Capitulo 35 ( Yo lo vivi )

20 6 0
                                    

— Claro que era necesario que viniera, estaba muy preocupada, ademas no podía esperar a contarte este chisme —. Nadie tenía que decirme por que Catalina estaba allí, yo ya sabía. Ella ama el chisme y siempre tiene que contarle a alguien. Se le daba bien ser reportera.

— Bien cuéntame-. A mi no era que me gustara el chisme pero se me hacía interesante ver el drama que montaba Catalina a cada rato y lo histérica que se ponía cuando los contaba, como si fuera de ella de quien estuviese hablando.

— Amber y Steven están en su primera cita, no es lindo eso?, Axel está molesto pero eso no importa, ya Amber esta grande y el no puede hacer nada. Debería buscarse una novia —. Estoy tan feliz por ellos. La verdad esa noticia me puso muy contenta y de inmediato la máquina de los parchos que tenía puestos en mi cuerpo comenzó a chillar. Catalina se asustó y abrió los ojos grandes.

Wow era la primera vez que veía a Catalina fea.

Nickolas corrió hacía mi para verificar que todo estuviera en orden. Se veía preocupado y cuando vio que estaba sonriendo, que por supuesto no era por el si no por Catalina, se tranquilizo.

— No me preocupes así Mía Coronado —. Nickolas frunció el entre cejo y giré mi cabeza para no mirarlo. Catalina no sabía que habíamos peleado porque nunca lo hacemos y lo notó en un instante.

— No están peleando verdad? —. No quería seguir hablando más del tema ni ahora ni después, se que me enojaría y la máquina comenzaría a chillar de nuevo. Ya veo que esto detecta mis emociones, así que comencé a quitarme uno a uno los parchos. La máquina comenzó a chillar una vez más.

— Que haces Mía?, estas loca deja de hacer eso, esto es por tu bien, que no te quieres? —. Nickolas hablaba con ganas de gritar, ganas que siempre se quedaban atoradas en alguna parte de su garganta porque Nicko tampoco gritaba. Jay se acercó a mi y Catalina tapaba su boca con sus dos manos y podía jurar que la traía abierta. Y Axel nos miraba mientras tomaba algo que había traído en vaso de su casa.

— Déjamelo a mi —. Todos se alejaron de mi menos Jay. — Chiquita que estás haciendo, por que te resistes a esto?, esto es por tu bien lo sabes. Nunca haremos nada que te haga daño todo lo hacemos para protegerte. Mira como esta Nickolas se está volviendo loco, el se moriría si te pasara algo —. Nickolas y Ryan estaban a lo lejos. Nickolas lloraba y manoteaba diciendo algo que probablemente solo escucharía Steven si estuviese aquí.

— Tengo miedo Jay, todo a pasado tan rápido y en tan poco tiempo —. Mis ojos se cristalizaron y Jay tomo mi mano y luego bajó el volumen de la máquina para que no comenzara a chillar cuando detectara que estaba triste. — Yo pensé que todo sería distinto Jay, nunca pensé que fuera fácil pero esto es otra cosa, ni siquiera sé porque me pasa esto —.

— Mira Mía esto nunca sera fácil, pero para eso estamos nosotros tus amigos, los que sabemos. Esto pasó por alguno de los vampiros que te mordió. Algo se mezcló con tu sangre. Sigue siendo pura pero te empieza a afectar. Todo saldrá bien solo no seas tan dura contigo misma —. Jay beso mis manos, saco algo de su bolsillo y los coloco dentro de mis manos.

— Mis chocolates favoritos — dije y sonreí. Jay también sonrió. — Quiero estudiar aquí, vendrías a estudiar conmigo? — pregunté. El lo pensó un par de segundos. Miro a Nickolas y volvió a mirarme a mi. Esos ojos llenos de amor para dar, llenos de un cariño especial. Jay era distinto a todos, el era pasivo y paciente.

— Claro en estos días hacemos la matrícula, pero solo si prometes algo —. Lo malo de Jay era que todo lo hacía a cambio de algo, gracias a Dios nunca era a cambio de dinero por que nunca tengo. Siempre era algo sencillo y fácil.

— Bien, a cambio de que? — pregunté. Jay halo una silla que había cerca y se sentó. Tomó mis manos nuevamente y miro fijamente a mis ojos.

— Que te dejes hacer todos los exámenes requeridos por los médicos y los doctores del laboratorio, que no luches contra esto. Otra cosa, deja la guerra con Nickolas, el es tu hermano y solo quiere protegerte —. Ni si quiera había movido mis labios cuando Jay hablo de nuevo. —Pero nada —. Ya sabía lo que diría porque el me conoce como nadie. — Haces las pases con él o no vengo a estudiar contigo —.

— Invito a Catalina ella si estudiaría conmigo —. Era un poco tonto lo que estaba diciendo pero yo no quería hacer las pases con Nicko aún. Jay ladeo un poco la cabeza y subió una ceja.

— No va a ser lo mismo —. Jay había dicho la pura verdad, no iba a ser lo mismo pero algo sería. La última condición de Jay era la misma, siempre por los siglos de los siglos.

— Aja y que más? —. Jay rió coqueto porque yo también lo conocía a él como la palma de mi mano. Era un libro que yo había leído unas mil veces.

— La última, que me des un abrazo —. Le di un abrazo fuerte de unos segundos, el se despegó y llamo a Nickolas. Nicko dejo de hablar con Ryan y venía secándose las lagrimas.

— Lo lamento Nickolas esto no volverá pasar, pero estoy cansada de los exámenes y pruebas de hoy, ya no quiero estar aquí acostada con esta horrenda bata que me hace lucir mayor —. Nicko comenzó a reír y llamó a uno de los doctores.

— Creo que es suficiente por hoy no crees? —. El doctor me miro por encima de sus espejuelos. El era algo mayor y tenia un bigote que daba mucha gracia.

— Bien ya le tomamos bastantes pintas de sangre así que si creo que por hoy esta bien. Pero mañana se harán otros laboratorios — . Nickolas asintió con la cabeza y ayudo al doctor a quitarme los parches.

Libre soy libre soy el viento me abrazara. Elsa estaría muy contenta de escucharme cantar su canción. Rei mentalmente. Escuche a Nickolas hablar con Jay.

— Deja de ser tan mimoso con ella, no siempre podrás defenderla —. Jay rió pude escuchar su risa traviesa y moría por escuchar lo que el diría a continuación.

— La defenderé de quien sea cada vez que pueda —.

Los dos rieron y se abrazaron, vi las siluetas a través del vestidor. Salí del vestidor y me encamine al jardín. Jay llevo dos de sus dedos a su ceja derecha y luego hacia el frente como era costumbre. Me senté en un gran árbol de flores amarillas muy hermosas por cierto, no tenían mucho aroma pero lo que se olía era exquisito. Me senté a observar que hacían los vampiros, como era su trato con los demás, si en sus horas libres practicaban sus poderes. El viento me acariciaba la cara. Se respiraba un aire limpio y relajado. Por un momento me olvidé de todo. Me olvide de cómo había empezado todo, me olvide de Ryan y de porque me encontraba en ese instituto.

— Puedo ver el futuro y puedo hacérselo ver a otros al igual que el pasado, puedo sanarme rápido, puedo desaparecer y aparecer donde yo quiera, puedo ver a través de las paredes, y últimamente puedo lanzar fuego —. Esa voz venía del árbol, o más bien detrás del árbol.

— Que?-. Comencé a reír y el chico se sentó frente a mi con un vaso pequeño lleno de sangre.

— Son los poderes que poseo — sonrió y me acerco el vaso. — Quieres probar?, no se de que es pero sabe buena —. Mi cara de asco fue notable porque Kenai comenzó a reír y volvió a tomar .Me hacía recordar cuando Sofi bebía kool-aid y sus labios se tornaban algo rojos.

— Aaam no gracias, sabes que eso me convertiría, yo paso — reí y miré hacia el árbol. Kenai hizo lo mismo.

— Son muy hermosas verdad —. El me miro a los ojos y yo lo mire a el. Kenai colocó el vaso vació a su lado y comenzó a decir. — Yo era humano —. Sus ojos estaban muy abiertos y tenían un brillo especial. — Me pasaba como a ti, todo lo que tu estas viviendo yo lo viví. Y no lo soporte tuvieron que convertirme. No te asustes no te pasara igual, eres muy fuerte, lo puedo sentir. Aún así ser vampiro no es malo — dijo con una sonrisa.

El chico vestido de negro { 1 }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora