Maldito Amor - The Hoffmans #3

3. Natasha

¿Tinder?

Miro a Marcus, incrédula y luego a Frank, demasiado confundida como para poder realmente decidir como sentirme, Frank aprieta la mandíbula en dirección a Marcus y el chico traga con fuerza, encogiendose lígeramente

- Solo decía - murmura, mirándome con expresión culpable

- A tu habitación - ladra Frank, cabreado, antes de mirarme luciendo mortificado

- No le hagas caso - pide - Creó una cuenta de Tinder a mi nombre para ver si...- carraspea, y Marcus, que aún sigue sentado a mi lado suspira dramáticamente

- Estaba intentando averiguar quien te mandó las flores - suelta el chico, Frank maldice de nuevo y le da un zape 

- Largo, ya hiciste suficiente - se queja, empujandolo hacia el pasillo - Y estás castigado - añade, antes de volver su atención a mi - Juro por Dios que no fue idea mía, ya sabes como es, ni siquiera se usar Tinder.

Sacudo la cabeza, indecisa entre estar cabreada o llorar ante la idea de que Frank estuviera buscando a otra mujer en una aplicación para citas, ¿realmente se había dado por vencido? Luego de todo lo que habiamos pasado y... sintiendo el impulso de llorar comenzar a tomar fuerza, me incorporo, levantando a Carrot conmigo

- Vamos a la cama, niños, es tarde - digo,  intentándo no mirar a los ojos a Frank, sintiendome desepcionada, había llegado a casa con la intención de tantear el terreno, si realmente me había enviado flores... pero ahora resulta que no había sido él y

- Nath, espera - se queja él, deteniendome por la muñeca y tirándo de mi hacia sus brazos, Carrot extiende los brazos, buscandolo, pero Frank mantiene su atención en mi, sus ojos azules tan intensos como siempre - No te alejes sin siquiera escucharme primero - pide, y no puedo evitar admirar la forma ancha de sus hombros, la forma en que sus sienes eran lígeramente grises y su cabello completamente oscuro, su mandíbula firme y la nariz que una vez había sido recta estaba lígeramente torcida ahora, una cicatriz adornaba la parte inferior de su ojo izquierdo.

- ¿Qué quieres que escuche Frank? - pregunto, sintiendo un nudo en su garganta - No estamos casados, no tengo por qué meterme en tu vida personal

- Tu eres, mi vida personal - dice con seriedad - No necesito una estupida aplicación, el mocoso sacó todo de contexto - asegura antes de añadir - sabes que siempre trama algo

- ¿Ahora es culpa de Marcus? - pregunto, levantándo una ceja, casi a al defensiva, aunque, conociendo al chico...la posibilidad no era tan lejana, tendría que tener una seria charla con el chico, Frank pone los ojos en blanco 

- No fui yo quien envió las flores - dice finalmente, y me siento...desepcionada, aunque curiosa, después de todo, la nota había sido completamente adorable - Pero Dios sabe lo que quiero hacerle a es ehijo de puta por haberlas enviado

Eso me toma por sorpresa

- ¿Por enviarme flores? - pregunto, él asiente con firmeza, antes de pasar una mano por su cebello en señal de frustración, reprimiendo una sonrisa ante su reacción,  decido picarlo un poco más - ¿Te molesta que tenga un admirador secreto?

El hombre gruñe de forma casi posesiva

- Si lo que quieres son flores, te daré flores todos los días de mi vida - asegura - Cuando me enviaste esa fotografía, no tienes idea de lo cabreado que estaba...que estoy

- ¿Por qué? - presiono, Frank sacude la cabeza 

- Tu sabes por qué - se queja, tomando  al bebé de mis brazos y dejándolo en el suelo junto a sus hermanos, que están haciendo desastres en el sofá, pero cuando el hombre toma mi rostro entre sus manos y se acerca tanto que su aliento se mezcla con el mío, que creo que voy a desfallecer allí mismo - Te lo dije antes, y te lo repito ahora, te amo, incluso si a tus oJos soy el hombre más despreciable del mundo, mis sentimientos por ti no han cambiado