̶ Es inaceptable!. – Vociferó el director de la carrera en mi rostro escupiéndome la cara a lo que elevé la mano y me limpie sutilmente. – Lo que hicieron pone en duda el prestigio de la institución!. – Decia mientras caminaba de un lado al otro.
̶ Son nuestros mejores elementos... ¿Cómo es posible?. – Decia la Dra. Sánchez muy decepcionada. Aquella mujer de tez muy tostada ojos cafés y pelo negro azabache además de profesora era amiga y todas bajamos la cabeza al ver su decepción.
̶ Lo sentimos... pero no alcanzamos el vuelo. – Decia Gissy a modo de excusa.
̶ Su deber era tomar otro!. – Vociferó nuevamente el rector.
̶ Ese era el plan el próximo salía a las cuatro de la mañana pero también lo perdimos. – Defendió Naura.
̶ ¿Y... se puede saber la razón por la cual perdieron ese vuelo también? . – Preguntó indignado.
̶ Nos quedamos dormidas... . – Dijo Nai.
̶ Eso es tan extraño porque tengo otra versión. – Dijo mirándonos conflictivo.
Me quería matar si salía con que sabía lo de Barbarella estaríamos hechas mierda.
Le pidió el móvil a Miss. Sánchez y BUM! Explotó la tercera guerra mundial. Nos entregó el artefacto y pudimos apreciar el video que había grabado de las chicas junto a los amigos de Ángel.
Me equivoqué de grupo en el chat y lo mandé al grupo del hospital. Genial la cara de nuestros padres estaba de recibir un transporte a Marte ya que ante sus expresiones parecían estar desfiguradas.
̶ ¿Qué bien se duerme allí no?. – Dijo el rector.
Lo juro estaba comenzando a odiar a esa montaña de canas y ojos grises vidriosos.
Ninguna sabia que decir. El rector nos seguía gritando y gritando yo solo quería irme de allí y hundirme en el mar por no estar donde quería estar en esos momentos.
̶ Lo siento mucho pero esto solo amerita la absoluta dada de baja en la carrera. – Dijo con un matiz que solo yo pude denotar y aquel matiz era venganza.
¿Ese maldito viejo se estaba vengando por lo que le hice a su hijo hace casi un año? Wow cuanto desborde de creatividad para una venganza.
Su hijo estaba enloquecido conmigo diría al punto de ser obsesión y la única persona que me ayudó a movérmelo de encima fue Roderick ¿mencioné que Roderick es Dr. , que trabaja en el hospital y también casualmente es profesor? Pues ya lo hice.
Roderick lo puso en su lugar de tantas formas posibles que no le quedo de otra, en una gala de beneficencia Andrés el hijo del rector se me acercaba de manera errónea y Roderick apareció de la nada llamándome querida y besándome sorpresivamente, no solo Andrés estaba sorprendido yo mucho más y luego de ello fuimos muy amigos hasta que ese maldito sentimiento de querer algo más que amistad se coló en medio estropeándolo todo.
Apenas si hablábamos Roderick se había borrado de mi vida, sacudí la mente este no era el momento de pensar en él.
Me sentía poseída y remetí contra ese dictamen como cualquier persona normal haría. Usando el chantaje. Yo sabía algo de él que nadie más sabía debido a su hijo y aquello nos salvaría el trasero.
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¿Gigolo?
Teen FictionZamira Monte Cristo es una estudiante de medicina y una joven poco usual, con un carácter extremadamente fuerte e imponente últimamente se siente desubicada. no tolera a sus amigas, sus cinco estrellas de la suer...