de ojos rojos. Como siempre, tengo en mis botas una cuchilla de plata la tomé y salí a ver quien era ese chico. Entre los arboles se movía algo, así que avancé y me acerqué, lancé mi cuchilla sin saber a donde caía o a quién le daba. Luego de lanzarlo pensé y si es un indefenso animalito?, pero y si era un enemigo más?.

— Debes practicar tu punteria Mia —dijo Miller riendo. El tenía una sonrisa en su rostro.

— Me ayudas a practicar? —. Miller volvió a sonreír y toco su costado.

— Si pero antes toma tu cuchillo —. Miller cayó arrodillado frente a mi y por su costado brotaba sangre.

El chico vestido de negro { 1 }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora