Cap 4

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Alguien me tocó el hombro y me zarandeó un poco para despertarme.

¿Dónde estaba?

Abrí los ojos desorientada y me encontré con un par de otros ojos de un color Gris que me devolvía la mirada.

Conocía esa mirada.

Un hombre con un uniforme de salud color azul estaba inclinado cerca mío, su mano en un firme agarré sobre mi hombro.

—¿Usted es familiar de Jetrin Manobal?

¡Mi padre!. 

Me despabilé en el acto, me había dormido de tanto llorar, y tuve una amnesia inducida por el sueño que olvidó que estaba en el hospital.

—Si, si soy su hija. —me limpié la boca con la manga de mi suéter, que vergüenza estaba babeando dormida.

Él soltó mi hombro y se paró recto en toda su altura leyendo algo en una carpeta de manila gris que tenía en su mano, la acercó un poco más a su vista para leer, la cerró y centro su atención en mí.

—Soy el Dr. Jeon Jungkook especialista en neumonología del Charing Cross Hospital, el Dr. Zhang  fue quién recibió a su padre y me convocó de urgencia por la gravedad del caso. —Me observó en silencio en busca de mi atención a sus palabras, en pocas palabras si entendía el parte médico, no era una ignorante en el tema, muchas veces estuve aquí esperando que me dijeran si había sobrevivido o no—. Su padre sufrió una hipoxemia, está en coma inducido, en estado crítico.

—¿Una hipoxemia? —es peor de lo que imaginaba.

—Sí, se produce por el nivel bajo de oxígeno en la sangre, específicamente en las arterias. El nivel de oxígeno de tu padre cuando me llamaron era de  67/100 mmHg pero cuando llegué aquí estaba por debajo de 55 mmHg. Lo induje en un coma farmacológico, pero no puede seguir aquí, hay que derivarlo lo antes posible al hospital dónde estoy encargado del área cardiopulmonar, en este lugar no hay ni la mitad del equipamiento necesario para este tipo de complicaciones.

—Si, Dr. Jeon, se lo que significa una hipoxemia, solo que me sorprendió cuando dijo el diagnóstico. No existe la posibilidad de traslado, no contamos con sistema de salud privado.—alzó una ceja incrédulo—.  ¿Puedo verlo? —pregunté. 

—No es conveniente, tengo aislada su habitación para que no ingrese una sola molécula de polvo hasta que su saturación no suba mínimo al 78/100 mmHg. —respondió tajante—. Es mejor que vaya a su casa a descansar señorita y vuelva mañana más tranquila. Dejé sus datos en la recepción para que la llamen ante cualquier eventualidad.

—Gracias, Dr. Jeon. —pegué la vuelta para ir a la recepción cuando volvió a hablar.

—Señorita Manobal, piense lo del traslado de hospital, aquí no hay mucho por hacer en beneficio de su padre. 

Su voz grave tenía un acento, el otro día lo había notado, ahora era más marcado al hablar de corrido, el doctor no era Tailandes ¡Oh por Dios! Es él. A cierta distancia y más despierta que hacía un momento caí en la cuenta de que ya lo conocía, el Dr. Jeon era el corredor que me había ayudado cuando Ten me atacó. 

Su postura fue lo que me hizo reconocerlo, destilaba arrogancia con las manos en los bolsillos, soberbio, seguro de si mismo, inteligente y devastadoramente guapo.

Era obvio que él no me reconoció, no solo no dije mi nombre sino que estaba muy cambiada en comparación de ese día, aún vestía el uniforme del colegio, tenía el pelo atado en una coleta tirante y sin maquillaje. 

—Dr. Jeon, agradezco su preocupación y la atención a mi padre siendo que no pertenece a la planta de este hospital, le repito, no tenemos cobertura de salud, es imposible que pueda derivarse a otro hospital porque no tenemos el dinero para cubrir esos gastos.

ERES MI DESEO   (LISKOOK//LIZKOOK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora