Cap 28

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—¿No estás cansado? —bostecé.

Estaba acostada desnuda boca abajo sobre unas mantas en el living de la cabaña frente a la chimenea, mi rostro sobre mis manos juntas observando el crepitar del fuego.

Jungkook estaba sentado a mi lado con la espalda apoyada contra el sofá, jugando con mechones de mi cabello.

—No. Estoy acostumbrado a las guardias nocturnas. Duerme si quieres.

—No, estoy bien así. Esperaremos despiertos al amanecer de Navidad. Aunque no hay árbol navideño, ni regalos. —volví a bostezar—. Lamento no darte un regalo. 

En mi cuello estaba colgado el suyo.

—No me interesan los regalos. —su voz era tan suave que las erres casi patinaban en su lengua.

Sus dedos acariciaban mi espalda. Levanté la parte superior de mi cuerpo y giré mi rostro hacia él, mi cabello largo ocultaba mis senos de su visión.

—¿Qué quieres de obsequio de Navidad, Jungkook?

—Este instante, está paz. Este silencio. —sus ojos fijos en los míos. Era tan inalcanzable por momentos—. No necesitas hablar, ni decirme lo que quieres, cómo lo quieres, tus ojos lo dicen todo por ti, eres tan transparente.

—¿Qué te dicen ahora? —Bésame, solo eso, bésame.

Se inclinó a mi lado y me giró boca arriba, él se estiró y apoyó su cabeza sobre su antebrazo derecho, mirándome, acariciando mi cabello con su mano izquierda, luego la bajó, me atrajo de mi cintura hacia sí y me besó.

Si, el cielo en sus labios, amaba sus besos. 

Nos besamos mucho, suave, con lengua, un baile sensual entre ambos que no era en busca de llegar al acto sexual, no, simplemente era un ritual de seducción sin otros términos más que el contacto.

Si fuera por mí estaríamos horas besándonos, hasta que el hambre, el sueño o la necesidad física nos pida que separemos nuestros labios.

—Amo tus besos, amo tu cabello ondulado, amo tus ojos transparentes, amo tus sonrisas, amo ese instante en el que se te oscurece la mirada antes de penetrarme y amo que estemos aquí. —Si está era nuestra última vez no me privaría de hacer ni decir absolutamente nada—. Te amo con todo mi corazón Jeon Jungkook y ni siquiera te conozco tanto.

Él no contestó, solo agarró una manta y nos tapó a los dos. Nos seguimos besando hasta que caí rendida al sueño al amanecer.

***

El olor a algo rico me despertó de mi sueño. Me desperecé y busqué con la mano al médico de mis pesadillas. No estaba. Abrí los ojos pero no se veía por ningún lado. El sonido de ollas y algo que se cocinaba me hizo sentarme en el suelo. Bostecé y me acomodé un poco el pelo, Jungkook se había dormido acariciándolo como si fuera un peluche, ahora lo tenía todo enmarañado. 

Seguía desnuda así que me envolví en la sábana y me levanté.

Caminé hacia la cocina y ahí estaba, cocinando, solo vestía un boxer ajustado negro, no sé si el desayuno o el almuerzo pero lo estaba preparando.

Me acerqué por detrás y pasé mis brazos por alrededor de su cintura, besé entre sus omóplatos tatuados con plumas negras.

Desde anoche que al fin entendí que está sería nuestra última vez juntos, pensaba dejar de lado todo lo que no estaba bien entre nosotros y hacer lo que tuviese ganas, lo que me naciera del corazón. Y esto, besarlo todo el tiempo sería parte de ello. Porque después es largo el tiempo sin él como para pensar en los "y, si".

ERES MI DESEO   (LISKOOK//LIZKOOK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora