Capitulo 15 ( No me hagas comer eso)

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Antes de irnos vimos a Amber con sus padres se veían muy contentos así que no había duda de que hoy se llevarían a Amber a comer para celebrar sus calificaciones. Ya que soy muy observadora y a todo le encuentro un defecto, me fijé que la madre de Amber tenía unas calificaciones y su padre otras, pero porque?. Acaso Amber tenía un hermano en el instituto y no nos había contado?. Cuando Axel vio a Amber y a sus padres se puso muy nervioso, Catalina lo notó y le pegó un codazo en el costado para que reaccionara. Axel se calmó al escucharme reír. Eran cosas que no podía evitar.
Sabía que se gustaban y no entendía el por que aún no estaban juntos. Quizás por la misma razón que Ryan y yo tampoco.

Miedo.

— Amber tienes un hermano en el instituto? — pregunté. Soy un poco entrometida cuando tengo amigas como Catalina.

— Historia larga — contesto haciendo una pausa a su respiración miro fijamente a mis ojos y coloco uno de sus dedos en sus labios como pidiendo que hiciera silencio. — Sshh en el mundo hay muchos secretos que no se deben contar ni si quiera a tu almohada — termino diciendo. Yo seguiría mi camino ahora pero en otro momento volvería a preguntar.

— Oye sabes que le gustas a Axel verdad? — junte mis manos y las lleve debajo de mi quijada cerré los ojos y suspiré. Abrí los ojos y pude ver a Amber con una cara muy rara podría decir que hasta de asco.

— Tienes ganas de vomitar? — pregunté. Baje mis brazos desilusionada y ella pronto cambio su cara.

— Vomitar, jamás , Bromeas?. Es que dices cosas muy locas —dijo Amber.

Steven movió las orejas haciéndome reír, se me olvidaba que era un hombre lobo y podía escuchar de aquí a no se dónde. Pero de seguro a muy lejos. Era algo un poco incómodo. Amber se aparto de mi yéndose con sus padres al igual que Catalina, su hermano y los demás muchachos. No me sentía tranquila pero aun así estaba contenta con mis calificaciones.
Llegamos a casa y mis padres se reían viendo como Nicko y yo peleábamos por entrar primero. Hacía calor y lo mejor para ese momento era darse un buen baño. Gracias a Dios teníamos baños personales porque si no me mataría con Nickolas por quien se bañaría primero. El resto del día fue tranquilo, estuvimos viendo películas en el cuarto de Sofi y jugando volleyball. En ningún momento Nickolas mencionó o preguntó algo sobre lo que había pasado con Rex así que yo tampoco lo hice. Sofi jugaba a las muñecas y yo leía un libro. Cuando iba por la parte más emocionante y esperada por de seguro un sin número de chicas incluyéndome a mi, Nickolas cerró el libro de un cantazo que hizo que pillara uno de mis dedos.

— Mierdas Nickolas estás loco, cómo haces algo así, que me haz pillado un dedo —. Sofi dejo de jugar con sus muñecas y se sentó a mi lado, tomó mi mano y le dio a mi dedo un tierno beso. Como yo solía hacer con ella cada vez que se caía o le pasaba algo.

— Perdona mi intención no era pillarte un dedo —. Nicko se arrodilló al pie de la cama con cara de yo no fui pero me viste así que si fui yo y se veía muy interesado y ansioso. — Te gustaría empezar a entrenar mañana? —. No sabía que cara poner pero estaba muy nerviosa, ya no sentía tanto el dolor que tenía en el dedo, Sofi no sabia de que hablaba Nicko así que regresó a jugar con sus muñecas. Era costumbre de Sofi no meterse en los asuntos de sus hermanos, ni en las peleas de adultos. Sofi era obediente y tranquila, nunca hacía peguntas tontas ni insistía en algo. Tampoco berrinches ni malas crianzas.

— Sabes que si Nickolas, dónde será en el patio —. Se que a pesar de ser peligroso sería divertido y aprendería mucho de este tema que me a rodeado toda mi vida. Nickolas rió en voz alta.

— En el patio, estas loca?. Será en el bosque —. Estaba riendo haciendo que su boca hiciera un esfuerzo.

Después de un día largo había llegado la noche.
Fui al cuarto de mi hermano pero él no estaba allí. Baje de prisa a la sala y en el patio se escuchaban ruidos extraños, abrí la puerta corrediza para salir y no se veía nada pero aun se escuchaban aquellos ruidos. Caminé al garaje y con esfuerzo levanté la pesada puerta y entonces ahí me encontré a Jay y a Nickolas comiendo no se qué.

— Que mier . . .— abrí los ojos como dos faroles, tapé mi nariz y mi corazón empezó a latir muy fuerte. — Que es esto, que hacen? — pregunté. Quería vomitar. De verdad quería vomitar. — Apesta, que es —. Jay trató de limpiar su boca que se encontraba llena de sangre pero fue imposible ya que regó más la sangre. Intente bajar la puerta de nuevo con una sola mano y como Nickolas vio que no podía me ayudo y por tal razón mancho la puerta con sangre.

— Tendrás que limpiar la sangre de lo que sea eso y con todos los detergentes que conozcas porque apesta a muerto —.

— Sshh habla bajito, que haces aquí? —. Tenía mis ojos casi cerrados ese olor me estaba matando, me provocaba muchas nauseas y de lo asqueada que estaba probablemente les vomitaría encima. A los dos. La boca de Nickolas también estaba llena de sangre.

— Que comen, a quien mataron? —. Sacudí mi cabeza de lado a lado tratando de borrar el asco. — O que mataron? —. Jay le dió un mordisco a un pedazo que tenía en la mano y la sangre chorreaba por su boca. Él se acerco y yo retrocedí aun tapando mi nariz. — No te acerques mucho, ese olor es horrible solo contesten pero de lejos —. En el garaje había una mesa ni muy grande ni muy pequeña y encima Nickolas y Jay habían colocado algún tipo de carne. Era una carne pero no reconocía de que, solo sabía que apestaba y estaba cruda.

— Es carne y sangre de animal claro, sabes que no matamos humanos y menos comemos de ellos —. Jay se giro hacia la mesa, tomo otro pedazo de carne y lo acercó a mi. Sentía repugnancia lo que haría que probablemente no durmiera.

— Aleja eso de mí —. Di un paso atrás apuntándolo con mi dedo indice.

— Lección uno no puedes asquearte por lo que haga o coma un vampiro, tienes que ser fuerte, al final estarás rodeada de ellos —dijo Jay porqué era fácil para él. Pero era un olor muy fuerte para mi, no estaba acostumbrada a ver a chicos lindos comer carne cruda y apestosa.

— Está bien seré fuerte pero no me hagas comer eso por favor — ellos comenzaron a reír. Tuve que destapar mi nariz para que ellos vieran que podía aprender todo esto bastante rápido, adaptarme y formar parte de la Revelion. Estar con vampiros sin problemas.

— Ve sube y acuéstate a dormir mañana será un buen día —dijo Nickolas. Los miré una última vez al igual que a la carne que aun no sabia de que clase de animal era. No sabía donde lo encontraron o de donde lo trajeron y mucho menos como lo mataron.

— Limpien esto — di media vuelta y fui a abrir la puerta sin mirar pero se me había olvidado que Nickolas la había cerrado, así que estaba la puerta estaba manchada. Pegue mis manos sobre esa asquerosa y apestosa sangre. Me giré y Jay estaba riendo haciendo que la sangre que tenía en la boca cayera al suelo. Nickolas tenía una toalla en sus manos extendiéndola hacia mi. Tome la toalla y esta rápido se mancho de rojo. Me fui para no cometer una locura. Me di un baño relajante de pies a cabeza. Pensé que el olor jamás se iría pero ahora me agrada el olor a coco que deje en mi cuarto y no, no tuve que matar a ningún coco para oler tan rico.

Entre pensamientos y nervios por el siguiente día me dormí.

El chico vestido de negro { 1 }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora