20. Frank

2.5K 280 40
                                    

Miro a Natasha y a mi hija sin poder realmente asimilar o decidir si me gusta o no el nuevo corte, no le digo eso a ninguna de las dos porsupuesto.  Max se ve adorable, como siempre, pero el hecho de que haya perdido tanto cabello me hace sentir algo triste.

- ¿Qué le pasó a tus rizos? - pregunto, genuinamemte afectado mientras tomo las hebras del cabello de Natasha, el tono cobrizo natural se ve intenso y brillante, pero es...lacio.

Ella se ríe ante mi reacción

- Es temporal - promete, rodeandome con sus brazos y besando mi mandibula  - ¿No te gusta?

- Mientras me prometas que los rizos van a volver...entonces sí - aseguro, antes de añadir contra su oído  -  Y dejaste suficiente para poder tirar de él, así que te perdono.

- ¿Oh, tu me tienes que perdonar a mi? - dice con expresión divertida, yo asiento, haciendome el importante mientras la levanto por su cintura, poniendola a mi altura.

- Sé que es por empatía a Max pero ¿no podias dejarlo un poco más largo? Realmente adoro tu cabello - admito, ella sonríe satisfecha con mi respuesta

- No, ahora... ¿Donde están mis chicos? - pregunta rodeandome con sus piernas cuando intento depositarla en el suelo, funciona para mi, asi puedo sostener su trasero como excusa.

- En la sala de juegos, destuyendo la piscina de pelotas, negandose a usar pañal, pero es una batalma que no pienso empezar - confiezo, llevandola hasta el sofá y dejandome caer en él  con ella sobre mi.

- ¿Las niñeras? - pregunta, mordiendo su labio inferior y deslizando su mano sobre mi pecho

- Con ellos - murmuro tomando su rostro en mis manos y acariciando su labio inferior, esparciendo ligeramente el brillo de labios color melocotón - muy, muy distraidas - aseguro, ella sonríe con malicia antes de inclinarse hacia adelante y tomar mis labios en un besl casi necesitado, que no dudo en regresar, Dios, nunca me canso de sus besos, deslizo tentativamente una mano por debajo de su blusa, buscando sus pechos...

- Oh, por favor, papá  - se queja Marcus entrando a la sala, Natasha se levanta como un resorte y salta lejos de mi, su rostro completamente incapaz de esconder su vergüenza,  yo miro a mi hijo, impasible, mientras él niega fingiendo estar decepcionado  - Son como dos adolescentes y...¿Qué le pasó a tu cabello?

- Yo, um lo corté - carraspea Nath, intentando ajustar su ropa y recuperar la compostura - ¿Te gusta?

- Er...- miro a mi hijo, advirtiendole con la mirada  - Muy bonito ma - dice de inmediato antes de cambiar su atención a mi - Como sea, tengo un plan para animar a Harold, y necesito su ayuda.

- Seguro, ¿Qué necesitas? - digo automáticamente,  tomando uno de los cojines del sofá y poniendolo en mi regazo al ver que el mocoso no iría a ninguna parte, mi hijo se sienta entre Natasha y yo, disfrutando de incordiarnos

- Quinientos dólares y una sandía - dice con seriedad

- No - decimos Natasha y yo de forma automática,  Marcus se queja

- Pero aún no han escuchado mi idea - se queja

- Marcus, ya pasamos por esto, no voy a darte dinero a menos que sea exactamente para que es usado - replico

- Y Harold odia la sandía- añade Natasha mirandolo con escepticismo.

- Bien, doscientos dolares y una manzana - propone entonces

Cierro los ojos, adoro a mis hijos, pero ocasionalmente me preguntaba de donde demonios habian salido, siempre aparecen en los momentos menos oportunos

- Si te doy dosciendos dólares ¿Nos dejas en paz el resto de la tarde? - pregunto finalmente, Natasha me da una mirada divertida y evidentemente Marcus acepta de inmediato, asi que saco mi carterta y le entrego el dinero en efectivo, añadiendo treinta dólares- Asegurate de comprar algo para Max y Matt también.

Maldito Amor - The Hoffmans #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora