27. Natasha

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Frank me mira por un momento, ha hecho eso los últimos días, mirarme con tanta intesidad que creo que mi cuerpo entero va a arder espontaneamente, pero Dios, me encanta.

- Tus deseos son ordenes, sol - murmura, una sonrisa lenta y coqueta en sus labios, me agarro con fuerza de sus hombros, mientras que él se incorpora, sosteniendome por el trasero mientras yo envuelvo mis piernas alrededor de sus caderas, dsifrutando del calor de su cuerpo junto al mío.

Desde el momento en llegamos a la casa (más bien mansión) de su abuela, todo ha sido simplemente...perfecto, desde su propuesta dulce y sus palabras románticas, ahsta nuestro tiempo juntos y finalmente, a solas.

Amo a nuestros hijos con locura, pero no había tenido un momento privado con el hombre desde que había dejado mi departamento, y estar en la cocina con él, activamente disfrutando del uno del otro, riendo y haciendo algo tan mundano como una cena...mi corazón estaba definitivamente en manos de este hombre, sus manos grandes pero gentiles, su media sonrisa y su sentido del humor, sin mencionar lo jodidamente sexy que es...y lo sexy que me hace sentir.

Aunque he estado algo insegura con respecto a mi peso en los ultimos meses, Frank no hace mpas que adorar cada centímetro de mi cuerpo y me encanta, ahora, mientras me lleva hasta la habitación, sosteniendome firmemente contra su cuerpo, es dificil no sentirme como toda una princesa en un cuento de hadas. 

La habitación principal es enorme, aunque la mayoría de los muebles son modernos, la mayor parte del diseño original permanece, incluyendo el marco de la cama, es defintivamente una mansión antigua y con mucha historia, Frank me deposita en el suelo, manteniendome de pie frente a él, me besa con intensidad y pasión, sus labios húmedos y su lengua empujándo dentro de mi boca, demandándo, acariciando, dejo escapar un suspiro de placer mientras le regeso el beso, sus manos recorriendo mi cuerpo hasta que acuna mi trasero de forma posesiva, presionándome contra la erección caliente contra sus pantalones.

Sin decir una palabra, se separa de mí lo suficiente para permitirme tomar aire de nuevo, mi corazón late con tanta fuerza quese siente cada latido a tráves de mi cuerpo, Frank acaricia mi rostro con sus nudillos antes de inclinarse para besar mi cuello, envíando una corriente electrica através de mi piel, busca con sus manos el borde de mi vestido, deslizando sus manos contra mi piel sin dejar de besar mi cuello, su barba de dos días haciendo la fricición perfecta para provocar que mis pezones se levanten pidiendo atención, hago lo mejor posible para mantener el equilibrio sosteniendome de sus hombros, sintiendo la piel caliente de su cuello y tirando líegramente de su cabello mientras que sus manos suben lentamente por mis muslos, levantando mi vestido en el proceso.

- Levanta los brazos - susurra con voz ronca y Dios bendito, su acento marcado hace estragos con mis bragas. Obedezco mientras que mis ojos chocan con los suyos, y estoy completamente perdida en cuestión de segundos, el hombre está a entímetros de mi cuerpo, por lo que tengo que inclinar la cabeza para poder mirarlo, la forma en la que se cierne sobre mí, imponente y con esa mirada llena de determinación y cariño me hacen temblar lígeramente. 

Se deshace de mi vestido lentamente, tomándose su tiempo en acariciar cada centímetro de piel expuesta, una vez que está fuera de su camino, deshecha el trozo de tela hacia cualquier parte de la habitación, sin apartar su mirada de mi

Frank deja escapar un suspiro entrecortado mientras que desliza su mirada sobre mi cuerpo desnudo, me he puesto un sostén de encaje oscuro precisamente para enloquecerlo esta noche, y a juzgar por la forma en qu su respiración cambia y desliza sus manos grandes y calientes sobre la curva de mi espalda y acuna mi trasero desnudo, lo he conseguido, tengo también una tanga tipo hilo que cubre poco más que el monte de venus, sus labios están sobre los míos de nuevo, esta vez más demandántes, más  posesivos. 

Maldito Amor - The Hoffmans #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora