1. Natasha

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- Pero mamaaaaaa - se queja Max, tirando de mi pantalón todo el camino hasta la cocina - Todas mis amigas van a ir

- Max, ya te lo dije, no vas a ir a una pijamada con esa niña - me quejo, tomando mi café de la mano de Frank, es viernes por la mañana por lo que es dia de escuela, y tambien mi dia de ir a recoger a los niños, durante el ultimo año las cosas habian...bueno, cambiado.

Frank y yo seguimos separados, pero hemls encontrado una especie de equilibrio, desde que regresé al trabajo y él se retiró, nuestra relacion se estancó por completo en una especie de limbo permanente, ante el ojo publico seguimos siendo una pareja, nunca hicimos público siquiera el habernos casado, asi que habiamos tenido que convivir.

Y no es comoletamente desagradable.

Mientras tomo el vaso de su mano, nuestros dedos conectan levemente y hasta el dia de hoy, sigue enviando un escalofrío a traves de mi brazo, el hombre es completamente eficiente en ese aspecto, todas las mañanas, igual que antes, me espera con un café  cargado y un muffin, que ha aprendido a hornear como uno de sus nuevos pasatiempos.

Como cada mañana, su cabello esta ligeramente humedo, hoy no se ha afeitado, pero el olor a menta de su jabon llega hasta mi nariz de inmediato, frente a él,  sentados en la barra, están  Marcus y Harold, devorando sus desayunos como si nunca hubieran sido alimentados. Esos dos han crecido como nunca, no solo son casi tan altos como su padre, sino que como parte de sus terapias fisicas habian comenzado a entrenar con su padre, y si siguen haciendolo, pronto serian tan masivos como él.

Miro a Frank

- ¿Puedes por favor decirle a Max que no? - pregunto, mi niña quiere ir a esta ridicula pijamada que han organizado unas niñas en su escuela, niñas que hace menos de una semana decidieron convertirla en su juguete personal, Frank se arrodilla frente a su hija, que hace un puchero

- Pero quiero ir papi

- Hija, ya lo hablamos - dice el hombre, acariciando con cuidado la mejilla de Max - Esas niñas fueron malas contigo

- Pero quiero carles bien papi - se queja ella, llorando, Marcus frunce el ceño y me mira

- ¿Malas con ella? - pregunta

- Han estado haciendole "bromas" toda la semana - explico, mirando tanbien a mi niña, Frank la toma en brazos, consolandola - ensuciando su ropa, tirandole del cabello...y ahora la invitaron a una pijamada

- Max, yo puedo hacer una pijamada contigo - ofrece el chico, mirando a su hermanita, Harold, que escucha atentamente  asiente

- Podemos hacerla todos - propone cuando la niña los mira con un puchero

Frank y yo nos miramos,  considerandolo, es una idea factible mientras consigo descifrar que demonios hacer con las mocosas, hasta el momento he identificado a una de ellas, pero Max sencillamente no las ve como niñas malas, y no puedo simplemente proponerles que haga una de sus llaves de taekwondo, lo que pondria fin al asunto seguro. Pero no quiero darle precisamente ese tipo de enseñanza a mi niña, y Frank y yo nos hemos vuelto relativamente buenos en este asunto de tomar decisiones con la mirada.

- ¿Qué dices, princesa? - pregunta él intentándo animar a la niña, haciendole cosquillas - Una pijamada con tus hermanos y con mamá y papá

- ¿Puedo invitar a mis amigas del ballet? - pregunta, Frank lo piensa

- Si invitas a tus amigas del ballet, tendrá que ser una pijamada solo de niñas, con mamá - apunta él, y Max se queja, antes de hacer un puchero, considerando sus opciones

- Dos pijamadas - decide con una sonrisa - una con papi y mis hermanos y otra con mami y mis amigas de Ballet

- ¿Eso significa que tendré que apsar tiempo con las otras mamás? -  pregunto, mirando a Frank, que por supuesto, ya ha dicho que si, el hombre vendería su riñon si la niña se lo pidiera.

Maldito Amor - The Hoffmans #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora