"¿Quién habría imaginado que todo podía cambiar? Si hace tres años alguien me hubiera asegurado que ya no estarías aquí, habría negado la posibilidad con todas mis fuerzas... porque tú dijiste que lo nuestro es para siempre."
Bienvenida a la cautiva...
Giré para verlo con mayor claridad, se veía jodidamente sexi así. Bajé la mirada y noté que su pene aún estaba erecto y afuera... ¿y si quería una mamada? Puede ser.
Además, verlo así me dio muchas ganas de tenerlo en mi boca. Solo me acerqué un poquito, pero justo en ese momento él se reclinó y hundió su rostro en sus manos.
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Quedé confundida, me sentí rechazada, aunque era casi imposible que él supiera mis intenciones. Pero, si eso iba a ser todo, era mejor irme.
Me paré y me acomodé la ropa, los collares y pulseras que llevaba hicieron un sonidito que hizo despertar a Yoongi de su ensimismamiento, levantó la mirada y me vio caminar a la puerta.
— ¿A dónde vas? — dijo sacando la cara de sus manos.
— A casa — le respondí sin voltear.
— Todavía no hemos terminado...
— Ay Yoongi, no te entiendo, hace un segundo estaba todo bien, luego no, ahora finges demencia ¿qué te pasa?
— Es que no... no quiero...
Me di vuelta para mirarlo, se había parado y estaba acomodándose la ropa.
— Sí sí, ya sé... no quieres que me enganche contigo. No quieres que me enamore de ti. Por favor, ya estoy bastante grande para saber que si alguien me dice "hermosa" eso no quiere decir que se quiere casar conmigo o que me ama. Yoongi, yo sé lo que sientes y sé lo que siento y de algo estoy segura, nunca más voy a volver a enamorarme de ti. Pierde cuidado.
Sí, alguna vez estuve estúpidamente enamorada de Yoongi, eso fue en el pasado y es otra historia. Otra historia que tal vez cuente a detalle en otro relato. Pero eso era cierto, Yoongi me lo había dejado claro en aquella ocasión: solo sexo.
— Esto es solo sexo... JiHo
— Lo sé... — crucé los brazos, esperando que Yoongi haga algo para impedir que me vaya porque en realidad no quería hacerlo. Mi dignidad me decía que sí, pero mi calentura me decía que no.
Él se acercó a mi con toda la intención de rodear mi cuerpo con sus brazos, yo me hice la difícil y me alejé dándole la espalda de nuevo.
— Nena. Sabes que me prendes cuando te pones así — dijo cuando logró atraparme dejando mis manos inmóviles.
Era lo que quería, sonreí mientras forcejeaba un poco, él apretó más haciendo que mi cuerpo y el suyo se juntaran lo cual fue sexy porque su miembro chocó con mi trasero. Yoongi fue más allá y empezó a acariciar mi pierna levantando poco a poco mi falda.
— ¿Subimos? — me preguntó el chico mientras me apretaba el trasero con fuerza.
Quería decirle que sí, pero si abría la boca iba a soltar un gemido porque para ese momento su dedo se abrió camino hasta mi intimidad.
