21. Natasha

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Italia es hermoso.

A dos días de nuestra llegada y puedo decir con certeza que estoy completamente enamorada de todo, sus paisajes vivos y llenos de colores vibrantes, las calles adoquinadas y  oh, la comida, defintivamente podía enteneder por qué los chicos habían estado emocionados por el viaje, y oh, la villa, la villa era defintivamente mi lugar favorito.

Los Vince, la familia paterna de Lyz, son una de las familias más grandes y antiguas de Italia, tienen cientos de hectareas dedicadas al negocio del vino, las casas son antiguas y los Vince son completamente encantadores, aunque mi italiano no está ni de cerca en condiciones de entablar más que un par de conversaciones triviales en las que estoy segura no digo nada más que tonterías, casi todos hablan inglés, lo que me hace sentir avergonzada, pero consiguen hacerme sentir como en casa, todo el ruido y toda la actividad.

Los Vince vienen en pares, por lo que hay una cantidad interesante de gemelos por aquí y por allá, pero mis quintillizos parecen ser la bomba, y había tantas manos listas para ayudar que cinco bebés, aunque estoy bastante segura de que de no ser por la cicatriz en el pecho de Carrot, habrían confundido a mi bebé cerca de tres veces con Curran, y Frank está un 90% seguro de que Orange y Zhevy fueron intercambiados esta mañana.

Pero mientras se acerca la hora de la cena y Marcus está haciendo de traductor para la abuela de Lyz, una hermosa mujer con sonrisa dulce y cabello castaño veteado con canas, quien insiste en hacer cada comida a mano y está encargada de preparar el pastel de la boda, intenta enseñarme como hacer pasta cien por cien casera, y sus famosos gnocchis...siento que la vida es jodidamente perfecta.

Miro a mis hijos, Marcus y Viktor son los únicos que fueron criados en Italia, aunque de acuerdo a Frank, Harold también vivió con él un par de años aquí, así que tanto él como Marcus se desenvuelven con facilidad y ríen con un par de primos y familiares, Harold luce completamente él mismo, tomando fotografías de todo lo que encuentra.

- Mamá, mira lo que encontré - dice Harold llegando a mi lado con una sonrisa radiante, enseñandome una cámara antigua - Es una Kodak retina del 96,  ¡Y aún funciona!

Chiara, la abuela de Lyz y  dice algo a los chicos y Marcus asiente, traduciendo mientras que Harold responde a la mujer con interés

- Dice que hay rollos viejos en el atico, junto con un albúm de papá y sus amigos de chicos - informa el chico - Pregunta que si quieres verlas

- Oh, me encantaría - aseguro, intentándo decirlo de nuevo en italiano, la mujer sonríe con mi respuesta y manda a Marcus a buscarlas mientras Harold me toma una fotografía  mientras estiro la masa como me indica Chiara.

- ¿Donde está tu padre? - pregunto a Harold

- Oh, está sacando a Matt del pozo - informa, haciendome tener un mini infarto 

- ¿Tu hermano está en un pozo? - pregunto, alarmada, Harold toma una fotografía antes de echarse a reír, molesta, le arojo harina en el rostro - No hagas eso

- Oh, estará bien, no es un pozo profundo - asegura, pero ya yo estoy corriendo en dirección al único pozo que he visto en toda la villa, alarmada y para nada confiada en la tranquilidad del chico.

Para cuando finalmente encuentro el pozo, una estructura que se alza junto a una de las bodegas, Frank está de espaldas a mi,  frente al pozo, solo.

- ¿Donde está Matt? - pregunto, alarmada, pero el hombre se gira lentamente, con una sonrisa y un ramo de flores silvestres en su mano, me detengo en seco, mirándolo con sorpresa. 

Tiene puesto una camisa de algodón de color gris que contrasta con sus ojos azules, y pantalones de vestiry luce malditamente guapo con el cabello revuelto, su barba de un par de días y mirándome con intensidad

Maldito Amor - The Hoffmans #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora