"¿Quién habría imaginado que todo podía cambiar? Si hace tres años alguien me hubiera asegurado que ya no estarías aquí, habría negado la posibilidad con todas mis fuerzas... porque tú dijiste que lo nuestro es para siempre."
Bienvenida a la cautiva...
— Déjame ver — apresuré, tratando de quitarle el sobre de las manos. Jk lo esquivó con facilidad.
— ¿Por qué tanto interés? No sabía que Yoongi y tú aún mantenían contacto — respondió con tono burlón, pero su mirada ocultaba una chispa de furia.
Jk tenía una personalidad distintiva, pero en ese instante, noté que adoptaba actitudes de quienes lo rodeaban o de aquellos con quienes pasaba más tiempo. En ese momento, había absorbido mi habilidad para ocultar emociones. Es decir, aunque su rostro y tono de voz estaban relajados, sus ojos y el temblor en sus manos revelaban sus nervios.
— No es eso, simplemente me despierta curiosidad.
No podía creer mi propia reacción; casi arrebato la carta de sus manos. ¿Era realmente necesario? Me calmé.
La verdad es que no me había interesado saber de Yoongi en un año; ni siquiera lo había buscado en redes sociales. Pero escuchar su nombre agitó algo en mi interior que interpreté como simple curiosidad.
— ¿Quieres que la abra? — Preguntó Jk, irónico, como si quisiera ponerme a prueba. Esta vez, su mandíbula tensa lo delataba.
— Me da igual.
Rompió el sobre ansiosamente. No creí que fuera capaz, pero estaba claro que sus celos superaban su cordura. Me calmé al darme cuenta de que no tenía nada que ocultar, porque Yoongi nunca significó nada para mí.
Miró el contenido y su falta de reacción me tranquilizó aún más.
— Es un saludo de Navidad — dijo Jk, mostrándome el papel.
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— Es un saludo corporativo — recalqué, tratando de mantener la calma — eso significa que mandó ese mismo saludo a muchas personas.
— ¿Y por qué te lo mandó a ti? No trabajas con él — inquirió Jk, con una evidente nota de desconfianza en su tono.
— A lo mejor mi contacto quedó en su agenda y su asistente lo envió... Es solo cortesía profesional, no hay nada más — respondí, intentando restarle importancia.
Pero la inquisición de Jk continuaba, y sentía cómo la paciencia comenzaba a flaquear.
— ¿Ese tipo tiene asistente?
— Tenía una, al menos así era cuando lo conocí...
— ¿Y también te envió tarjetas el año pasado?
— Sí, como te dije, su asistente se encarga de estas cosas...
— No entiendo cómo alguien como él puede tener asistente. Ni siquiera es un productor de renombre, se cree la gran cosa con apenas un par de éxitos. Es un novato presumido y su producción es un desastre... su carrera como productor es una broma — expresó Jk, su tono cargado de sarcasmo y desdén.
Me fastidiaba de sobremanera que siguiera hablando de Yoongi cuando ya le había explicado claramente la situación. No era necesario revivir muertos dentro de nuestra "relación", justo cuando hace unos minutos nos habíamos entregado el uno al otro mientras hacíamos el amor. Yo le había dicho que confiaba en él y él dijo lo mismo para mí. El tono en el que se refería a Yoongi, se sentía como si se estuviera desquitando conmigo.
Mis emociones comenzaron a hervir en respuesta a sus comentarios despectivos sobre Yoongi. Intenté mantenerme serena, pero el enojo me ganó.
— ¿Sabes qué, Jk? Ya basta. Él no pinta en esta ecuación.
— No puedo creer que estés defendiendo a ese tipo.
— No lo estoy defendiendo, solo te estoy pidiendo que dejes de hablar de él porque me irrita. Yo no te hablo de Ali todo el tiempo.
— Ah bueno, tenías que traerla a esta conversación.
— Solo estoy haciendo una simple comparación para que veas cómo me siento.
La discusión escaló rápidamente, y nuestras palabras se volvieron afiladas y dolorosas. Ambos estábamos atrapados en una batalla de egos, y ninguno estaba dispuesto a ceder.
— ¡No puedo creer que estés defendiendo a alguien que claramente está interesado en ti! — volvió a repetir Jk. No sé por qué se ponía tan celoso por una tonta tarjeta cuando yo literalmente tenía que tragarme el hecho de que tiene novia.
— ¡Estás siendo completamente irracional! — exclamé, sintiendo que la situación se escapaba de control.
Finalmente, Jk se levantó abruptamente de la mesa, lanzando su silla hacia atrás.
— No puedo seguir discutiendo contigo — Dijo con voz entrecortada antes de salir de la cocina dejando tras de sí una atmósfera cargada de tensión.
Lo seguí hasta el living, donde todavía estaban sus maletas. Vi como se ponía los zapatos.
— ¿En serio te vas a ir? son las 2 de la madrugada — le dije triste.
— Sí, voy a tomar un taxi
— No lo hagas — le pedí
— Tú no puedes hacerlo, pero yo sí.
♡♡♡
Siento la demora y que este capítulo sea corto. Funemos a Jk.
