Cap 10

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Mientras masticaba con toda la parsimonia, Jeon ojeaba carpetas con historias clínicas de sus pacientes.

Me permití observarlo en detalle, un mechón de pelo le caía sobre su ojo derecho, su pierna izquierda cruzada sobre la derecha, el brazo apoyado en la de arriba y la carpeta sobre esta, cuando giraba la hoja hacia una mueca con la boca, como cuando se esboza media sonrisa, me preguntó que tendrá de gracioso leer sobre las patologías médicas de sus pacientes, o estará leyendo sobre algún hallazgo extraño, como silicona de las tetas en los pulmones. ¿Es eso posible?

Levantó la vista, me miró a mí y luego a mi sándwich.

—La medianoche se acerca Señorita Manobal, supongo que querrá terminar el sándwich antes de que tenga que ponerse el uniforme para ir al colegio.

—Hace semanas que no voy al colegio.

Él asintió, no servía de nada preguntarme el motivo, lo sabía bien.

—¿Existe la posibilidad de volver o te dejaron fuera por deserción?

—Si no vuelvo el lunes me quedo sin beca. Por eso estoy aquí.

—Pensé que habías terminado aquí porque te habías dado cuenta que no podrías seguir siendo enfermera, nunca tuve en cuenta el colegio.

—Ajá, el colegio es lo que me hizo venir. —le mostré las manos vacías, había terminado el sándwich.

Jungkook se sentó recto dejando la carpeta sobre el escritorio y acomodó su silla.

—Siéntate ahí y hablemos de nuestro contrato.

Me levanté de la camilla, me senté en la silla y me acerqué al lado opuesto del escritorio.

—¿Cómo será, por escrito, frente a un abogado o un contrato comercial? —dije en tono de broma aunque por dentro estaba temblando de miedo.

—Será un contrato verbal entre nosotros, yo hago las preguntas y tú me das las respuestas y después de ahí veremos qué nos conviene más a los dos. ¿Correcto?

Asentí

—No es necesario que me pregunte nada, acepto todo lo que usted me pida siempre y cuando me prometa que mi padre estará en el tratamiento del que me habló aquella vez que estuvo en mi casa. —Intenté ser profesional y hablar con la voz firme.

—¿Eso quiere decir que si yo quiero incluir en nuestra cama a tres mujeres y que usted le haga sexo oral a todas ellas mientras miró, está completamente de acuerdo?

Su pregunta me dejó congelada, mi imaginación voló a la situación e inmediatamente me quemó el rostro, y la ira subió hasta mi cerebro.

—No logro distinguir si el rojo en su rostro es de vergüenza o excitación. Espero su respuesta, señorita Manobal.

—Claro que no me entusiasma la idea pero como le dije en mi casa, lamentablemente tengo la misma experiencia en el sexo que una monja en Siberia. Si estamos haciendo un acuerdo mutuo y usted quiere saber mi opinión entonces la respuesta es no, no quiero experimentar con nadie más.

—Claro, entiendo. Entonces lo primero en la lista sería: —No incluir otras personas. —hizo un tilde en el aire—. Entonces si es un acuerdo solo entre las dos partes entonces me niego a usar condones. Antes de irse le haré una prueba de sangre para verificar que no tenga ninguna enfermedad contagiosa y le aplicaré una inyección anticonceptiva.

DIOS! Que calor siento de repente, el estómago me hormiguea.

Asentí, ¿no sé podrá abrir un poco la ventana?

ERES MI DESEO   (LISKOOK//LIZKOOK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora