Indescifrable...

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Me sentía tan vacía como antes solo que este vacío era mucho peor, era un enorme agujero lleno de dolor, decepción y desesperación Stefan no solo se había quedado con la total custodia de Liam, sino que también como único apoderado tomó la decisión de prohibirme ver a mi pequeño, la única solución a esa ley era que aceptara o irme a vivir con él o casarme con él.

Estaba locamente enamorada de Liam pero no podía hacer eso de casarme o vivir con Stefan el tiempo de marcharme había llegado y no podía dar marcha atrás, era mi carrera, mi vida y por más que amara a Liam el casarme o vivir con Stefan me convertiría en una inútil y aquello jamás me lo perdonaría o permitiría siquiera.

Roderick se había marchado debido a aquello no pudo defenderme nunca como le hubiese gustado, después de la convención le ofrecieron el trabajo de su vida en Paris y no dudó en aceptarlo nisiquiera regresó se tomaría su tiempo antes de que eso sucediera.

Yo debía irme a Inglaterra y como no estábamos lejos acordamos visitarnos de vez en cuando y no perder contacto, empacaba algunas cosas y lo hacía desganada, aun tenia la mayoría de las cosas de Liam y pensaba enviárselas, unas cuantas lagrimas rodaron por mis mejillas al sostener sus cosas, no quería irme y dejarlo, era cruel, pero no tenia opción.

Stefan pagaría con su vida todos estos malos ratos y su desfachatez.

Varios días después envié las cosas de Liam y ya habían comenzado las despedidas, no solo yo me iba las chicas también debían marcharse para hacerse de especialidades y subespecialidades las cuales nos darían empuje a ser mejores doctoras y tener auge.

Hablé con América una vez y no quise que me pasara a Liam, seria doloroso y suponía era lo mejor para todos en especial para mi pequeño lunático.

Este día había pasado muy aprisa partiría a las cuatro de la mañana y apenas eran las diez de la noche.

Me dejé caer en el sofá algo cansada y desganada pensaba que para estas alturas mi única preocupación era quien me ayudaría con Liam en Inglaterra, e incluso aquello debía estar resuelto, Priscila una amiga de la infancia se había mudado hace poco y era sorprendente lo emocionada que estaba.

Priscila siempre fue una Drama Queen era una actriz andante, y a pesar de ello una persona muy sensible y sencilla, era fácil de tratar, su aspecto era algo interesante , de tez tostada, delgada y esbelta, ojos azul zafiro intenso, pelo color Castaño oscuro el cual cuando al verse iluminado por los rayos del sol se pintaba de un rojo vino brilloso.

Aquello me daba cierta tranquilidad ya que no estaría tan jodidamente hundida en la soledad.

Sin darme cuenta me quedé dormida y el sonador me despertó, observé la hora y eran las doce, me preguntaba ¿Quién sería?, yo no esperaba a nadie.

Al abrir la puerta mi corazón se detuvo, jamás pensé que mis ojos verían lo que estaban viendo.

̶ ¿Puedo pasar?. - Me pidió Stefan con Liam dormido en brazos, asentí y le cedí el paso.

No entendía que hacia aquí.

̶ Siempre ha sido tuyo... . -Dijo como un leve susurro pasándolo a mis brazos.

Debían pellizcarme... no mejor debían arrancarme el alma para poder despertar.

Lo tomé en brazos con los ojos semí llorosos y lo llene de besos.

̶ Gracias... - Dije sincera, sin siquiera despertar Liam se aferro fuertemente a mí, como si creyera fuese un sueño que quisiese disfrutar.

Asintió y como me pidió hablar llevé a Liam arriba y bajé para hablar con Stefan.

̶ Lo único que quería era que fueras mía. - Dijo inmediatamente me senté a su lado.

No sabía que decir así que me quede en absoluto silencio escuchándole.

̶ Fue más mi voluntad de doblegarte y aferrarte a mí que el querer que fueras feliz, no sé amar , nisiquiera sé lo que es pero solo sé que te amo. - Dijo mirándome fijamente.

̶ Yo no...

̶ No tienes que decir nada... ya lo sé no puedes quererme, y no puedo cambiarte, creí que el quitarte a Liam te obligaría, pero al descubrir que no cederías, decidí devolvértelo, porque no puedo ser tan egoísta con él, no podía dejar que perdiera otra madre.

Y nisiquiera comía, estuvo enfermo y no quería verle así jamás.

Se dejó caer sobre mi regazo y apretaba con fuerza mis piernas, yo quería decirle algo que le hiciera sentir mejor pero no podía, solo llevé mis manos a su cabeza y la froté un par de veces, para sosegarle un poco.

No podía siquiera sentir pena por él, no me nacía en absoluto, después de varios minutos y aclararme que dejó todo listo para que me llevara a Liam y bajar todas sus cosas de su auto se marchó.

Se había dado cuenta por fin de que no podía tenerme y aquello en el fondo me daba tranquilidad, le había dado un beso en la mejilla en forma de agradecimiento por devolverme a mi pequeño, pero nada más.

Ya había finalizado todo y a las cuatro de la mañana ya estábamos subiéndonos al avión, viviríamos en Londres exactamente era muy hermoso aquel lugar, la expresión en casa de Liam al verme fue de total alegría jamás me olvidaría de aquellas expresiones era como si fuera lo mejor de su vida, si se preguntan que tanto idealiza un pequeño a su madre, la respuesta es simple... para un hijo su madre es Dios, una versión de Dios hecha carne y solo en la vida no hay amor más puro limpio y transparente.

Éramos nosotros dos contra el mundo y así lo seria en estos tres años.

¿Gigolo?Onde histórias criam vida. Descubra agora