Al levantarme en la mañana para ir al baño me percaté de que Mathew aún estaba allí. Estaba sentado en la misma esquina del cuarto en la que se había sentado ayer en la noche después de lo ocurrido. Se veía tan tranquilo que no podía creer lo que había sucedido y lo único que se me ocurrió fue acercarme a él para quitar su capucha y así al fin ver su cara. Me levanté de la cama silenciosamente sin hacer el más mínimo sonido, caminé hasta dónde estaba sentado y acerqué mi mano a su capucha lentamente.
Parecía chiquilla en esos momentos. Mis dedos tocaron la tela que tapaba su cabeza y la mano de Mathew apretó mi muñeca. Me asusté. Era incómodo que nunca me había visto con Mathew cuando estaba la luz del sol siempre era de noche o a oscuras.— No lo vuelvas a hacer, te lo prohíbo — dijo con voz ronca. Mathew estaba sentado mirando al suelo y su mano apretaba mi muñeca a la misma vez que la alejaba de él , eso me dio un gran susto. El seguía mirando al suelo, me solté de su agarre y retrocedí dos o tres pasos. Mi respiración estaba algo agitada por el susto y mi corazón latía a mil por hora.
— Perdón, lo siento de verdad pensé que estabas dormido —. No pude decir más , realmente las palabras no me salían era como si hubieran perdido el camino por la garganta o se hubieran atorado en alguna parte de ella.
— No, no lo estaba y te advierto no trates de quitarme la capucha nunca, no hay necesidad —. Muchas veces me preguntaba a mi misma porque no quería que viera su rostro, por que no quería que supiera quién era.
— Perdón —. El no dudo ni tres segundos en pararse del suelo. Aún con la cabeza mirando al piso se trepó en la ventana y sin decir adiós se fue.
No le daría cabeza a eso así que me dirigí a mi armario a buscar alguna ropa cómoda para mi segundo día de entrenamiento. Cuando tomé lo que me pondría me fui al baño para darme un relajante baño y bajar a desayunar. Mientras me bañaba tarareaba la misma canción de siempre. Terminé de asearme y bajé a la cocina para desayunar, cuando bajé mis padres estaban a la mesa y Nickolas preparaba el desayuno con ayuda de Sofi. La cocina estaba casi hecha un desastre. Me acerqué a Sofi y le di un beso en la nariz. Nickolas alborotó mi cabello como todas las mañanas y besó mi frente.
— Que preparan? — pregunté. Tenía curiosidad porque en la cocina no se podía apreciar lo que hacían.
— Pancakes — dijo papá que abrazaba a mamá riéndose de lo que hacían Sofi y Nickolas. Cuando terminaron de preparar el desayuno pudimos disfrutar y dar gracias a Dios por tener tan unida a nuestra familia. Dos horas más tarde nos encontraríamos con los chicos en el bosque para continuar con los entrenamientos.
— Mía, nos vamos — gritó Nickolas por las escaleras.
— Ya voy — respondí. Busqué rápido mi celular que estaba encima de la mesa de noche y bajé las escaleras.
— Si estoy lista — sonreí pero al parecer mi sonrisa no lo convenció.
— Estarás bien — dijo Nickolas como si yo hubiera hecho algún comentario de que tuviera miedo. Estaba ansiosa, quería saber que me enseñarían hoy.
Mientras más rápido pasaran los días se podría estar acercando el día de unirme a la Revelion de Rebelados. En todo el camino hubo silencio, no es que quedara muy lejos porque el bosque quedaba bastante cerca, pero luego de que Nickolas me dijera que estaría bien, no volvió a hablar y yo tampoco. Llegamos y los chicos estaban frente al bosque esperándonos.
— Hola preciosa — Ryan se acercó. Sus pecas hoy se asomaban mas que nunca y su sonrisa estaba tan blanca como siempre.
— Hola — dije riendo. Ryan extendió su mano para que la tomara y cerró la puerta detrás de mi. Catalina corrió hacia mi y me abrazo como siempre hacía cada vez que me veía.
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El chico vestido de negro { 1 }
Science Fiction* Una noche y un grito en el bosque cambiaron su vida. * Un mundo que pensó que no existía. * Guerra, amor, odio, secretos, amigos, una familia. * Un chico se mete en sus sueños. * Un hermano adoptivo y sus 4 amigos. * Lobos, vampiros, ángeles , gár...