Cap 53

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Jungkook:

Estacioné el auto en la puerta de su casa. Miré hacia adentro a través de la ventanilla del conductor. 

Desde esa última noche aquí en su casa no habíamos vuelto a vernos. No porque no quisiera sino porque habíamos llegado a ese arreglo, solo cuando ella me necesitará vendría además de las visitas mensuales a su obstetra.

Nunca me necesito, nunca me llamó, nunca me escribió.

La visita a su médico era la semana próxima. Y si ahora estoy aquí, con mi esposa, en la puerta de su casa, es porque está última me suplicó venir hasta que me secó las pelotas con su insistencia.

Le envié un escueto mensaje a Lisa poniéndola en aviso y solo me contestó con un hipócrita: —Ok.

Ok, mis pelotas.

—¿Llegamos? Vive aquí,  ¿De dónde la sacaste Jungkook, es una empleada de bar? —dijo con asco.

—Jieun, no quiero que digas nada que pueda lastimarla. Ya lo hablamos, es la madre de mi hijo y ella no sabía que yo era un hombre casado cuando me conoció, así que por favor, sé delicada.

—Lo intentaré, amor.

Bajamos del auto, y caminamos los dos hasta la puerta.

Jieun golpeó con un pañuelo en su mano como si la puerta tuviera polillas.

Una Lisa bastante conmocionada nos abrió.

—Buenas tardes. Adelante tomen asiento —Nos invitó a adentrarnos en su casa con una sonrisa tensa. —Soy Lisa. —saludó a Jieun.

—Jeon Jieun. El gusto es mío. —usó su apellido de casada exagerando la pronunciación, remarcando que yo era de su propiedad. Jieun estaba dolida y por eso miraba a Lisa como si estuviera debajo de su nariz. 

Ella buscó mi mano y entrelazó los dedos, a Lisa no le pasó desapercibido el gesto y tomó aire, oí cómo intentaba controlar su respiración.

Vestía un vestido corto playero verde extremadamente suelto pero su barriga de seis meses ya se dejaba notar bien, iba descalza. Sus pechos llenos rebalsaban por el escote, estaba casi seguro que no tiene brasieres.

Estaba tan hermosa como siempre.

Jieun la miró de arriba a abajo y después el resto de la casa sin disimulo. Sabía lo que veía, lo mismo que yo hace casi un año atrás, una pocilga que aunque Lisa trate de mantenerla limpia y ordenada no dejaba de ser una vivienda digna para ratas y cucarachas. Qué al menos tiene calefacción porque hice que  la colocaran mientras ella estaba internada una vez.

—Jieun siéntate. —mi tono hosco en advertencia. Nos acercamos a la mesa de la cocina y me senté al mismo tiempo que Lisa.

Miró su pantalón blanco y luego la silla, dudo si sentarse o no. Lo hizo, casi con asco.

—Bueno, solo vinimos un breve momento para hablar contigo. —empezó a hablar luego que cruzó una pierna sobre otra—. Estamos aquí porque quería conocerte Lisa. A la madre del futuro hijo de Jungkook. —nos miró de uno a otro—. Entiendo que no será fácil para ti criar a un niño sola. Por eso mi intención al estar aquí es venir a decirte que los dos estaremos acompañándote a cada paso. Nos mudamos a Bangkok para que tú bebé sea también parte de nuestra familia. —le sonreía a Lisa con una máscara de empatía, porque no toleraba tener que hablarle a la mujer que "se acostó conmigo solo una noche"—. Me comprometo a estar ahí cuando me necesites y por supuesto Jungkook. También creo que es el momento de hablar de dinero.

—¿Dinero? —la cara de Lisa era todo un poema, apretaba los labios no sé si para no reírse o para no mandarla a la mierda.

—Si, seguramente necesitarás dinero para alimentarte sino puedes trabajar y un bebé necesita demasiadas cosas . ¿Cuánto quieres? —abrió su cartera y sacó una chequera con una lapicera.

ERES MI DESEO   (LISKOOK//LIZKOOK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora