Capítulo 28 ( El chico estaba vestido de negro )

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Escuché a un pajarito cantar en la mañana y se escuchaba feliz.

Llego el día.

— Mathew? —. Hoy me levanté más impaciente que nunca y nerviosa por demás. Mathew no estaba en la habitación y no dejo rastro de él. No pude pedirle un momento con Nickolas, ayer no pude verlo, no se nada de él, no se cómo está eso me pone más ansiosa. Baje a desayunar y él rostro de mi madre se veía muy bien, se veía feliz.

— Se fue tu migraña, es decir hoy amaneciste bien —. Sofi estaba sentada en la silla de Nickolas y se veía un poco triste. Ella me miró y yo sonreí aunque por dentro estaba devastada, quería llorar y se me estaba formando un taco en la garganta.

No llores Mía por favor si no te obligare a comer aquella carne apestosa, te la haré comer de castigo si lloras.

— Cuando viene Nicko? — preguntó Sofi mirándome fijamente a los ojos como si no quisiera perderse ningún detalle de mi cara. Como si intentara desifrar algo que le dijera que Nickolas si estaba bien. Mi corazón no quería mentirle pero tenía que hacerlo. Es su hermano y lo ama y lo extraña al igual que yo.

— Aamm supongo que mañana ya estará en casa — dije bebiendo un sorbo de mi vaso con jugo de china. — Salió un juego nuevo de esos que juegan con el play, así que supongo que no a venido porque Steven lo tiene —. Sofi ladeo un poco su cabeza como una tierna cachorra, parecía que no quería entender o lo que yo le había dicho no la había convencido del todo.

— Me llevas a verlo? —. Eso si terminó de romper mi corazón porque Nickolas no estaba en casa de Steven y yo ni siquiera sabía como estaba. Ni siquiera sabía si de verdad lo volvería a ver.

Reí. — Cariño no veré a Nicko hoy lo siento, saldré con Ryan — .Moví los hombros de lado a lado y sonreí para dar seguridad a lo que estaba diciendo. Mi madre miro a mi padre y luego me miro a mi, sonrió sin ganas, lo noté.

Pasaron las horas. Tan lentas como era posible. Tan amargas y agrias. Pero ya al fin eran las ocho de la noche y preparábamos los materiales que pondríamos en unos bultos para que Mike y Jay los pasaran por un camino secreto al centro donde harían la fiesta. El calabozo quedaba a unos pasos de otro gran castillo, pero este se veía muy bien cuidado, supongo que ahí hacían todas las fiestas de caza y sus banquetes de humano. Tome para mi todas las armas que pude.

— Estaré a tu lado, rescataremos a tu hermano y todo volverá a la normalidad —. El gabán gris hacía lucir muy bien el cabello rubio de Rex con su camisa blanca y su lazo azul.

— Gracias Rex, apuesto a que si —. Rex se acercó a mi y dejo un beso en la coronilla de mi cabeza. Sus brazos me rodearon haciendo que mi rostro se hundiera en su pecho. Su olor era suave. Y me hacía sentir que de verdad todo volvería a ser como antes.

3 horas después

— Están listos? — . Escuchar a Axel preguntar eso me hizo estremecer y me dieron ganas de vomitar. Ryan lo notó y tomó mi mano. Y comenzó a hablar en mi cabeza.

— Tu puedes princesa —. Mire su cara por un instante y el sonreía. Ya estábamos listos, tan elegantes como se podía. Al llegar Amber me dio la poción de olivam para quitar mi olor a humana, preparada por su madre una hechicera conocida y poderosa. Nuestros antifaces colocados en nuestros rostros hacían juego con nuestros vestidos. Mike y Jay se fueron directo al castillo por afuera y los demás entramos por la puerta que vi en mi sueño. Nos topamos con lo que menos esperábamos, había una especie de alfombra digital y cada paso que daba un vampiro para entrar el suelo se iluminaba. Ya el olor no era un problema, entrar lo era. Todos se miraron, Ryan a Axel, Axel a mi, yo a Catalina y así. Como demonios pasare por ahí sin que se den cuenta que soy una simple humana.

El chico vestido de negro { 1 }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora