Capítulo 50 ( El examen )

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— Nickolas, ayuda por favor —. Coloque mi mano en el costado de Miller haciendo presión en la herida. Todos se acercaban pero nadie hacía nada yo solo podía llorar y gritar el nombre de Nickolas.

— Que fue lo que paso? —preguntó Kenai de prisa y desesperado. Mis manos llenas de sangre y las de el también.

— Miller por favor no cierres los ojos, contestame algo no tienes el poder de sanar rápido? —. Miller movió la cabeza de lado a lado. Aunque fue una tonta cuchilla esa tonta cuchilla tenía una pizca mínima de plata. Lo estaba quemando además que la sangre salía sin parar. Casi negra y espesa. Como la de un demonio.

— Con permiso déjenme a mi —. Mi corazón comenzó a palpitar de nuevo al ver a Amber. Ella posó sus delicadas manos en el costado de mi hermano y rápidamente la herida desapareció dejando manchas de sangre como rastro.

— Gracias Amber mil gracias, perdoname Miller no sabía que eras tu —.

— ya estoy bien niña —dijo mirándome a los ojos. Fuimos al centro del instituto porque Miller no acepto ir al laboratorio a revisarse. Le conté lo de Ryan ya que el me acompaño a mi habitación, quizas Sherly tramaba algo pero que apostaba lo que fuera ella pedía algo a cambio de dejarse morder. Miller prometio hablar con Ryan al dia siguiente.

Pasaron dos meses y aún la Unión no atacaba y no sabíamos nada de ellos. Todo parecía normal, Catalina volvió con nosotros y todos los fines de semana se iba con sus padres así que no parecía haber cambiado nada entre nosotras. Pero no todo estaba tan normal como pintaba, Ryan no aparecía. Era como si la tierra se lo hubiese tragado, lo único que tenía que me recordaba a el, era el arco y el collar que me había regalado. Amber y Steven se pasaban discutiendo porque el haría un viaje a otra región del bosque por un problema familiar sin vuelo de regreso hasta nuevo aviso. Si, sonará egoísta pero tal vez a Amber le aterraba la idea de que Steven se quedara con su mate y la abandonara. No sabía nada de Jay y era más que obvio, ya nada era igual solo mi amistad con las chicas, pero tener a mis hermanos junto a mi era más que suficiente.

Sonó el timbre y fuimos al salon de clase. Teníamos examen práctico. En medio del bosque , siete grupos de cinco luchando para sobrevivir vigilando y protegiendo nuestra bandera hasta poder llevarla a la roca donde estaba el profesor. Parecíamos militares todos vestidos de oscuro, enfangados hasta la nariz, corriendo por todo el bosque tratando de ciamuflajearnos con las ramas y las hojas.

— Catalina que haces ahí parada escóndete te van a ver —. Su primer examen y al parecer quería fracasar. Nos separaron de Amber. Mi grupo estaba compuesto por Catalina, Kenai, Lisa, Spencer y yo como lider, vaya grupo el que me tocó. Por todo el bosque habían trampas y no sería nada fácil llegar a la montaña donde estaba la roca por que nadie sabía cual era, teníamos que encontrarla nosotros mismos.

— Mira allí, la bandera gris —. Cada grupo tenía un color, nuestro color era el amarillo. Nos escondimos detrás de unas rocas cerca de un río y al otro lado el equipo gris.

— Sshh, nos oirán —. Mire por encima de las rocas y estaban tan despistados que podíamos nadar hacia ellos y no se darían cuenta.

— Que hacemos? — Kenai preguntó.

— No se, dejame pensar —. En ese momento todos los del equipo gris cayeron al suelo y apareció Amber llevando su bandera color violeta amarrada al agarre de su pantalon. Levantó la bandera del equipo caído.

— Gris! —. Catalina abrio su boca sorprendida.

— Maldición —. Tomé mi arco para disparar hacia el equipo de Amber pero a lo lejos pude ver a Jay, era el y sonreía para mi. Sentí una presión en mi cuerpo que me tumbo al suelo. Kenai me salvo de ser golpeada por una flecha. Volví a mirar y Jay no estaba. Al parecer todo había sido producto de mi imaginación y de lo mucho que me hacia falta mi mejor amigo.

El chico vestido de negro { 1 }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora