De camino a casa solo pensaba en qué pensarían las chicas debido al estado en el que me encontraba, tenia moretones en un enorme porciento de mis partes visibles, brazos, pecho la cara roja, y eso sin contar la cicatriz del hombro y mis glúteos los cuales parecían un arcoíris.
En mis piernas no se observaba la gran cosa, pero este vestido no me cubría bien.
Mi pelo ocultaría mi espalda y eso significaba una excusa menos. Pero mi pecho no lo cubría nada. Y justo allí una magnífica idea pasó por mi mente y me pareció lo más increíble que se me pudiese ocurrir nunca.
Valía cada golpe que recibiera luego.
Al llegar a casa y meter mi auto en el garaje me preparé resoplando un par de veces antes de entrar en casa.
Allí estaban ellas en la cocina tragándose mi comida y charlando animosamente, mi pastel de selva negra!, maldita sea debí de haberle puesto laxante, pensé mientras trataba de retroceder al darme cuenta que no se habían percatado de mi presencia.
Y mi suerte se acabó Nai elevó la mirada justo en mi dirección.
̶ Zamira!. - Chilló emocionada. Las otras chicas isofacto se giraron parecían la niña del exorcista.
Todas chillaban y corrían en mi dirección. Genial... el momento perfecto para mi broma.
̶ Alto!. - Vociferé mientras con las manos les hice stop y me echaba a la pared desganada. Se quedaron como estatuas como si el tiempo se hubiera detenido. Sus expresiones y movimientos eran mínimos.
̶ Ay no mamen no es para tanto. - Dije momentos después y resoplaron como si hubiesen estado conteniendo la respiración.
̶ Pero... Zamira ¿Qué te ocurrió?. - Indagó Grissel con asombro en la expresión.
̶ Estas hecha mierda... . - Dijo Naura sorprendida y que aquel matiz se dibujara en su expresión me hizo dar cuenta de lo mal que estaba.
Comencé a sollozar y lagrimas desbordaron por mis ojos. Para actora y dramática búsquenme.
̶ ¿Te violó?. - Indagó Nai.
̶ Nai!. - Le chilló Seoanne.
̶ ¿¡Qué!? Solo pregunté. ̶ Se defendió, molesta mientras yo chillaba y seguía con el llanto dejándome caer despacio tampoco soy idiota de tirarme al suelo a lo loco. Tenía mi nalguita hermosa hecha mierda.
Grissel se aovilló junto a mí y trataba de consolarme, al abrazarme me giró un poco y mi pelo se retiró de mi espalda dejando en evidencia mi reciente cicatriz y varios moretones de las manos de Ángel.
̶ Zamira! Tienes una herida corto punzante en la espalda!. - Chilló Seoanne. Como no podían apreciar mi rostro y gracias a Dios por ello ya que tenía los ojos abiertos como platos. Grité aun más fuerte. Y todas se sentaron y nos abrazamos.
̶ Zamira... dinos algo... lo que sea... - Decia Gissy.
̶ Que mierdas les va a decir!, no ven lo que es obvio, todo esto es culpa de ustedes. - Chilló Grissel molesta y lagrimeando.
̶ ¿Nuestra?. - Indagó Seoanne.
̶ Vamos Zamira hazlo! Será divertido! El chico esta que se parte de bueno!. - Dijo mientras les hacia un mohín de odio a las demás.
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¿Gigolo?
Teen FictionZamira Monte Cristo es una estudiante de medicina y una joven poco usual, con un carácter extremadamente fuerte e imponente últimamente se siente desubicada. no tolera a sus amigas, sus cinco estrellas de la suer...