Capítulo 11 (La Cita)

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Al día siguiente mientras me preparaba para ir a correr caballo con Ryan, Catalina y Sofi brincaban en mi cama como si disfrutarán de un pijama party aquí en mi habitación. Nickolas estaba recostado en el marco de la entrada de mi puerta mirándome listo para regañarme si escogía algún pantalón demasiado corto o alguna camisa con escote.

— Eso no Mía, eso esta muy corto, no puedes ir así a correr caballo — sabía que mi hermano diría algo en el momento en que saque de una de las gavetas de mi coqueta un hotpant que usaba debajo de mis vestidos cada vez que salía a alguna ocasión especial. Él tenía su mano izquierda rodeando su barriga, su codo derecho encima y sus dedos en la boca con el ceño fruncido como si estuviese pensando.

— Nickolas, es un hotpant y solo lo saque porque esta en la gaveta equivocada es todo —. Como había pensado, Nickolas se estaba tomando muy a pecho el papel de hermano mayor. No es que me molestara, aunque si me molestaba un poco, yo ya no era una bebé y él me trataba como si aún lo fuera.

— Aun así no deberías tenerlo — dijo Nicko aún en la posición en la que estaba. Vuelvo y repito no se porqué me trataba como una bebé si ya no lo era.

— Yo pienso que son sexys —dijo Catalina. No puede ser, fue lo único que pensé cuando Cata se unió a la bendita conversación. Eso era lo único que me faltaba. Se que terminaría peleando con Nickolas como siempre. Era algo normal ya, terminaban como perros y gatos, era de costumbre.

— Si son sexys en otras chicas, en mi hermana no porqué ella siempre será mi bebé y nadie la puede ver sexy — . Revolotee los ojos al igual que Catalina y no dije nada porqué conocía a mi hermano y también a Catalina. Se pondrían a pelear y no formaría parte de eso.

— Exageras — dijo Cata haciendo un movimiento extraño con las manos luego de sentarse de un salto en la cama.

— No exagero aunque ella tenga ochenta y siete años, para mi seguirá siendo una bebé en un hotpant —. Mis ojos se abrieron de gran manera. Escuche la risa de Sofi a mis espaldas como si entendiera a la perfección cada palabra dicha en mi habitación. Lo mire con cara de asco, ¿que loco diría una cosa así?.

Ah cierto Nickolas.

— Bueno si, exagero solo un poco — dijo Nicko. Me encontraba arrodillada frente a la gaveta que tenía abierta y azotaba mi frente contra ella una y otra y otra y otra vez. No se con que rapidez Sofi bajó a la cocina y subió con un vaso lleno de palomitas y se acomodó en mi cama a escuchar la terrible pelea entre Catalina y
Nickolas.

Terrible pelea de nunca acabar.

Mientras discutían y se desafiaban con las miradas me dio tiempo de colocarme una muda de ropa cómoda para la ocasión, nada provocativo y tampoco elegante. Algo casual ayudaría. Volví a la posición en la que estaba para acomodar lo que había regado en la gaveta y a su vez cerrarla. Escuché una bocina.
Levante mi cabeza lentamente, suspire fuerte y sonreí. Mi salvación había llegado. Me levante del suelo y me dirige a la puerta cuando Catalina y Nickolas me gritaron al unísono.

—¿Mía a dónde vas? —me detuve. Solo unos pasos más y pude haber salido. Mierda no pude escapar.

— Mi cita llegó a recogerme así que me voy, no me quedaré aquí para ver como se matan sabiendo que la pasaré muy bien con Ryan, así que si me disculpan me voy, adiós. Sofi cuídalos, por favor no quiero llegar y encontrarme con una tragedia — dije sonriendo.

— Claro — Sofi rió. Ellos se miraban con los brazos cruzados y no podía aguantar las ganas de decirles algo que rondaba por mi mente hacía un tiempo ya.

— Se gustan acéptenlo ya. Nickolas bésala y tu déjate besar es lo que quieren no? —. Di media vuelta y bajé las escaleras, pero sentía que unos pasos me seguían, no me detuve y no mire quién era. Cuando llegue a la planta de abajo que me dirigía a la puerta mire hacia atrás pero no había nadie cuando volví a mirar hacia el frente Nickolas estaba abriendo la puerta desde la parte de afuera.

El chico vestido de negro { 1 }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora