Cap 38

285 26 15
                                    


Abril nos recibió con la buena noticia de que la primavera había llegado con todo su esplendor, el clima era precioso; después de pasar seis meses entre la niebla, el humo de las chimeneas y las pocas horas de luz natural, caminar con el sol pegando de lleno en el rostro es uno de los pocos placeres gratuitos que existen.

Iba de camino a mi primer trabajo, Jisoo que se había convertido en mi ángel de la guarda me consiguió la tarea de niñera de dos mellizas de nueve años de lunes a viernes por la tarde y los sábados a la noche. 

Por supuesto, sus papás los señores Jung eran médicos y se habían amoldado a los horarios de las niñas pero ellas necesitaban hacer deberes de la escuela y organizarse, esa sería mi función, ayudar a que se independicen un poco y no dependan al cien por ciento de sus papás en cuestiones que ellas pueden aprender a hacer solas. Los sábados a la noche, en cambio, era para que sus papás salgan y puedan reconectar como matrimonio.

Yo estaba feliz de la vida, el sueldo era excelente y aunque me quedaban pocas horas libres para el estudio, Jessica la mamá de los niñas me dijo que me permitía estudiar allí si sus hijas ya estaban aseadas, con los deberes completos y cenados. 

A Jessica y Tyler Jung los conocí en una entrevista hace una semana atrás, aún no había tenido la oportunidad con Kyunjin y Jiwoo, las mellizas que según sus padres eran increíbles, agradables, educadas y que no me darían problemas. 

Esperaba que fuera cierto, los padres tienden a minimizar cuando sus hijos son unos diablillos.

Así que acá estaba con una sonrisa como el gato de Cheshire con la mochila de la escuela al hombro. El hogar de los Jung está en el barrio de Khaosan, entonces el mejor plan que se me ocurrió es que al salir del colegio en lugar de ir a casa, me cambiaría en el vestuario y me iría directo al trabajo, como hoy.

Al llegar a su edificio, un portero me atendió con la misma sonrisa que llevaba yo.

—Buenas tardes, señorita. Agradable clima, no es cierto. Soy Ansel. ¿En qué puedo ayudarla?

—Buenas tardes, Ansel. Justamente lo que venía pensando, lo bello del clima hoy. Mi nombre es Lalisa y soy la nueva niñera de las Jung.

—¡Oh, sí! Las niñas están muy emocionadas de conocer a su nueva niñera. —emitió una risita macabra que me hizo querer salir por la puerta corriendo hacia la calle.

—Piso seis, Señorita. Que tenga una buena jornada laboral.

—Gracias, nos vemos luego.

Subí al ascensor con una sensación de ir a la última cena, así de exagerada me pareció la risa del portero, ya me imaginaba que ese par debían ser terrible.

Cuando bajé del ascensor, me quedé paralizada ante lo que oí…

—¡No queremos niñera, la ataremos toda la tarde con una media sucia en la boca! —gritó una niña.

—¡No mejor con un calzón después de hacer fútbol! —gritó la otra.

—Eso me gusta más, hermana. —festejó la primera.

Ay por Dios, la bilis me subió y bajo del asco, ¿calzón o media?.

¿Dónde me estaba por meter, Jesucristo?

Me persigno varias veces antes de tocar el timbre, aun oía todo lo que me querían hacer estas engendros.

Jessica abrió la puerta con una sonrisa de oreja a oreja.

—Al fin llegas Lisa, ¡dime qué no oíste nada!.

—Hola, ¿quieres la respuesta verdadera o la falsa?

ERES MI DESEO   (LISKOOK//LIZKOOK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora