Capítulo 20 🔥

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Vi impaciente cómo se colocaba el preservativo. No obstante, nunca pensé que en mis 24 años me pasaría, pero me entró un ligero escalofrío al ver su enorme erección. Hace un año había dejado de tener encuentros íntimos y no tenía la confianza de antes.

Tragué saliva. Jk se acomodó entre mis piernas y luego subió a darme besos mientras me susurraba cosas lindas al odio.

Bajó su mano y alineó su pene en mi entrada que estaba completamente húmeda. Empujó un poco y no pasó nada. Mierda, literalmente había vuelto a ser una puta virgen.

—JiHo, estas muy estrecha — me susurró.

Obviamente iba a estar estrecha para él porque tenía una mole entre las piernas... aunque la verdad la falta de practica también tenía mucho que ver.

— Da igual, entra — dije escondiendo mi rostro como pude.

— No quiero lastimarte.

— No lo harás — insistí — es solo que... hace un año no hago esto. Bueno, en una semana se cumple exactamente un año.

Pude notar por la expresión de su rostro que acababa de darse cuenta de algo. Sonrió de costado. Jk entendió que hace 1 año no me veía con ese alguien que le daba inseguridad.

JK, buscó mis labios con desesperación y volvió a besarlos con pasión, pude sentir que tenía una carga de emoción descomunal. Me amaba. 

Volvió a alinear su pene en mi entrada y esta vez empujó con más fuerza. Mis paredes se abrieron lentamente mientras se amoldaban al descomunal miembro, empujó más y más hasta llegar a lo más profundo de mi. Lancé un gemido alto sobre los labios del chico, rompiendo así nuestro beso.

Jk se quedó dentro de mi sin moverse por un rato mientras me daba besos y caricias.

Literalmente sentí que estaba perdiendo la virginidad, pero esta vez con el amor de mi vida, con mi alma gemela. Toda la atmósfera me hacia sentir de esa forma, mi miedo, el cuidado que tenía Jk y hasta los susurros que hacíamos porque estábamos en la casa de sus padres. Parecíamos dos adolescentes.

Una vez que estuve más relajada Jk me dijo:

— Voy a ir lento, lo prometo.

— Está bien.

Luego de asegurarse que estuviera cómoda, empezó a moverse lentamente. Mi interior todavía se estaba acostumbrando pero no pude evitar que una lágrima saliera del borde de uno de mis ojos, él dolor era absoluto pero saber que era Jk quien me estaba amando en ese momento hizo que me olvide de todo... y de todos.

Poco a poco el dolor iba disminuyendo, Jk se movía sensualmente sobre mi, su pene entraba y salía dándome placer... Un placer que jamás había sentido de esta forma. Yo quería gritar, pero mi poca coherencia me recordaba que abajo estaban sus padres.

— Jk me encanta — susurré — ahhhh

Fue una señal para el chico pueda ir más rápido. Las embestidas aumentaron el ritmo y sus besos y caricias no cesaron. Enrollé su cintura con mis piernas indicándole que quería más.

— Eres perfecta — decía agitado — eres... mía. Tan bonita... tan deliciosa.

Jk lanzaba halagos y frases morbosas sobre mi y sobre mi cuerpo que me prendían y excitaban demasiado. Yo por mi parte no dejaba de ver su hermoso rostro con la poca iluminación que teníamos, sus muecas de placer, su pelo húmedo de sudor y su cuerpo perfecto...

Lo besé con las pocas fuerzas que tenía mordiendo su labio inferior. No medía la fuerza de mi mordida pero era directamente proporcional al placer que estaba recibiendo. Ya nada ni nadie podía alejarnos. Habíamos sido fabricados para estar juntos siempre y esta experiencia nos lo confirmaba.

De un momento a otro, levantó una de mis piernas y la puso sobre su hombro, se irguió un poco y volvió a embestirme fuerte. La habitación se llenó de nuestros murmullos, del sonido de nuestra piel chocando y de la cama rechinando. ¿Podrían escucharnos abajo?

Jk se movía de una manera deliciosa que de solo verlo me excitaba aún más, su pelo caía sobre su rostro y se agitaba la ritmo de sus movimientos. Tiró su cabeza atrás y empezó a darme varias estocadas profundas y duras que tocaron un punto en particular que hizo que me estremeciera. 

Supe de inmediato que ambos íbamos a llegar al clímax al mismo tiempo, mis paredes se estaban contrayendo y él cerró los ojos con fuerza. Jk gruñó pesadamente y yo emití un grito ahogado. 

Cerré los ojos para disfrutar mi orgasmo y miles de luces aparecieron. Mi cuerpo ya no estaba presente, había sido transportada a un bosque psicodelico de formas y sensaciones extrañas pero deliciosas. Cada célula de mi cuerpo podía emitir electricidad... estaba tocando el cielo.

Salí de trance cuando sentí el pesado cuerpo de Jk caer sobre mi.

— JiHo, te amo — dijo Jk mientras yo lo sostenía en mi pecho que no dejaba de moverse por mi respiración.

Nos quedamos así por unos minutos.

Salió de mi, se deshizo del preservativo y nos acomodamos dentro de las sábanas aún desnudos. Yo estaba entre sus brazos, mientras él recorría mis curvas con sus dedos de manera delicada. Estar en sus brazos era estar en la gloria. No quería que la noche terminara, solo quería estar a su lado por lo que dure la eternidad.

Nunca he amado a nadie totalmente, aprendí a tener un pie en la tierra y para proteger mi corazón he aprendido a callar mis sentimientos. Esa noche no pude decirle que también lo amaba, algo en mi me lo impedía... tal vez era la circunstancia real en la que nos encontrábamos: su relación con Ali.

— Tienes la piel muy suave — comentó Jk.

— Uso mucho hidratante — dije riendo. Él tambien rió.

— También uso mucho hidratante... mientras pienso en ti — bromeó.

Reímos juntos por ese tonto comentario. Nos quedamos dormidos abrazados...

A la mañana siguiente desperté y lo primero que hice al abrir los ojos fue ver la mirada dulce de Jk. El mejor despertar.

— Buenos días bonita — me dijo sonriendo.

— Hola — respondí somnolienta.

— ¿Estas bien? ¿Dormiste bien? — me preguntó inquieto.

No le respondí y me pegué a su cuerpo para demostrarle que lo único que necesitaba para estar bien era estar a su lado.

Volví a dormir unos minutos más.

La segunda vez que desperté fue por los incesantes besos que jk me estaba dando en todo el rostro.

— Cómo puedes dormir tanto, JiHo?

— Es navidad, déjame dormir un rato más.

Le tomé de los cachetes y lo miré de frente. Iba a darle un beso cuando mi mirada se queda pegada a sus labios.

En la parte derecha de su labio inferior tenía una pequeña herida al rojo vivo.

— Dios mio Jk, ¿qué te pasó? — me desperté por completo.

— Me mordiste

— ¿Qué? ... Perdóname, Mierda, Jk... se ve terrible. Perdón.

— Bastaaa, estoy bien. Ni me duele. Pero me sentiría mejor si me besas.

Reí y decidí darle una recompensa a modo de disculpas por mi salvajismo.

Se subí sobre él, poniendo mis piernas en cada lado de su cuerpo y me incliné para besarlo con delicadeza y no lastimarlo. Él puso sus manos en mis caderas masajeando mi piel, me lanzó una sonrisa deliciosa... Jk se veía jodidamente sexy con esa pequeña herida.

Mis pechos desnudos rozaban la piel de su dorso y ese primer  contacto hizo que lentamente el amiguito de Jk se levante. Me apretó con fuerza ansioso de más cuando de repente...

— JEON JUNGKOOK, BAJA. TIENES VISITA!!

•Who Knew• Jk ♡ +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora