32. Natasha

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Al mirarme en el espejo, me quedo completamente sin aliento,  definitivamente era dificil no sentirse como de la realeza con semejante trato.

Frank y yo habiamos dormido en habitaciones separadas, y aunque tradicionalmente una boda en toda regla tenia tres dias de celebración,  realmente nos saltariamos a la ceremonia principal, y luego de un momento completamente conmovedor donde Harold nos explicó sobre el significado se aplicar una pasta de curcuma sobre la piel de los novios (que evidentemente termino en una batalla campal con un monton de ropa blanca teñida de amarillo) el resto del dia me habian consentido como nunca.

Mientras Frank acompañaba a Harold a conocer a su prometida, una chica de catorce años de aspecto dulce y expresion asustada (que dada las circunstancias no puedo culparla) Max y yo nos habiamos pasado el día entero siendo tratadas como todas unas princesas, una modista habia llegado con telas y mil  cosas mas para ayudarme a encontrar mi vestido de novia.

El cual era mas que un vestido un conjunto de dos piezas con top, falda y mas que un velo, una especie de capa fina y malditamente hermosa. No tengo tiempo suficiente para aprender los nombres de todo, pero hago mi mejor esfuerzo por apreciarlo, agradeciendo la oportunidad de tener una ceremonia como esta, mas personas llegan a hacerme preguntas sobre flores, colores, telas y al parecer, la cena.

Max es mi pequeña traductora por cierto.

- ¿Desde cuando hablas hindi? - pregunto a mi chiquilla mientras la veo manejar perfectamente a algunos de los empleados, ella sonrie con suficiencia

- Papi me enseñó - asegura orgullosa - y Harold, me puso diez en clase de idiomas - añade, y creo que por primera vez me pregunto realmente cuantos idiomas hablan los niños.

Se que hablan ruso, por obvias razones, incluso Matt habia empezado a ser mas fluido en ruso que en inglés,  Marcus habla italiano, Harold igual.

- ¿Te gusta aprender idioma? - pregunto a Max, ella asiente

- Soy podi..poli..pudiglota - informa, haciendome reír lígeramente - Papi dice que es importante ser mas que una cara bonita  - asegura, sentandose en mi regazo - Como tu, quiero ser como tu cuando sea grande.

- ¿De verdad? - pregunto, sintiendo el corazón hinchado de orgullo, Max asiente y me mira con adoración e inocencia

- Sip, empresaria karateka - asegura con seriedad - y Princesa, porque puedo ser lo que yo quiera.

- Te olvidas de un pequeño detalle - apunto, abrazandola y besando su mejilla cuando me mira de forma inquisitiva  - Ya eres princesa.

Su sonrisa es tan brillante que no piedo evitar sonreir de nuevo, acaeicio su cabello rubio mientras continuamos charlando sobre todo lo que quiere ser de grande, y no puedo evitar que mis pensamientos se alejen un poco, si Richard realmente era el padre de Max, no solo Frank estaria devastado, yo también  y ella...¿Como alguien podria ser tan cruel? Alejar a una niña de toda la familia que conoce, de sus hermanos.

Mi hija ha sufrido demasiado, esto sencillamente sería lo peor.

- ¿Maddie? - pregunto, luego de un momento, la niña solia detestar el uso de su nombre completo, Maddison, pero en ocasiones, cuando estabamos juntas, me permitía llamarla Maddie, era nuestro pequeño momento madre e hija, abrazandola fuerte y besando su coronilla mientras observo nuestro reflejo en el espejo.

- ¿Si, mami? - pregunta ella, inocente aún de todo lo que depara el futuro.

- Sabes que siempre puedes contar conmigo ¿verdad? - pregunto, ella me mira ligeramente confundida, pero finalmente sonrie

- Claro que si, eres mi mamita favorita - asegura, abrazandome de vuelta - Eres mi mejor amiga - añade, antes de incorporarse y tomar mi rostro entre sus manos, mirandome con seriedad - Pero no le digas a papi, porque es sensible.

Maldito Amor - The Hoffmans #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora