Capítulo 42 ( Ahora yo soy su jefe )

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— Yo no maté a nadie, no seas ridículo —. Ryan comenzó a reír con sarcasmo. Sus ojos seguían color vino y yo maldecía mil y una vez el momento en el que me enamoré y me ilusioné con el, cuando le creí todas sus mentiras, maldigo ese día que me deje envolver por esos ojos que hacen que todos los colores se vean bien.

— Si, como no. Que haces aquí, a que viniste, a que te maten?. Porque sabes que eso es lo que harán —. Los chicos se pusieron de pie pero no se acercaron. Ryan los miraba a cada uno mientras limpiaba la sangre que chorreaba por su boca.

— Apuesto que lo disfrutaste mucho imbécil —. Axel se acercó como una bala disparada de un cañon y tomó a Ryan por el cuello de la camisa —. Ryan volvió a reír sarcásticamente y Jay y Nickolas trataron de intervenir pero yo no los deje. Levante mis manos y ellos se detuvieron.

— Axel suéltalo —  Ryan me miró fijamente a los ojos y me arceque a el.

— Si antes te desconocia ahora te desconozco más —. Algunos cazadores aparecieron y Ryan se giro para irse. Miller tenía los ojos grises igual que los ojos de los chicos, si grises tristeza. El nos miró una ultima vez y se fue. Se fue y nos dejó a nuestra suerte nos dejó en manos de los cazadores.

— Me huele a sangre pura —. El cazador olio profundo, ya saboreando mi sangre. — Por quién empezaremos primero por sangre pura o sus amigos —. No se si era costumbre de el cuando pasaban estas cosas pero uno de los cazadores estaba envuelto en llamas. Todos los ojos se pusieron en Kenai.

— No me miren así que no fui yo —. Kenai levantó las manos en señal de rendición y todos miraron a Miller.

Miller era puro fuego.

— Wow impresionante, no sabía que podías hacer eso —dije algo emocionada. Nickolas me fulmino con la mirada y corrió hacia los cazadores. En un abrir y cerrar de ojos los cazadores estaban tirados en el suelo.

— Vamos llevemos esta basura a Ryan —.

— No, no iremos allá. Es peligroso para Mia —. Miller me señaló pero yo ya no estaba a su lado. Iba corriendo hacia donde sea que se halla ido Ryan pero en el camino choque con algo grande, duro y peludo.

— Auch Steven —. El lamió su pata y la pasó por su oreja derecha —.

— A donde crees que vas —. Nickolas llegó corriendo a mi lado y empezaba a interrogarme. Yo seguia pendiente a Steven.

— Perrito malo —fruncí el ceño y Steven aulló de tristeza.

— Estás loca?, si vas allá te mataran —. Axel se acercó y se recostó de Steven. Steven movió su cola y levanto su cuerpo en sus cuatro patas haciendo que Axel cayera al  suelo.

— El no dejará que me maten —. Yo estaba segura de lo que decía. Pero no convencí a Miller.

— No Mia, tu no entiendes. Ryan ya no esta, el ya se fue. El mismo te matara —. Lo que Miller me decía a mi no se me podía grabar porque se me hacía difícil asimilarlo.

— No lo hará y yo te lo demostraré. Iremos allá todos y cada uno de nosotros pero no entraremos, solo miraremos desde afuera. Miren y cuenten cuantos cazadores hay velando. Nickolas lee sus mentes, analiza sus poderes haz lo tuyo — . Nicko asintió con la cabeza y miró a Jay.

— Por favor Kenai no uses tu magnifico don del fuego en momentos inoportunos — dijo Jay haciendo una mueca con la boca mientras movía sus manos.

— Bien —. Kenai no dijo más. Me acerqué y lo abracé dandole seguridad de que todo estaría bien. Hacía mucho frío, ya se me estaban congelando los pensamientos. Steven era calientito pero no me atrevía pegarme a el para quitarme el frío. Nicko también lo estaba, su cuerpo no se enfriaba cuando estaba cerca de Miller.

— Tienes frío verdad? — . Nickolas preguntó sacando su capucha para ponerla en mi. — Tienes los labios morados —. Yo sonreí y seguí caminando. A mi lado iba a cuatro patas Steven tan grande como era posible.

— Eres enorme —. Volvi a sonreír y Steven pasó su lengua por mi cara. — Que asco, sabes que odio que los perro me babeen —.

— Mira ahí —Miller señalo. Era un lugar enorme de color gris oscuro, portón gigante con tales diseños raros.

— Sshh a callar que no me concentro —. La guerra entre Nicko y Miller apenas comenzaba. Y la verdad no entendía el porque, si de verdad eran hermanos gemelos sería un poco difícil acoplarse ya que son de bandos distintos pero no sería tan difícil aceptarlo. Los mire y los fulmine con la mirada.

— Alguien nos esta mirando. Siento que alguien esta cerca y sabe que estamos aquí —dijo Amber haciendo que los chicos se giraran y comenzaran a mirar hacia los arboles y hacia la oscuridad que nos envolvía en las montañas.

— Están cazando Mía — susurró Jay

— Los veo. Puedo verlos en mi mente y eso es raro —. Los chicos se acercaban a mi aun de espaldas.

— Recuerda poderes tendras y aprenderás a controlar, solo concéntrate —. La voz de Jay era melodía para mis oídos.

— Ryan, el de nuevo, lo veo. Esta matando, entra y sale gente del espejo. Víctimas gritan y suplican una vez más. Sangre, hay mucha sangre y Ryan la lleva encima. Lo buscaré ustedes encarguense de los demás —.

— Mía este no era tu plan — Axel grito. Su cara reflejaba enojo.

— No lo era es cierto, pero los cazadores están en las montañas haciendo y deshaciendo. Ryan el que era su mejor amigo está matando gente inocente sin piedad como un animal, como Steven sin ofender —. Steven de una sentada dejo caer su cola al suelo como si le hubiera dado una orden. Kenai y Amber rieron.

— No se diga más —. Los ojos de Jay de inmediato cambiaron de color, sus colmillos salieron a pasear y el olor a sangre nos rodeaba. Agarré mi arco fuerte у comencé a correr.

— Hasta cuando seguiras consintiéndola — Nickolas le pregunto a Jay.

— Es mi mejor amiga y la protegeré también, no la dejaré sola en esto — le escuché contestar a lo lejos. Jay corrió detrás de mi y como una luz desaparecio a mi vista. Mire a todos lados y a lo lejos vi ese rostro que muy bien conocía. Ese rostro que hacía que mis amigos se volvieran locos en este momento.

— Tu otra vez aquí. A caso no te cansas? —. Ryan volvía a ser sarcastico. Su boca al igual que sus manos manchadas de sangre inocente me hacia querer vomitarlo en la cara y no exactamente arcoiris.

— Y que pasa si soy yo otra vez, tanto te molesta, o es que aun sientes algo por mí? —. Como un celaje Ryan se poso a mis espaldas. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Era como si su tacto me electrificara y diera energía.

— Ya no me importas así que tampoco me molesta —. Eso me llego a la punta de la madre, directito al corazon. Pero hice como si no me importara. Aunque mi corazón estaba quebrándose un poco más.

— Quien es el jefe de los cazadores? —pregunté.

— No te diré. Porque habría de decirte? —Mathew contestó.

— Anda no seas estupido dime quién es el jefe de los cazadores — grite. Esta vez Mathew se posó frente a mí y su mano tomó mi cara en un pequeño esfuerzo. Su frente se pegó a la mía pero rápidamente Mathew alejó su rostro del mío. Me latía fuerte el corazón. El miró mis ojos, los suyos estaban del verde de dos aceitunas y sus pecas comenzaron a aparecer. Miro mi cuello y luego mis labios. Segundos después sus labios estaban rozando los míos.

— Para que lo quieres —. El sabía como hacerme derretir. Sus ojos verdes. Sus pestañas largas y envidiables me hacían el honor, y sus pecas aun en la oscuridad brillaban y se hacían notar presentes.

— Lo convenceré de que esta haciendo lo incorrecto, lo haré cambiar de opinión —.

— Lo han matado —. Mathew estaba fríamente penetrando su mirada en la mía.

— Si lo mataron otro se hizo cargo de esta bola de salvajes—. Su mano bajó a mi cuello, mi corazón comenzó a palpitar muy fuerte y mi piel se erizo. Comenzó a reír.

—Su jefe ahora soy yo —dijo Mathew rozando mis labios.

El chico vestido de negro { 1 }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora