Quedé quieta, no lo podía creer. Pensé que era un espejismo o parte de mi imaginación. ¿Qué hacía Yoongi en ese lugar?
Sin darme cuenta, se había puesto detrás mío, me había ayudado con la cremallera y ahora lo veía a través del espejo como si nada. Sus ojos escaneaban todo mi cuerpo, yo solo sujetaba con fuerza el vestido a la altura de mis pechos para que no se cayera.
Él se acercó a mí, tomó mi pelo y lo acomodó a un costado, exponiendo mi cuello y espalda. Pude oler su aroma, era el mismo de la otra noche. Él estaba tan cerca...
— Yoongi ... —dije con dificultad.
— Sabía que eras tú apenas escuché tu primer gemido — dijo mientras pretendía acariciar mis hombros y brazos, pero solo hizo el ademán de hacerlo por algunos centímetros encima de mi piel — vine aquí a fumar y no pensé encontrarte. Qué curioso es el destino...
Desperté por completo del trance en el que me encontraba. No me importaba en ese momento qué hacía Yoongi en este evento si era privado, pero de algo estaba segura: YA TENÍA QUE VESTIRME.
— Yoongi, vete... me tengo que vestir — traté de zafarme.
— Me iría, pero estoy seguro que afuera espera tu mejor amigo — depositó un leve beso en mi hombro.
Le di un codazo fuerte y lo alejé. Él empezó a reír.
De pronto tocaron la puerta.
— JiHo, tienes 5 minutos — era la coordinadora del evento.
— Sí, sí... ya voy — dije muy nerviosa.
Yoongi seguía riendo. Me daba ganas de darle una bofetada, pero los nervios me tenían más loca.
— Bueno, cámbiate. No sientas vergüenza, que te conozco de memoria — dijo esto último dando otro recorrido con la mirada a todo mi cuerpo.
No entendía nada, mi cabeza era un cúmulo de confusión y nerviosismo. Respiré hondo y mantuve una postura firme: Yoongi no iba a arruinar mi presentación, así que decidí usarlo a mi beneficio.
— Saca ese vestido del perchero y de la bolsa — le ordené, mientras me quitaba por completo el vestido negro y me quedaba en calzones. No tenía sujetador... para variar.
A estas alturas, Yoongi tenía razón; es decir, él ya me conocía por completo y no tenía tiempo para ser pudorosa.
Yoongi me trajo el vestido y lanzó una mirada lujuriosa a mis pechos descubiertos.
— ¡Date la vuelta! — le ordené más molesta. Él me hizo caso con lentitud y con una sonrisa de satisfacción.
Había una gran diferencia entre nuestras posturas: yo era un manojo de nervios y él una pluma serena. Era extraño porque yo sé que a Yoongi no le gusta ir lento, pero todos sus movimientos eran pausados y aletargados.
Yoongi era astuto y me estaba viendo por el espejo. Rodé los ojos al descubrirlo. Una vez que terminé de ponerme el vestido sin dificultad, le di un empujón para que se moviera y me deje ver en el espejo.
— JiHo, un minuto — volvió que tocar la coordinadora.
Terminé de retocar mi maquillaje y arreglé mi pelo. Yoongi se quedó en silencio mientras observaba cada movimiento que daba.
Volví a empujarlo para salir. Tomé el picaporte, pero él se apresuró y llegó antes que pudiera abrirlo.
— Nos vemos luego — me susurró, para luego dejarme libre.
No le respondí. Una parte de mi quería saber qué hacía en este evento, qué hacía en mi camerino, qué hacía toqueteándome con toda libertad. Toda la situación era inverosímil.
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•Who Knew• Jk ♡ +18
Romance"¿Quién habría imaginado que todo podía cambiar? Si hace tres años alguien me hubiera asegurado que ya no estarías aquí, habría negado la posibilidad con todas mis fuerzas... porque tú dijiste que lo nuestro es para siempre." Bienvenida a la cautiva...