Capitulo 13 ( Tatuajes )

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Han pasado un par de semanas. Ya era Jueves, un pesado jueves lleno de exámenes finales ya que el semestre estaba apunto de acabar. Álgebra, lenguaje y biología los exámenes eran larguísimos, las chicas y yo habíamos pasado mucho tiempo estudiando, en cambio los chicos no lo creo. Estas ultimas semanas han faltado varias veces y han perdido materias. Las chicas y yo le pasábamos las materias que podíamos conseguir con sus maestros pero aún así no era suficiente si ellos no estudiaban. Ellos han estado muy ocupados cazando, me daba tanta rabia que Mathew no halla querido ayudarme. Solo lo he vuelto a ver una sola vez y e estado tan ocupada con los exámenes que no e tenido tiempo de intentar llamarlo para hablar. E visto poco a Ryan pero la pasamos muy bien cuando nos encontramos y sé que cuando termina su caza viene a mi cuarto a velar mi sueño, lo sé porque lo he sentido, incluso lo e escuchado despedirse casi al amanecer. Nickolas y Catalina formalizaron su relacion hace un mes más o menos y se la pasaban de besos y abrazos por los pasillos del instituto. Siendo Cata la envidia de muchas chicas. Este mes ha sido tan extraño para mí. Quisiera que el semestre acabara ya.

—¿Como esta la niña más preciosa del planeta? — escuché decir. Cuando cerré mi casillero al lado estaba Ryan con una rosa en la mano. Sonreí y tome la rosa acercándola a mi nariz. El sonrió.

— Algo cansada, no aguanto un día más — dije disfrutando del rico aroma de la rosa. Era una rosa muy bonita, y a mi me encantaban las rosas. Mi madre siempre me decía que la mujer tenía que ser como una rosa y sentirse como tal. Ser delicada y sentirse hermosa.

— No lo dudo, te has esforzado tanto pero ya falta poco —. Ryan puso sus manos sobre mi cintura mientras hablaba y miraba fijamente a mis ojos. Tan fijamente que pensaba que estaba tratando de leer mi mente. Alguien aclaró su garganta a mis espaldas, nada bonito como ese carraspeo.

—¿Interrumpo? —. Su voz no era suave pero no venía brusco. Al menos eso pensaba yo.
Cuando me aparte de Ryan vi a Nickolas y a su lado con una hermosa sonrisa Catalina. Detrás venían Steven, Jay y Axel. Todos apuntando en sus libretas lo que Amber les dictaba.

—¿Qué hacen? —. No pude evitar reír. Se veían extraños, y más extraño era el pensar que parecían perros teniendo en cuenta que había un perro entre ellos.

— Apuntes — contestaron sin mirarme. Amber parecía muy concentrada dictando. Solo le faltaban un par de espejuelos y tendríamos a una gran profesora.

—¿Apuntes?, ja — bromee. — Se han perdido varias materias por andar cazando y eso no es bueno —. A mi no me engañaban, perder materias por cazar era simplemente una excusa barata, puesto a que Amber también cazaba y nunca faltaba. Era cierto el instituto aburría pero de esto dependía su futuro. —Solo lo toman como pretexto para no venir a clases —.

Catalina y Amber rieron como si hubiera dicho algo gracioso y es que las caras de los chicos valían oro. Siempre que podían faltaban, según ellos la escuela no era para vampiros. Cuanto podía los ayudaba pero ellos eran grandes ya y yo no tenía hijos como para tomarlos a ellos como si lo fueran. Cuando entramos al salón me di cuenta de que Rex no estaba y pregunte por él. Me estuvo raro que se ausentara en dos semanas. Algo grave tuvo que haberle ocurrido porqué él nunca faltaba. Catalina se sentó junto a mi y una vez se sentó yo sentí paz y suspiré. Por ahora vivía en paz, no llevaba sobre mi una carga emocional o física y ella tampoco.

—¿Y ese suspiro? — preguntó mientras se recostaba de mi hombro. Era de las pocas veces que me sentía relajada pero también de las pocas veces que sentía querer hacer algo tan a la ligera. Fue como un impulso.

—¿Cata quiero hacerme un tatuaje tu me acompañas? —. Ella se apartó de mí y me miró a los ojos. Echó un vistazo a los
estudiantes que nos rodeaban y me volvió a mirar.

El chico vestido de negro { 1 }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora